La
importancia de esta reflexión radica en la necesidad de elaborar una
aproximación conceptual que establezca el papel de la filosofía en el campo de las
ciencias y sus métodos en general y, que a su vez, ayude a tener una compresión
adecuada sobre el papel de las ciencias en el desarrollo de la civilización
humana. Éste es el espíritu del conjunto de conferencias pronunciadas por
Alfred North Whitehead en la Universidad Princeton
y posteriormente recogidas en un texto titulado The Function of Reason [La Función de la Razón] en (1929). Whitehead realiza un minucioso
trabajo sobre el papel de la razón especulativa en la generación del
conocimiento, motor del ‘progreso de la humanidad’, tema que trata, con mayor complejidad,
en las obras Science and the Modern World
(1926) y luego en Process and Reality
(1929). Según el autor, la función de la razón es básicamente práctica,
pero una vez que ha transcendido la mera practicidad, se convierte en
especulativa, la que es la causa del desarrollo de la civilización. El uso pragmático
de la razón consiste, según el autor, en elaborar métodos de acción inmediata
que permita la rápida resolución a los problemas de la vida.
La
filosofía no sólo consiste en el análisis lógico de los conceptos de las
ciencias naturales, sino que uno de los principales propósitos es el arte de
vivir, pero el vivir presenta alternativas «y surgen del carácter del triple
afán que ya he mencionado: vivir, vivir bien, vivir mejor. El nacimiento de una
metodología es, en su esencia, el descubrimiento de un artificio para vivir. En
sus comienzos satisface las condiciones inmediatas de la vida buena»[1]. He aquí el papel de la
razón práctica como método de acción inmediata. Luego continúa: «pero la vida
buena es inestable: la ley de la fatiga es inexorable. Cuando cualquier
metodología de vida ha agotado las novedades dentro de su alcance y las ha
explotado hasta la aparición de la fatiga, una decisión final determina el
destino de una especie»[2], en este afán de vivir,
vivir y vivir mejor, es lo que hace a la razón especulativa transcienda los
límites de lo sensorial y se despliegue hasta los fines y las causas de toda
realidad.
Ante esta cuestión, la civilización humana tiene dos opciones «puede
estabilizarse y reincidir, a fin de vivir; o puede liberarse de una sacudida y
emprender la aventura de vivir mejor»[3] he aquí, como surgen los
métodos de las ciencias naturales, como una necesidad de ‘innovar’, la visión
mecanicista del mundo pujada en las teorías positivas y la idea el sujeto
pensante pregonado filosofías «irracionalistas» o «vitalistas», quedan fundidas
en la propuesta de Alfred North Whitehead. Gracias a estos elementos, se fundan
las diversas ramas de las ciencias que se han desarrollado bajo el impulso de
la razón especulativa y han despertado el deseo del conocimiento explicativo,
hechos claves para el progreso de la civilización humana, por ser «la razón el
órgano que pone énfasis sobre la novedad.»[4]
La
propuesta de Alfred North Whitehead consiste precisamente en que la razón
especulativa a través de la filosofía especulativa ayuda a ver el mundo como un
todo y, de alguna manera, fulmina el absurdo del conflicto que se ha venido
suscitando entre la filosofía y las ciencias naturales. No pone en grado
superior a la filosofía sino que ésta, al no tener uno, sino varios objetos de
estudios, abarca u obtiene una visión global de la realidad y del devenir.
Afirma que: «mientras que los filósofos fracasen, los científicos no saben de
qué hablan cuando ejercitan sus propios métodos; y, en tanto que los filósofos
hayan triunfado, hasta ese punto los científicos pueden alcanzar una
comprensión de la ciencia.»[5] Desde luego, «con el éxito
de la filosofía, los ciegos hábitos del pensamiento científico se transforman
en explicación analítica.»[6] La filosofía no sólo va a
ocuparse de las primeras y últimas causas de las cosas, sino que va a
reflexionar sobre los valores específicos y las condiciones específicas por las
que son generados tales conocimientos.
No
se aspira a una unificación absoluta de las ciencias o la superioridad
arrogante de la filosofía, sino del apoyo y la contribución que desde la
filosofía puede dar a las ciencias en general. Razón especulativa, filosofía
especulativa y directrices metodológicas de la investigación filosófica
orientan toda la investigación científica.
[1] WHITEHEAD, Alfred North: The Function of Reason. Traducción de Lucila
González Pasos.
Edit. Altaya. Barcelona 1999. Pág.56
[2] Idem.
[3]Idem.
[4] Ibídem. pág. 57
[6] ibid