Están estructuradas las secciones de la siguiente forma:
- I. Dedicatoria/ Introducción / La patria.
- II. Eran los ochenta / La telenovela como práctica cultural.
- III. El país según Cabrujas / Para comprender a Cabrujas: Teodoro Petkoff y Argelia Laya.
- IV. Sin tierra / Cabrujas, el radiólogo / La lectura / Militarismo / La memoria.
- V. La incertidumbre / La casa y sus arquitectos / La democracia / Tráfico/ La pasión rigurosa de las orquestas: José Antonio Abreu.
- VI. El rumiar / Rodolfo Izaguirre y el Cine Ojeda / Eran los noventa / El sueño de Alberto Arvelo Ramos / Me traduzco: Yolanda Pantin / El olfato afinado de Miguel Ron Pedrique.
- VII. ¿Militarismo tropical o civismo militar? / ¿La tragedia? / Con hambre y desempleo con Chávez me resteo / Principios básicos.
- VIII. ¿Educación pública y gratuita? Siempre / La innovación educativa: Luis Beltrán Prieto Figueroa y su fundamento en Simón Rodríguez/ Posdata: Arnaldo Esté y la Educación para la dignidad.
- IX. Si los intelectuales no lo comprenden, ¿qué se le puede pedir a los políticos? / Interpelaciones: a propósito de la piel como voz/ Simón Rodríguez le responde a Rafael Cadenas / Ídolos rotos / Otro síntoma: Distinto a los colores o el mismo/ Un matiz del problema ético / La política selectiva del color / Huella arqueológica: blanquearse.
- X. ¿Tembló la Universidad? Terremoto en el país y mi admiración: Enzo Del Bufalo.
- XI. Como las reinas de belleza o Carolina Herrera como ethos/ Venezuela no es un tren de prostitutas/ Lectura en el exilio/ La comunidad en la diferencia: Miguel Márquez / Armando Rojas Guardia: el horizonte de sentido.
Como las reinas de belleza o Carolina Herrera como ethos
Grafiti. Manuel Alzuru, 1984 |
I
En 1944, Ada Pérez Guevara, en el Correo Cívico Femenino, periódico que fundó y dirigió, escribe: “No podrá en ningún caso alcanzarse la democracia verdadera e integral mientras no se decidiera la igualdad política entre hombres y mujeres venezolanos, diferentes por sexo, pero semejantes, porque todos somos humanos. Si ello no ocurre, la democracia será inestable, huidiza e intangible.” El periódico lo repartían las mujeres entre las maestras y estas a las representantes de sus alumnos, en la lucha por el derecho al sufragio. Promovió un documento con un grupo de mujeres que se discutió en el Congreso de la República con la firma de 11.000 mujeres, para que se reformara un artículo de la constitución y pudieran ejercer el derecho al voto. Se logró que las mujeres pudieran votar y ser elegidas como diputadas a la Asamblea Constituyente que reformaría la constitución de Venezuela en 1946, tras el golpe de Estado al general Isaías Medina Angarita, el 18 de octubre de 1945. En 1947, por primera vez en Venezuela las mujeres y los analfabetos pudieron ejercer el derecho al sufragio y fue electo como presidente de la República, el novelista Rómulo Gallegos.
Pérez Guevara fue una intelectual venezolana que nació en Cantaura, estado Anzoátegui, en 1905, y murió en Caracas en 1997. Escribió cuentos, novelas, poesía, ensayos, artículos de prensa y fue cofundadora del Ateneo de Caracas. Se graduó de licenciada en Comunicación Social en la Universidad Central de Venezuela cuando tenía 59 años, en 1964. Es una referencia de perseverancia y constancia.
II
- Usted maquilla su cuerpo de forma permanente con un tatuaje. ¿Y está criticando un maquillaje pasajero de mi veneka?
