Ideas innovadoras de Aristóteles. | ||||
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Cápitulo 7 del libro 1 metafísica de Aristóteles |
De las cosas que se generan, unas se generan por naturaleza, otras por arte y otras espontáneamente. Y todas las que se generan llegan a ser por obra de algo y desde algo y algo. Y este último «algo» lo refiero a cualquier categoría; pues o bien serán esto o cuánto o cuál o dónde.
Y las generaciones naturales son aquellas cuyo desarrollo procede de la naturaleza; y aquello desde lo que algo se genera es lo que llamamos materia, y aquello por obra de lo cual se genera es alguno de los entes naturales, y el algo que se genera es un hombre o una planta o alguna otra cosa semejante, de las que decimos que son substancias en grado sumo -y todas las cosas que se generan por naturaleza o por arte tienen materia; es posible, en efecto, que cada una de ellas sea o no sea, y esto es la materia en cada una-; pero, en general, aquello desde lo que y según lo que se genera es naturaleza (pues lo que es generado tiene naturaleza, por ejemplo una planta o un animal), y aquello por obra de lo cual se genera es la naturaleza llamada específica, que es de la misma especie (pero ésta está en otro); pues un hombre genera a un hombre. De este modo, pues, se generan las cosas que son generadas a través de la naturaleza. Y las demás generaciones se llaman producciones. Y todas éstas proceden o de arte o de potencia o de pensamiento. Pero algunas de éstas se producen también espontáneamente y por casualidad, casi como en las cosas que son generadas por naturaleza; pues algunas cosas también aquí se generan lo mismo a partir de una semilla que sin semilla. Pero acerca de esto trataremos más adelante.
A partir del arte se generan todas aquellas cosas cuya especie está en el alma (y llamo especie a la esencia de cada una y a la substancia primera); pues también los contrarios tienen en cierto modo la misma especie, ya que la substancia de la privación es la substancia opuesta, como la salud lo es de la enfermedad, puesto que la enfermedad es la ausencia de aquélla, y la salud es el concepto que está en el alma, y la ciencia. Y se produce lo sano habiendo pensado así: puesto que la salud es esto, necesariamente, para que algo esté sano, tendrá que haber esto, por ejemplo, equilibrio, y, para que haya esto, calor; y así seguirá pensando hasta llegar a aquello que él puede finalmente producir. A partir de aquí, el movimiento tendente a la salud se llama producción. Así sucede que, en cierto modo, la salud se genera de la salud, y la casa, de una casa; la que tiene materia, de la que no la tiene; pues las artes curativa y edificativa son la especie de la salud y de la casa. Y llamo substancia sin materia a la esencia. Así, pues, de las generaciones y movimientos, uno se llama pensamiento y otro producción; el que procede del principio y de la especie, pensamiento, y el que arran ca del final del pensamiento, producción; y de modo semejante se genera también cada una de las demás cosas intermedias. Por ejemplo, así: si ha de estar sano, tendrá que equilibrarse. ¿Y qué es equilibrarse? Tal cosa. Y ésta se efectuará si se calienta. ¿Y esto qué es? Tal cosa. Y ésta existe en potencia; pero esto ya depende de él [del medico]. Así, pues, el principio activo y el punto de partida del movimiento hacia la salud, si ésta procede de arte, es la especie que hay en el alma; pero, si surge espontáneamente, procederá de aquello que es principio de su operación para el que opera a partir de un arte, como en el curar el principio viene sin duda del calentar (y esto lo hace [el médico] por frotamiento). Por consiguiente, el calor que hay en el cuerpo o es parte de la salud o va seguido de algo que es parte de la salud, o bien hay más miembros intermedios. Y esto es lo último, lo que produce la parte de la salud, - y de la casa (como las piedras) y de las demás cosas. De suerte que, según se dice, la generación es imposible si no preexiste algo. Así, pues, es evidente que por necesidad preexistirá alguna parte; la materia, en efecto, es tal parte (ya que está presente en la cosa y se hace ésta). Pero ¿acaso también la de los elementos del enunciado? De ambos modos, en efecto, decimos qué son los círculos de bronce: diciendo que su materia es bronce y que su especie es tal figura, y éste es el género en que directamente son puestos. Así, pues, el círculo de bronce incluye la materia en el enunciado. - Las cosas que proceden de algo como materia no se dice, cuando son generadas, que son «aquello», sino «de aquello» de lo que proceden; por ejemplo, no se dice que la estatua sea una piedra, sino de piedra; y un hombre que se cura no es llamado aquello a partir de lo cual se cura. Y la causa es que se genera a partir de la privación y del sujeto, al cual llamamos materia (como también se torna sano el hombre y el enfermo), pero más bien se dice que se genera a partir de la privación, por ejem plo el sano a partir del enfermo más que a partir del hombre; por eso el sano no es llamado enfermo, pero sí hombre, y el hombre, sano. Pero, cuando la privación es oscura y sin nombre, por ejemplo en el bronce la de alguna figura, o en los ladrillos y en las maderas la de una casa, la generación parece desarrollarse a partir de estas cosas como allí a partir del enfermo. Por eso, del mismo modo que allí lo generado no se denominaba aquello a partir de lo cual se generaba, tampoco aquí la estatua se denomina madera, sino que se dice que es de madera, no madera, y de bronce, pero no bronce, de piedra, pero no piedra, y la casa, de ladrillos, pero no ladrillos, puesto que, si bien se mira, tampoco se dirá sin más que una estatua se genera a partir de madera o una casa a partir de ladrillos, ya que es preciso que aquello a partir de lo cual se genera cambie y no permanezca. Ésta es la razón de que se diga así.
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