A
fines de la década del ochenta la periodista Claire Parnet entrevistó al
filósofo Gilles Deleuze tomando cada letra del abecedario como disparador para
filosofar. De la letra se desprendía una palabra, a la cual el filósofo
respondía con una reflexión sin conocer previamente dicha palabra. El ABC de
Deleuze son casi ocho horas de video en los cuales el filósofo desde la sala de
su casa despliega toda la vitalidad y diversidad de matices de un pensamiento
dinámico producto de años de trabajo y lectura. El lector interesado no tiene
más que buscar en YouTube ¨abecedario de Gilles Deleuze¨ para presenciar ocho
horas de las más variadas reflexiones de uno de los filósofos más
ricos del siglo XX.
Para
la letra A Claire le propone la palabra ¨Animal¨. De aquí se desprenden interesantes consideraciones entorno a la literatura entre otras reflexiones, pero es aquí donde pienso detenerme.
Para
comenzar Deleuze establece la diferencia entre animales domesticados y no
domesticados. ¨El problema es que son animales de la esfera familiar o
familial, que estén domados, domesticados no me gusta¨. La llegada de un perro
o un gato a su casa es como un momento fatal. Lo molesto del gato es que tiende
a frotarse contra su dueño, y lo molesto del perro es su ladrido, el ladrido
esa ¨vergüenza del reino animal¨. Pero como tendiendo un puente, el filósofo,
nos lleva de lo molesto de los animales domésticos a sus dueños, a las personas
que tienen con ellos una relación humana. Le interesa más una relación animal
con el animal, por ejemplo entre el cazador y el animal hay una relación
animal, de caza y confrontación, de aniquilamiento. Lo cual no quiere decir que
Deleuze esté incitando a salir a cazar animales. Además, dice también, no
soportar la relación del animal como miembro de la familia porque lo remonta al
psicoanálisis. Una relación humana con el animal es anular lo animal en el
animal. Así lo instintivo, el estado de alerta y acechanza cede su lugar a la
domesticación del animal, a la anulación de lo instintivo, es decir a su
humanización. Pensemos en esos perritos con sus camperitas o sus remeritas en
verano y toda esa antropologización que se hace con ciertos perros o gatos.
Pero
hay una relación entre escribir y el animal?
Claro.
Pero antes el filósofo nos detalla con su sencilla pedagogía uno de sus
conceptos claves acuñado en conjunto a Félix Guattarri: la noción de
Territorio. Los animales delimitan su territorio, por ej. hasta un perro
doméstico limita el mismo; los animales marcan territorio, las fronteras de
territorio, que se manifiesta en color, y cita el ejemplo del culo de los
mandriles; campo y postura. Color, campo y postura, las dimensiones animales de
limitar el territorio. Pero color, campo y postura no sólo son dimensiones del
orden animal, sino que son las condiciones de creación artística. ¨Color, las
líneas, porque las posturas animales son a veces verdaderas líneas, campo, es
el arte en estado puro¨ Entonces el territorio es el ámbito de la propiedad y
salir del territorio es aventurarse. Salir del lugar común del ámbito filial es
comenzar un nuevo proceso presente en el reino animal: desterritorialización.
Salir del territorio para situarse en otro, experimentar saliendo del lugar
conocido en pos de lo desconocido para hacer lugar a un nuevo espacio abriendo
así el campo de las posibilidades. La desterritorialización implica una nueva territorrialización.