Usted defiende que la mujer puede decidir sobre su cuerpo, inyectarse hormonas, modificarse en función de su autopercepción y critica a otras por operarse la nariz, los senos, las nalgas, según sus deseos. ¿De qué estamos hablando?
¿Usted ha tenido la oportunidad de pasearse por la idea que es profundamente machista opinar que la profesión de modelo es para mujeres incultas, buscadoras de marido? ¿No?
La belleza no está en el exterior sino en la mirada. Las miradas se configuran a partir de hábitos, costumbres y prácticas. Dicen los antropólogos que los esquimales pueden distinguir hasta treinta tonalidades de blanco, cuando nosotros a lo sumo podemos ver dos o tres tonalidades.
- Les cuento una intimidad. Mi esposa tenía 30 años sin estudiar medicina (la mujer es arrecha, tiene tres títulos de pregrado en odontología, medicina y en educación). Iba a presentar el UNACOM para revalidar sus estudios. Estaba nerviosa. Consultó a una psicóloga. Le dijo: Piensa en los mejores momentos cuando salías bien en la universidad. Qué hacías. Y revive esa experiencia estudiando y cuando asistas a la prueba, vivencia el recuerdo. Mi esposa, después de buscar en sus empolvados archivos, extrajo un recuerdo. Me vestía bien y me maquillaba cuando iba a presentar examen, para que nadie notara, y menos quien fuese docente, que no había dormido. No le iba a dar el gusto a los médicos que me vieran con ojeras. Y así lo hizo. Y en la primera oportunidad pasó el examen en Chile.
Quienes realizan prácticas culturales, artísticas, intelectuales, suelen mirar con cierto desprecio a quienes participan en los concursos de belleza. Incluso en Venezuela decimos: lo único que exportamos son mujeres y petróleo.
- Afirmo: quien realiza esa afirmación, ignora de qué trata la moda en términos del desarrollo socioeconómico en un país e ignora cuál es la historia del desarrollo científico-técnico de la industria petrolera en Venezuela.
Una mirada configurada desde el machismo las percibe, a las modelos, como unas prostitutas elegantes. Sin embargo, cuando se estudia la vida cotidiana de las principales mujeres venezolanas que han participado en concursos de belleza, es para sorprenderse. Por la disciplina que implica el oficio. Por la modificación en los hábitos. Semejante a un deportista. Quienes han aprovechado el aprendizaje se han transformado en mujeres empoderadas –lo más alejado de las cabezas huecas que solemos imaginar desde la abstracción de nuestros pre-juicios de la cultura machista. Si usted le añade a la descripción anterior lo que significaba ser modelo en Venezuela, usted tendrá otra perspectiva del por qué era tan relevante participar en un concurso de belleza.
Un caso interesante para recordar es el de Irene Sáez Conde, Miss Universo 1981. Se graduó con honores en estudios políticos y administrativos en la Universidad Central de Venezuela. Cuando se realizan las primeras elecciones de alcaldes y gobernadores en 1992, se postuló para la Alcaldía de Chacao y ganó. Creo que todos los caraqueños rememoramos la transformación que sufrió el municipio; así como cuidaba su imagen, se dedicó a cuidar el perfil de las calles, plazas o de la policía municipal. Se hizo común para cualquier chofer, cuando pasaba del Municipio Libertador al de Chacao que su práctica se modificara; porque si cometía una infracción allí estaba el policía de tránsito. Diseñó e implementó un servicio de salud exitoso, en fin. Una excelente alcaldesa; por su gestión fue reelecta. Sin embargo, se desvalorizaba su gestión aludiendo que era un municipio con muchísimos ingresos. Era una excusa, porque antes no había sido así. Y ninguno de los alcaldes posteriores lograron mantener el prestigio ni el nivel de las políticas implementadas por ella.
