Una de estas ideas impactantes es la reflejada cuando se afirma que Deleuze quiere levantarse de la idea muerta, esto es algo que recuerda fielmente a Nietzsche, fue en la juventud filosófica de Deleuze, en uno de sus primeros libros que se acercó a Nietzsche, por allá -en esos años- andaba en su filosofía con mucho más cuidado y no se mostraba como el Deleuze múltiple y consagrado de los últimos libros. Deleuze se abalanzó en su Nietzsche y la filosofía hacia los comienzos de la visión conceptual, y al escribirlo -se dice que- encontró los principios de una filosofía inmanente y de su filosofía conceptual atravesando la trascendencia Nietzscheana al modo del antropólogo, o mejor, al modo del caminante, que es aquel que atraviesa mesetas, ahora bien, pongo un ejemplo para escenificar mi afirmación, y es la formación conceptual nietzscheana de "eterno retorno" que se formó a partir de la interpretación que realiza Nietzsche del mito de Ariadna, y si este no hubiera transfigurado y ejercido la trascendencia en el mito de Ariadna no hubiera otorgado su forma al concepto de "eterno retorno". Pero ya no hablaré más de este tema, sobre la trascendencia y la inmanencia pueden leer dos micro-conceptos en: El paso de un proceso trascendente a uno inmanente
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El concepto en Nietzsche es una pre-creación o un proceso de enamoramiento hacia el devenir, y es incompleto porque siempre es un concepto en potencia, y parece que el concepto nunca escapa completamente a la voluntad de poder. Deleuze solo hace una cosa, y es otorgarle descanso, para Deleuze el concepto tiene su autoridad y utilidad. Concepto terminado, concepto utilizable, concepto inmanente.
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