Salir
del territorio es aventurarse, y aquí el pensador francés lo relaciona con el
trabajo del filósofo pero no sólo del filósofo, podemos hacerlo extensivo
también al novelista, al cuentista o al poeta, en síntesis al escritor porque
aventurarse es animarse a crear por ej. ¨Barbarismos¨. Es decir, no hay
territorio sin vía de salida como no hay desterritorialización que no sea la
búsqueda de una reterritorialización en pos de aventurarse yendo más allá del
ámbito que nos concierne pero en pos del mismo. Es decir que es un salir de la filosofía por la
filosofía. Como el territorio es una relación de movimiento, la
desterritorializacion operará como la búsqueda de aquel concepto que no puede
ser designado más que por una palabra que todavía no existe. El barbarismo
reflejará una nueva noción con pretensiones renovadas. Deleuze en el ABC nos ofrece una síntesis de
todo lo dicho:
1- No hay territorio sin un vector de salida
2- No hay desterritorialización sin esfuerzo
por reterritorializarse en otro sitio
Escribir,
dice Deleuze, ¨para¨ el lector, significa ¨a la intención de¨, es la escritura
del tipo modelo autobiográfica, en la que no importe el tema a tratar, toda
¨problemática¨ o ¨reseña¨ o ¨exposición de pasiones bajas¨ confluye a la
subjetividad de su autor y a sus asuntos domésticos o familiares. Por el
contrario, escribir ¨para¨ ¨no-lectores¨
en lugar de ¨a la intención de¨ significa escribir para los analfabetos, los
idiotas o los animales, escribir como un devenir para llegar a un límite de la
literatura ligado a cierta condición ¨existencial¨ y coloco esta palabra entre
comillas porque no es propia del léxico de Deleuze. Nos dice al respecto: ¨Cuando escribimos no
estamos llevando un asunto privado( petite affaire privée). En verdad es la
mediocridad literaria¨ Nos da algunos indicios de la escritura doméstica. Ella
se limita a un asunto privado de la vida del autor, por ejemplo a la abuela que
murió de cáncer o a la historia de un amor que no fue y así en más. ¨Una
vergüenza¨ nos dice el francés. De este modo, cualquiera que hace pública sus pasiones bajas puede sentirse un par de Kafka o prescindir incluso de su lectura. Un modelo opuesto concibe escribir como una fuerza, una tensión que nos
obliga a llevar el lenguaje a sus límites, la sintaxis a sus límites, la vida a
su límite. Escribir es experimentar un límite, el límite de la existencia.
Pero
cómo se expresa ese límite?
Responde
Deleuze acerca del límite: separa el lenguaje del silencio, de la música,
límite que separa el lenguaje de la animalidad, que separa el lenguaje del
grito porque escribir es llevar ese límite que separa al hombre del animal.
Estar en ese límite que separa el pensar del no-pensar.
Más
adelante, en C de Cultura, refiere a los tiempos pobres, época de desierto. Hay
cierta continuidad en lo tratado en la A de animal, en lo que respecta a la
relación animal con el escribir como un devenir otro y la escritura que gira
sobre la vida y anécdotas reales o ficticias que confluyen en el petite affaire
privée del autor, hay relación con la escritura intimista y la época de
desierto, porque es ella la que caracteriza dicha época. Cito: ¨Lo molesto no
es el hecho de la pobreza, sino la insolencia o la impudencia de quienes ocupan
los periodos pobres¨ Y sigue más adelante: ¨Son los que consideran que la
literatura es un pequeño asunto privado. Si partimos de esa consideración no
hay ninguna necesidad de leer a Kafka, con tal que uno escriba bonito ya se
encuentra con naturalidad entre los pares de Kafka¨ Tengo por costumbre leer lo
que otros hacen, hay quienes me despiertan admiración sincera y por el
contrario, quienes me despiertan sentimientos encontrados, sentimientos más bien
desagradables. Cito ejemplo de literatura doméstica que leí en internet que no
hace más que confluir al petite affaire privée de su autora:
¨Mis
viejos decidieron comprar esta quinta
cuando yo cumplía 15 años. Les dije que no iría nunca. Que si no tenían
plata para comprar una casa con pileta y pinos y ciruelos en Belgrano R, donde
vivieron siempre, pues entonces que no compren nada. Les reprochaba que es una burla comprar terrenos y hacer casas
re-grosas al lado de casas muy humildes. “Es una provocación, una falta de
respeto, después no se quejen, si les roban, tienen derecho. Ustedes los están provocando.”
Mi mamá me explicaba que ella extrañaba la naturaleza, que sus raíces gallegas,
que los árboles y los ciruelos y los higos y no sé que otras frutas más, la
reclamaban. Que los chicos, “los chicos la van a pasar bien”. Yo le prometí que
nunca jamás iba a ir a “esa” quinta. No podría afirmar que no vine literalmente
“nunca” pero sí figurativamente nunca. Digo: nunca venía a esta quinta. Mis
recuerdos de esas pocas veces son aburridos. Odiaba quedarme a dormir. Odiaba
los mosquitos y los perros vagabundos que venían hambrientos de otras casas.
Odiaba la noche, la paz las estrellas los grillos y todo eso que el resto de mi
familia agradecía¨(nota: recién compruebo que el sitio del cual tomé la cita ya no existe, su autora es Luz Marus)
¨Mis
viejos¨ ¨cuando yo tenía quince años¨ ¨les dije que no iría nunca¨ ¨mi mamá me
explicaba¨. Petite affaire privée de la autora. Época de desierto.