Judith Castillo, primera finalista en Miss Universo 1976, trabajó en telenovelas, fue animadora de televisión, se graduó en derecho. Fue abogada de una de las televisoras más importantes del país, RCTV y fundó una empresa de elaboración y distribución de delicateces. Pilín León, Miss Mundo 1981, desde 1995 dirige una empresa que se llama Pilín León Producciones. Bárbara Palacios, Miss Universo 1986, es licenciada en publicidad, realizó una maestría en teología y psicología. Su empresa se llama Bárbara Palacios Network; en el 2016 fue honrada por el Congreso de los EE. UU. como una de las mujeres latinas más influyentes en la comunidad hispana. Alicia Machado, Miss Mundo de 1995, se dedicó a la actuación y ha protagonizado más de veinte telenovelas en Venezuela, México y Estados Unidos. Dayana Mendoza, Miss Universo 2008, estudió actuación y cine en la Academia de Cine de Nueva York, animó programas de televisión, protagonizó novelas y fundó una productora; en 2018 produjo su primera película titulada Honey, fue semifinalista en el Festival Internacional de Cine de Hollywood.
La lista sería muy larga, considerando todas aquellas que participaron en el Miss Venezuela y no ganaron, pero que el certamen les dio la posibilidad de darse a conocer y empezaron a trabajar en la industria del entretenimiento; tan solo un ejemplo: Patricia Velásquez, quien es de la etnia Wuayúu, una comunidad aborigen del Zulia; concursó en Miss Venezuela 1989 y llegó de segunda finalista. Es actriz, participó en la película La momia (1999) hizo el papel de Anck-Su-Namun y su secuela, The Mummy Returns. Creó la fundación Wayúu Tayá en el 2002 con el objetivo de ayudar a su pueblo a través de un conjunto de proyectos sociales que comprenden infraestructura, educación, salud y está focalizado en la niñez.
- Si estas damas con sus prácticas de emprendimiento se transforman en referencias para la mujer y el hombre de la Venezuela actual, estaremos seguros que nos reconstruiremos con elegancia.
El sentido de graficar estas prácticas es para reconciliarnos con nosotros mismos. Tomar conciencia que esta industria, la moda, tiene un conjunto de ramificaciones en términos productivos, sustanciales para el país con relación a fabricación de telas, diseños, carteras, accesorios; pero sobre todo, configura una estética urbana, hedonista y sublime... En esta área tenemos un acervo histórico que nos constituye. Primer dato: la segunda boutique de Christian Dior en el mundo, después de Paris, fue en Caracas.
- ¡Perdón! ¿Y María Conchita Alonso? ¿Mis Princesita?
- Que se encargue el lector de buscar quién es. Lo que te digo es que yo estaba enamorado. ¿Te imaginas? Con esa voz sensual, cantándote al oído: “Una noche de copas, una noche loca…”.
Segundo dato: Carolina Herrera nació en 1939. Su padre fue el coronel Guillermo Pacanins Acevedo (1909-1992), uno de los primeros militares de la aviación venezolana; fue gobernador de Caracas. Su madre: María Cristina Niño Passios (1912-1970), descendía de una familia de políticos y militares. El inicio del siglo XX en Venezuela hasta 1958, fue de gobiernos militares; con la excepción del trienio 1945-1948. Es decir, la niña Herrera nace en una familia con tradición política y militar. Forma parte de la clase alta de la sociedad. Como era tradición se casa a los 18 años y era una dama dedicada al hogar con dos hijos. En 1964, se divorcia. Al año siguiente empieza a trabajar como publicista de la marca Pucci en Caracas. En 1968 se casa con Reinaldo Herrera, quien era presentador de televisión y editor de la revista Vanity Fair, en su versión en castellano y pertenece a una de las familias aristocráticas de la sociedad caraqueña. Esta nueva relación la conecta con el mundo de la moda de New York. Sin embargo, estuvo dedicada a su familia. A finales de los setenta, decide incursionar en el diseño. En 1980 presenta su primera colección y la presenta en Caracas; su éxito fue rotundo. Ese año fundó en la ciudad capital, La Casa de Moda de Herrera. Al siguiente año la presenta en el Metropolitan Club de Manhattan, obteniendo el mismo resultado; tenía 42 años. Regresa a Caracas para diseñar su nueva colección y lanza la marca CH, Carolina Herrera en el país. De allí empieza su carrera exitosa entre Caracas y New York.
