En la cima de la montaña por Norberto Martín | ||||
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De esta reflexión pueden surgir expresiones diversas, pero me voy a detener en dos diferentes:
Algunos: ¡Qué maravilla la naturaleza, su inmensidad! ¡Qué impotente el ser humano ante ella! ¡Esta belleza producto de millones de años de acción caótica!
Otros: ¡Qué maravilla la obra de Dios, su inmensidad! ¡Qué impotente el ser humano ante ella! ¡Es impresionante pensar que Dios imprimió en el principio lo que llegó a ser hoy el universo!
¡UN HECHO, DOS INTERPRETACIONES! (puede haber más)
Quiero analizar otro hecho:
Durante la historia de la humanidad, para explicar fenómenos, los seres humanos recurrieron a los mitos, producto del animismo, del cual se fueron constituyendo las distintas religiones.
La monoteísta surge en Egipto y es trasladada, por los Israelitas, un pueblo de esclavos, a Medio Oriente.
Este punto geográfico estaba ubicado estratégicamente en el medio del camino del comercio entre las naciones conocidazas en ese momento, desde el Lejano Oriente hasta lo que es ahora Europa y el norte de África. Pasaron los comerciantes trayendo y llevando leyendas, mitos y divinidades.
Aquí se desarrolló la religión Judía (o Israelita) y dio origen a las religiones Cristiana e Islámica. Que por la misma razón geográfica se dispersaron por todo el mundo.
A través de la historia, las religiones, fueron progresando a lo que conocemos hoy. (Utiliza el término progreso ya que es el resultado de la acción humana y no evolución que es el resultado de la acción de la naturaleza.
Hasta aquí el hecho.
Del mismo pueden surgir muchas interpretaciones, me voy a detener en dos antagónicas.
“EL HOMBRE HA CREADO A DIOS”
“DIOS SE VA MANIFESTANDO A LOS HOMBRES A MEDIDA QUE ELLOS PROGRESAN EN SU ENTENDIMIENTO”
¡UN HECHO, DOS INTERPRETACIONES!
Razón y Fe, Fe y Razón, ¿cuál de las dos es la correcta? ¿Cuál de las dos es la que me lleva a la verdad?
El camino de ambas se asemeja al que conduce a un precipicio, la Razón me indica detenerme, la Fe seguir adelante.
La Fe ha tratado de demostrar, durante siglos, lo que la razón no puede vislumbrar.
La Razón ha tratado de demostrar la imposibilidad de los hechos de fe.
Para el que tiene Fe, por ejemplo todas las demostraciones de la existencia de Dios son válidas, dicho sea de paso lo han hecho Aristóteles, Avicena, Averroes, Anselmo, Agustín, Tomás de Aquino, Theilard de Chardèn (este a partir del concepto de evolución), Descartes, Hegel, Marcel, Kierkegaard, etc.
Para el que no tiene fe, ninguna es válida, y dicen que es imposible demostrar algo inexistente, Sarte, Marx, Nietzche, etc.
El problema consiste en el punto de partida de ambas:
La Fe es expresión de la voluntad, del querer y el resultado es confianza, esperanza (de spes, esperar activamente, espero pero hago todo lo posible para lograrlo; no de spectatio, espera del espectador, me siento a ver que sucede), seguridad, amor y actitud.
La Razón, expresión de la inteligencia, sigue sus lineamientos, el resultado es el conocimiento, la ciencia, la tecnología, etc.
Pero en nuestra vida diaria ambas están presentes, confiamos en otros, tenemos fe en ellos, a veces sin razón; esperamos conseguir un trabajo mejor, y nos esforzamos buscándolo; pero también usamos nuestra inteligencia para entender los hechos y nuestra voluntad para comprenderlos (1).
La voluntad es cálida, la razón fría.
La voluntad quiere, la razón calcula.
Ambas se condicionan mutuamente.
Y quisiera terminar con aquel refrán que dice “El corazón tiene razones que la razón no conoce” y si la adaptamos al texto sería “La voluntad (Fe) tiene razones que la Razón no conoce”.
1 - Es mas toda nuestra vida está basada en la fe, en la creencia, algunas veces corroboradas y otras sin necesidad. Le creemos a nuestros padres, a los docentes, a los parientes, a nuestros sentidos (Ej. el cielo es azul y este color no es mas que un reflejo de la superficie terrestre), y así podría enumerar infinidad de situaciones en que la creencia tiene la supremacía.
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