Lectura de Deleuze en Lógica del sentido. Definición y utilidad del sinsentido. Introducción de Esteban Higueras Galán - Microfilosofia. | ||||
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Resumamos los caracteres de este elemento paradójico, perpetuum mobile, etc.: tiene como función recorrer las series heterogéneas, y, por una parte, coordinarlas, hacerlas resonar y converger, y por otra, ramificarlas, introducir disyunciones múltiples en cada una de ellas. Es a la vez palabra = x y cosa = x. Tiene dos caras, porque pertenece simultáneamente a las dos series, pero que no se equilibran, no se juntan ni se emparejan jamás, puesto que está siempre en desequilibrio respecto de sí mismo. Para dar cuenta de esta correlación y de esta disimetría, hemos utilizado parejas variables: es a la vez exceso y defecto, casilla vacía y objeto supernumerario, lugar sin ocupante y ocupante sin lugar, «significante flotante» y significante flotado, palabra esotérica y cosa exotérica, palabra blanca y objeto negro, por ello siempre se designa de dos modos: «porque el Snark era un Bujum, imagínese». No debe imaginarse que el Bujum es una especie particularmente terrible de Snark: la relación de género especie no conviene aquí, sino solamente las dos mitades disimétricas de una instancia última. Igualmente, (1) Sexto Empírico nos enseña que los estoicos disponían de una palabra desprovista de sentido, Blituri, pero la empleaban emparejada con un correlato: Skindapsos. Porque Blituri era un Skindapsos, ya ve usted. Palabra = x en una serie, pero a la vez cosa = x en la otra; quizá, como veremos, hay que añadir aún un tercer aspecto del Aión, el de la acción = x, en tanto que las series comunican y resuenan, y forman una «historia embrollada». El Snark es un nombre inaudito, pero es también un monstruo invisible y remite a una acción formidable, la caza a cuyo término el cazador se disipa y pierde su identidad. El Jabberwock es un nombre inaudito, una bestia fantástica, pero también el objeto de la acción formidable o de un gran crimen.
En principio, la palabra blanca es designada por palabras esotéricas cualquiera (esto, cosa, Snark, etc.); esta palabra blanca o estas palabras esotéricas de primera potencia tienen como función coordinar las dos series heterogéneas. A continuación las palabras esotéricas a su vez pueden ser designadas por palabras-valija, palabras de segunda potencia que tienen como función ramificar las series. Corresponden a estas dos potencias dos figuras diferentes. Primera figura. El elemento paradójico es a la vez palabra y cosa. Es decir: la palabra blanca que lo designa, o la palabra esotérica que designa a esta palabra blanca, tiene igualmente como propiedad expresar la cosa. Es una palabra que designa exactamente lo que expresa, y que expresa lo que designa. Expresa su designado, tanto como designa su propio sentido. De una sola y misma vez, dice algo y dice el sentido de lo que dice: dice su propio sentido. Por ello es completamente anormal. Sabemos que la ley normal de todos los nombres dotados de sentido es precisamente que su sentido sólo puede ser designado por otro nombre. El nombre que dice su propio sentido no puede ser sino sinsentido (Nn). El sinsentido y la palabra «sinsentido» no son más que uno, y la palabra «sinsentido» no es diferente de las palabras que no tienen sentido, es decir, las palabras convencionales de las que nos servimos para designarlo. Segunda figura. La palabra-valija misma es el principio de una alternativa de la cual constituye igualmente los dos términos (frumioso = fumante-furioso o furioso-fumante). Cada parte virtual de una palabra semejante designa el sentido de la otra, o expresa la otra parte que lo designa a su vez. Bajo esta forma la palabra en su conjunto dice aún su propio sentido, y es sinsentido a este respecto. La segunda ley normal de los nombres dotados de sentido es, en efecto, que su sentido no puede determinar una alternativa en la que entren ellos mismos. El sinsentido tiene pues dos figuras: una corresponde a la síntesis regresiva, la otra a
la síntesis disyuntiva. Objeción: todo esto no quiere decir nada. Sería un mal juego de palabras suponer que el sinsentido diga su propio sentido, ya que no lo tiene, por definición. Esta objeción no está fundada. Lo que es un juego de palabras es decir que el sinsentido tiene un sentido, que es no tenerlo. Pero ésta no es en
absoluto nuestra hipótesis.
Cuando suponemos que el sinsentido dice su propio sentido, queremos indicar por el contrario que el sentido y el sinsentido tienen una relación específica que no puede calcarse sobre la relación de lo verdadero y lo falso, es decir, que no puede concebirse simplemente como una relación de exclusión. Este es precisamente el problema más general de la lógica del sentido: ¿para qué serviría elevarse de la esfera de lo verdadero a la del sentido si fuera para encontrar entre el sentido y el sinsentido una relación análoga a la de lo verdadero y lo falso? Hemos visto ya hasta qué punto era vano elevarse de lo condicionado a la condición, para concebir la condición a imagen de lo condicionado, como simple forma de posibilidad. La condición no puede tener una relación con su negativo del mismo tipo que lo condicionado con el suyo. La lógica del sentido está necesariamente determinada a plantear entre el sentido y el sinsentido un tipo original de relación intrínseca, un modo de copresencia, que por el momento sólo podemos sugerir tratando el sinsentido como una palabra que dice su propio sentido.
1 Véase Sextus Empiricus, Adversus Logicos, VIII, 133. Blituri es una onomatopeya que expresa un
sonido como el de la lira; skindapsos designa la máquina o el instrumento.
Lógica del sentido,Undécima Serie, Del Sinsentido
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