- Estimado lector no solo para darle la evidencia de mis afirmaciones sobre la casa Dior; sino para que adquiera conciencia de lo que significaba para Venezuela ser la capital de la moda de América Latina y el Caribe con respecto a su desarrollo industrial, le invito a ver en Youtube la entrevista a quien fue representante de Dior en nuestro país, en el podcast de Marianella Salazar, llamado: “Divinos momentos”. La conversación que tituló: Dior made in Venezuela. La era dorada contada por Blue.
III
- ¿Está desnuda?
- Si.
- ¿En la calle?
- Sí.
- ¿Está loca?
- No sé quiénes son los cuerdos.
- ¿Eso es arte?
- No puedo responderte.
- ¿Por qué?
- Porque eres sordo y ciego.
Érika Ordosgoitti es una artista venezolana. Nació en 1980. Realiza acciones con su cuerpo desnudo. En el metro de Caracas. En el río Guaire. En las plazas. La han arrestado por inmoral.
En un simposio internacional de estética que se realizó en la ciudad de Mérida, entró desnuda al auditorio donde se estaban realizando las ponencias. Yo era el moderador. Interrumpió el habla. Se paró frente a los asistentes. Invitó a las personas que estaban en la primera fila, para que se acercaran uno a uno. Le jalaran un cordón de su vagina. Salían los tampones como balas. Los desarmaba. Leía lo que guardaban dentro, un verso. Uno tras otro. Su lectura, logró que se borrara el cuerpo. La voz fue la única presencia. Al terminar de leer, salió como entró. Me quedé temblando, sin saber qué hacer.
Es poeta. Facebook la ha censurado una y otra vez. En cada página que abre, coloca las fotografías de sus acciones. Es artista visual. YouTube también la ha censurado. No se rasura. Su cuerpo son todos los cuerpos. ¿Su cuerpo? Es Venezuela.
- Les cuento que ha recibido algunos premios: Premio Artista Joven de la Asociación Internacional de Críticos de Arte AICA (2016), el Premio Artista Joven Latinomericano de la Fundación MISOL para las artes en Bogotá (2014); Primera Mención de Honor, Salón SúperCable de Jóvenes con FIA, Caracas (2011); Mención de Honor, Salón Nacional de Arte Aragua, Maracay (2009); Premio Universitario del Primer Salón Nacional de Arte Universitario, Caracas (2009). Su trabajo ha sido exhibido en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, el Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá, el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, la Galería de Arte Nacional de Polonia, así como en múltiples galerías privadas y espacios independientes. Es directora de Residencia Artística El Avispero en Venezuela.
Venezuela no es un tren de prostitutas
Serie Cotidiano. Manuel Alzuru, 2012 |
En algunos países se conocen a los venezolanos por El Tren de Aragua. Por la práctica ilegal de la prostitución. Por la trampa, el asesinato, la delincuencia. En algunas regiones del planeta, la percepción que se tiene es que somos una comunidad sumamente atrasada, de ilegales e incultos.
Al respecto diré lo siguiente: sume la población de Uruguay y Puerto Rico. Esa cifra es alrededor de 7 millones. La población de migrantes es mayor. De 8 millones de migrantes, imagine que el 5%, pertenece a la descripción anterior, significaría 400.000 personas. Con el 1% de esa cifra, esto es, 4000 personas delincuentes y prostitutas que lleguen a cualquier país, generan un caos. Es terrible. Es muy duro para los países y es comprensible que se sientan descoyuntados. Pero esa realidad no es Venezuela; es solo el 0, 05 de quienes han emigrado del país.
