En el centro de un bosque habita un hombre que la gente llama Mago. A él acuden todos aquellos que quieren olvidar el ser hombre, los que no quieren ser más un humano. Pues todo aquel que lo visita es transformado en alimaña. Reyes lo han visitado, terminan como cerdos; ladrones se vuelven buitres o cuervos; los sacerdotes en arañas.
El Mago, como buen mago, no cuenta su secreto. Cuando alguien lo visita, le dicen “Tú, gran sabio, ¡ayúdame que la vida es absurda!”, entonces los encamina a su cueva y no salen de ahí hasta el siguiente día, uno transformado el otro siempre igual. A veces tarda más de un día la metamorfosis, eso depende de cómo se escuche el silencio. El único que ha entrado a la cueva y salido sin cambio es el Mago, por eso la gente lo ha llamado así, como sinónimo de sabio-místico.
¿Quieres visitar al Mago? ¿O acaso has descubierto ya su secreto? Es sencillo y se los diré, su fórmula mágica se llama Soledad, con ella florece la bestia que somos por dentro. No hay trucos, ni ilusiones, sólo es mudar la esencia de un cuerpo a otro.
Escrito de Luis Roberto Calderón García en Impresionesvivas.
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