Posiblemente el desagrado de Deleuze por este tipo de ¨literatura¨ intimista se
remonte a Lógica del Sentido. Específicamente a la trigésima tercera serie en
la que diferencia novela neurótica familiar y novela-obra de arte, escribe: ¨Y
es que el neurótico nunca puede más que efectuar los términos y la historia de
su novela: los síntomas son esta efectuación misma, y la novela no tiene otro
sentido¨ El modelo de la literatura intimista es el teatro de re-presentaciones
patológicas del orden filial que responde a la relación del psicoanálisis con
la literatura. Por el contrario, el campo de la creación artística rompe con el
modelo de la representación de los síntomas del orden familiar: ¨pasar de la
superficie física en la que tienen lugar los síntomas y se deciden las
efectuaciones a la superficie metafísica donde se dibuja, se juega el
acontecimiento puro; pasar de la causa de los síntomas a la casi-causa de la
obra: éste es el objeto de la novela como obra de arte, y lo que la distingue
de la novela familiar¨ Los artistas son los clínicos de la civilización y no de
sus síntomas señala Deleuze. La literatura intimista está lejos del teatro de
las representaciones sintomáticas por el simple hecho que en el caso citado,
por decir un ejemplo expresado, es sólo un caso más entre otros de escritura por ocio, de
rusticidad o búsqueda de re-conocimiento(?), lo cual no está mal, pero el
problema está en delimitar el campo de la literatura de su simulacro, concepto
caro a Baudrillard. Sin embargo todavía está lejos del teatro de
re-presentaciones del pequeño drama filial porque se le escapa por su pequeño
alcance y el talento limitado. Un diario íntimo no interesa a nadie.
Podemos
trazar nuestra propia relación entre este tipo de escritura y el devenir
animal, pero de modo distinto a Deleuze, y sin embargo haciendo uso de sus
categorías conceptuales; sería una escritura animal-doméstico, como el ladrido
de perro, esa vergüenza del reino animal. Una literatura doméstica es una
variable de los distintos modos de domesticación del pensamiento, aquí podemos
encuadrar el ejemplo y muchos otros similares. A quién le importa un diario
íntimo?
Retomando,
en C de Cultura, el autor nos da tres puntos por los cuales podemos advertir
los periodos de desierto. Ellos son:
1- Los periodistas han conquistado la forma
libro. Consideran muy normal escribir un libro como si fuera poco más que un
artículo periodístico.
2- La idea generalizada de que todo el mundo
puede escribir porque la escritura es el pequeño asunto de cada cual y entonces
con los ¨archivos familiares¨, ya sea porque todo el mundo ha tenido una
historia de amor, todo el mundo ha tenido una abuela enferma o una madre que
murió en condiciones espantosas, se dice: ¨bueno, con esto se puede hacer una
novela¨.
3- La rotación rápida del régimen de best
sellers.
Sin
embargo no hay que dejarse engañar y caer en el lugar común, Deleuze no es un filósofo pesimista. Nos advierte que todo momento es pasajero y que siempre habrá circuitos
paralelos, fuerzas subterráneas trabajando en simultáneo a punto de dar en
erupción desde una visión afirmativa, lúdica y creativa que va más allá de la
tristeza documentada por el escritor animal doméstico. El abecedario de Deleuze
son casi ocho horas en la cual uno de los filósofos más importante del siglo XX
despliega su creatividad conceptual. Sentado con vestimenta sencilla en la sala
comedor de su casa en Paris, con serenidad y humildad, nos enseña que crear es
ir más allá del ¨lugar común¨, de la exhibición ligera y simple que confluye a
la interioridad de nuestras representaciones domésticas del mundo. A las miserias del teatro de las pequeñas
representaciones. Porque la escritura auto-biográfica(en todas sus variables)
es un ladrido de perro. Un devenir escritor-animal domesticado. La alternativa
estaría en salir de ese territorio para buscar nuevas expresiones, crear
¨barbarismos¨, situarnos en el plano de lo no conocido y llevar el lenguaje al
límite pero no sólo el lenguaje porque en la experiencia no sólo se juegan las
palabras, sino, además, la vida misma. Escribir como un animal-salvaje es no
temer a lo desconocido. La apuesta está en ir más allá de la respuesta a la
pregunta qué es la literatura y aquí un paralelo. Sartre escribió un ensayo en
la década del 40´ titulado ¨Qué es la literatura¨. Tarea condenada al fracaso
es buscar una definición que de respuesta al problema, porque tanto en Deleuze como en Sartre,
omitiendo las diferencias, la literatura se sitúa en un plano distinto, no de
captura, sino de experiencia. En la experiencia del hacer se juega el problema
de la literatura. Sin embargo la no-definición de la misma no nos impide
diferenciar la bella prosa de la prosa de carnicero.
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