- Lo sé. No hay argumento racional frente a un sentimiento de rechazo contra personas que desajustan la vida en común.
Bueno. Al 95% restante de los migrantes, solo nos queda hacer lo mejor que podamos, donde el azar y la incertidumbre nos sorprenda; sufrir, estoicamente, la debacle de nuestra patria. Intentar hacer algo, desde la distancia, por recuperarla y resistir el rechazo de la otredad en el país que habitamos.
Lectura en el exilio
Serie Cotidiano. Manuel Alzuru, 2019 |
Ahora, en este tiempo, suelo leer a muy pocos teóricos; nunca a críticos del arte ni a intérpretes de poemas. Vuelvo sobre los mismos libros. Muy pocos autores, la Ética a Nicómaco de Aristóteles, los Pensamientos de Marco Aurelio, las cartas de Cicerón o Séneca; el manual de Epicteto, el Alcibíades de Platón; algunos libros de Nietzsche, las clases de Foucault, El príncipe de Maquiavelo, algunos ensayos de Sabato, trozos de Sociedades americanas de Simón Rodríguez. De Rafael Cadenas y Eugenio Montejo releo algunos versos cuando siento extravío. No leo poemarios completos. Me he vuelto obsesivo leyendo a los mismos poetas, los de Tráfico son una buena cobija. Abro el libro y si no me atrapa el primer verso, lo dejo. Salto la página. Lo abro a la mitad, leo un verso. Un poema es suficiente para tres meses. A veces, me basta un solo verso. Releo capítulos de novelas que han sido importante en mi formación. A esas narraciones las parto como un pastel, me como una escena, un diálogo y dejo reposando aquella embestida estética, como los recuerdos, esos fogones atropellados por el destino que nos dejan cicatrices en el alma.
- Cuando las miradas de la patria están ausentes, una palabra (de un buen párrafo o de un verso escalofriante) basta para ensordecer el espíritu.
La comunidad en la diferencia: Miguel Márquez
Río. Manuel Alzuru, 2011 |
Desde la perspectiva de la experiencia de la diferencia, el libro que siento más digno es La vida en breve. Miguel Márquez, porque logré reproducir una buena práctica que me enseñaron mis maestros: el libro como expresión de la mirada del mundo de quien lo escribe; pero como un proyecto comunitario donde se incorpora una mirada opuesta, disidente, al escritor.
Ese libro lo inaugura un antiprólogo escrito por Gonzalo Ramírez, donde abiertamente discrepa de mi mirada política, de mi estilo del abordaje poético e incluso es punzante al caracterizar mi interpretación como excesivamente egótica; pero estaba en lo cierto. No sé si comulgue con la palabra egótica a plenitud. Su crítica fue muy acertada, porque lo único que yo he hecho es mirarme, para ver si algún día llego a descifrarme.
A Gonzalito lo sigo queriendo mucho, tiene una sensibilidad estética aunada a una memoria de elefante, admirable; pero diverjo de forma enfática, categórica y taxativa de su comprensión sociopolítica del país. ¡Me encantaría reencontrarme en un café de Sabana Grande con él!, cuando termine la dictadura.
- Precisamente, porque lo quiero, no me atrevo a conversar con él, desde el 28 de julio de este año. Ando muy arrecho. La prudencia invita. Hago el intento que la banalidad del mal, como diría la Sra. Arendt, no colonice mis afectos.
En La vida en breve despacho algunos poemas del poeta porque no comulgo con ellos. Y en otros me dejo llevar pleno porque han sido fundamentales para consolidar mi mirada del mundo. En ese ejercicio no existe la impostura ni el todo vale; sino que cada quien se responsabiliza de su voz.
Quizás, como pueblo, como comunidad, podemos seguir cayendo, desencajándonos los huesos; pero hay una posibilidad: “la caída que nos eleve/ aunque sea un instante”. Elevarnos, a mi juicio, requiere de una práctica, empezar a quitarnos el peso de las ideologías, de la culpa social, del fratricidio como hábito, del mal del heroísmo, del enanismo histórico, de la religiosidad bolivariana, en fin… lo resumiría con una máxima: aprender a vivir ligero, sin mucho equipaje. ¿Yo? Apenas iniciando, como un bebé que gatea, esa ruta, con un salmo entre mis piernas:
Ligereza, querida amiga,
de los pies descalzos,
no me abandones nunca,
compañera.
(Miguel Márquez).
- Estimado lector. No crea que este artefacto (todavía no encuentro una mejor palabra) solo es fruto del dolor que tengo, del desarraigo que vivo, del desgarro que siento, de la nostalgia que mantengo, de la esperanza que se mantiene. ¡No!
El Programa de Estudios Postdoctorales que dirigí en el Centro de Investigaciones Postdoctorales de la UCV, se llamaba: Estudios de la Vida Cotidiana.
Mi tesis doctoral se tituló, Sabato: El derrumbe de la civilización Occidental en un hombre de nuestro tiempo. Mi tutor fue el maestro Agustín Martínez en el año 2000. Algunos amigos a quien dediqué estas páginas formaron parte de mi jurado. Inicié la tesis con un capítulo que le llamé: Interrogatorio preliminar. Me hacía preguntas y las respondía; otras interpelaciones me las hizo Luis Alberto Bracho. En la pregunta N.° 13, cito un ensayo que hice sobre Miguel Márquez y publiqué en 1991. De la siguiente forma:
“(…) en 1991 escribí un ensayo que hoy lo siento como el germen de toda esta tesis, El problema de la alpargata en la modernidad. Allí dije lo siguiente:
La sombra de la mirada perpetua que el intelectual latino (aunque lo desee) no puede eludir, la construcción del mundo desde Macondo.
Es terrible la renuncia a Pedro Infante, a la bemba colorá, a Comala, al dale que no le has dao o al Gaspar Ilón, cuando es un torbellino cultural que se lleva dentro y se pretende maquillar con los colores del circo.
No se trata de crear filosofías con manuales de pueblo. Se trata de hablar del pueblo sin filosofías universales, y si el manual se consigue, lleno de manteca, en un guacal, ¡a Dios gracias!, él será nuestro único tesoro.
No se trata de quemar en la hoguera las Meditaciones Cartesianas, los diálogos platónicos o a la Fenomenología de Hegel; la inquisición es de los medievales.
Es la angustia de ser la cultura del pasticho sin voz, aunque algunos susurros quiebren el silencio.
(…)
Ser nosotros mismos es descubrir la poética de Celia Cruz, Rubén Blades, Maelo, Roque Santeiro o del Americano Ilustrado. Es saborear a Cavafi, a Kafka, a Platón, a Rimbaud, a Goethe o a Hegel. Son los barrancos de Agustín Lara, Rocío Durcal, Juan Gabriel, Felipe Pirela. Es prender una vela a San Benito, vestirse de morado y danzar con el tambor. Es la ruana del páramo y la alpargata del silencio. Es hablar mil cosas sin sentido en una noche de tragos. Es la pintura de Botero, Reverón, Van Gogh o la arquitectura y escultura de Juan Félix Sánchez. Es haber recibido el título bajo los móviles de Calder y respetar a los maestros de Sorte. Es llorar con Vivaldi en el Teresa Carreño y quebrar la cintura con el Sonero en el Poliedro. Es la historia de la abuela y la de Arturo Uslar.
Ser nosotros mismos es saber que es todo esto y mucho más; el mucho más indetenible, el que se escucha con sorpresa por boca del silencio, el que revienta las entrañas cuando decimos te quiero. (Alzuru, 1991, págs. 24-28)
La interpelación anterior fue la siguiente:
¿Cuál es el sentido de la última página de la tesis que lleva por título La página en blanco?
Es una imagen metafórica. La interpreto desde diversas perspectivas. Es un final abierto y, por lo tanto, no hay una conclusión que cierre, estática... por el contrario, la conclusión es móvil, está fragmentada en toda la obra, porque su objeto es el devenir, el movimiento. Es abierta y su sentido es evocatorio de aquel horizonte gadameriano a propósito de la interpretación; ella... no concluye nunca. Lo blanco es la imposibilidad de decir, de enumerar, de aprehender, de sentenciar, es el fracaso de la razón frente a la vida. Es el miedo a plasmarse en la escritura, a elegirse como destino, fruto del temor cultural al cuerpo. Es el pánico al desnudo. Es un homenaje, delicado, al héroe de mi ficción. Es una imagen mítica. La página en blanco es la posibilidad de volverlo a intentar...
Querido lector, he cumplido conmigo, lo he vuelto a intentar.
Armando Rojas Guardia: El horizonte de sentido
Ávila desde la ventana. Manuel Alzuru, 2018 |
En Armando Rojas Guardia la escritura y la vida fueron pan y vino. El estudio atento del poeta me parece fundamental, no solo para saber qué expresó ni cómo lo dijo; asunto relevante, pero quiero referirme a otra cuestión. ¿Cómo hizo para esculpirse? ¿Qué puedo aprender de aquella voluntad que logró imponerse ante la existencia? Armando es una herramienta poderosa para indagarse corpórea y comunitariamente.
Armando representa, para mí, la consumación en un cuerpo de la tierra en que nací. Un ser contradictorio, consciente de las oscuridades más profundas de su cuerpo y con la intuición, perfectísima, de sus luces. Un personaje que llegó al grado cero de la cordura que, con profundo temor y valentía, puso en el orden de su pensamiento tanto a la locura como a la razón. Era un ser que odiaba su cuerpo, hasta su rostro, con una necesidad erótica insaciable, cargada de culpa; como un Sade castrado que aprendió a mirarse y a no sentir vergüenza de sí. Católico y profundamente pagano. De una generosidad sinigual e hipersensible a la crítica, hasta un grado superlativo del egotismo; incluso capaz de roturar amistades por una palabra, siendo un cultor de la amistad. Mortal guerrero y, por ello mismo, un pacifista. Profundamente descuidado en la vida ordinaria y sutilísimo para estar atento a los vaivenes espirituales en cada momento del día. Un ser con un temor profundo a la calle; sin embargo, fue un trapense de burdel. Rutinario hasta el extremo del ritualismo y, al mismo tiempo, juglar de la incertidumbre. Él mismo da cuenta de todas y cada una de sus metamorfosis, en sus poemas, en sus lúcidos ensayos, así como en sus diarios. Su única obsesión fue conocerse.
La majestuosidad del anciano bondadoso, del elegante maestro de sus últimos días, fue el resultado de una maceración psíquica, sin ningún tipo de atajos para evadir las guerras interiores y los desencuentros exteriores. Su resplandor denotaba la alquimia interior que experimentó desde su juventud; su rostro reflejaba la madurez de quién había pasado por el infierno de Dante, saliendo victorioso. Un lobo estepario que se hizo Buda. Lo uso como “Una memoria abierta al pasado y al futuro”.
Creo que nos legó un problema educativo, ético, estético y político como pueblo: ¿Cómo hacer para elegir nuestra marginalidad y transformarla en nuestro centro de la existencia?
Esa pregunta es el tábano que no me deja respirar.
La Venezuela, la Tierra de Gracia, la lograré oler cuando pueda sentir, pasional y racionalmente aquello que dijo Rojas Guardia: “Cuando asumimos conscientemente la marginalidad lo hacemos, de modo tácito e implícito, tratando de transformar esa misma marginalidad en un centro inédito”.
No tengo claridad sobre cómo transitar ese camino, pero estoy seguro que lo señalado por Armando es un horizonte posible.
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