Problemas no resuelto
Lo más difícil para todo individuo es lograr asimilar satisfactoriamente algún cambio de paradigma que logre experimentar, dicho de otro modo, lograr comprender la forma cómo algo que se considera verdadero deja de serlo, estando al borde de los principios cognitivos, reflexionar sobre los modos en que el pensamiento ha configurado la realidad subjetiva y, consecuentemente, establece una configuración de la realidad estable. Es propósito principal de este escrito es analizar la filosofía y visión de Descartes frente a la naturaleza humana y como, consecuentemente, le da un orden a todo lo que se encuentra fuera del ser humano, la doble naturaleza que se intenta explicar da evidencia y ayuda a entender el método de las estructuras de los fenómenos que se han constituidos de un modo "inalterable", dudoso, cuestionable. Como lograr sostener castillos en el aire cuando ni siquiera se reconocen las bases en que el castillo fue construido.
René
Descartes ha sido uno de los filósofos más importante que ha existido y, sin
duda, el más famoso de Francia, su visión de lo que acaece en el mundo puso en
jaque la forma que se consideraba al
mundo como tal, su perspectiva dio inicio a la modernidad, pero aun no existía
la madurez necesaria para poder desembarazarse totalmente del peso que traía la
escolástica. Queriendo despejar una maraña con una mirada hacia el futuro, sin
poder quitar sus pies en el peso de lo antiguo, solo a través de esta visión que
se estaba generando en el pensar fue por el cual su propio pensamiento se
siente influenciado, en el momento que estaba terminando de redactar su
manuscrito "El Mundo", en el
que procuraba explicar los fenómenos naturales por medio de las leyes
establecidas de Dios, ya por terminar este manuscrito, en Noviembre de 1633,
recibe la noticia de que Galileo fue condenado en Roma por su afirmación del movimiento
de la Tierra[1],
lo que genera una transformación radical en las consideraciones que tenia,
dejando de lado su manuscrito, luego de 4 años sale a la luz, de forma anónima,
El Discurso del Método, con la que comenzó
a estructurar su filosofía.
El
camino que decide tomar Descartes es la búsqueda de enunciados que
sean verdaderos, de algún tipo de verdad que sea absolutamente incuestionable,
encontrar al menos una proposición que no se puede cuestionar, "algo" por mínima que sea, que no se pudiera poner en duda, por esta
razón, es necesario para él quitarse todo la carga que limitaba su búsqueda. Decide, por lo tanto, dejar de lado todo aquello que se pudiera poner en duda;
"Pensaba que era necesario hacer todo lo contrario y rechazar como
absolutamente falso todo aquello en lo que pudiera imaginar la menor duda para
ver si después de esto quedaba algo en mi creencia que fuera enteramente
indudable"[2],
de la cual deduce que no es posible adquirir un conocimiento indudable por
medio de un acceso que se puede dudar, para poder avanzar en su búsqueda fue
menesteroso tener un punto de referencia (como lo pedía Arquímedes).
Con
la seguridad de que en cada momento, y por toda su vida, no ha experimentado
nada más que engaños, pero que en aquel punto logra asimilar, comprende, de
esta manera, que inclusive la seguridad de que su cuerpo "es" no lo es más que como una derivación y que, consecuentemente,
puede dudar. Asimismo, es capaz de reconocer la posibilidad de la existencia de un ser que tenga
la única intención de mantener el engaño en las personas que solo pueden limitar sus
conocimiento por medio de un acceso sensible, o tal vez son las mismas personas que se autoengañan. Este pensamiento, este proceso que va construyendo se va mutando en la base de
su filosofía, al momento de dudar sobre los conocimientos que ha adquirido por
medio de su corporeidad, asume que no puede dudar de su pensamiento, solo a
posteriori de esta comprensión es capaz de sintetizar una verdad que es
indudable; "De modo que después de haber pensado bien, y de haber
examinado cuidadosamente todo, hay que concluir y tener por establecido que
esta proposición: yo soy, yo existo, es necesariamente verdadera siempre que la
pronuncio o que la concibo en mi espíritu"[3], por
lo tanto, la existencia se puede asumir solo posteriormente de reconocer que soy, Cogito. Tanto Cogito como Sum son
independientes, y como lo expone William ambas son incorregibles y
autoverificables[4]
esto quiere decir que cada una son verdaderas; "El Investigador Puro
tendrá una creencia verdadera o cierta sólo cuando afirme algo, por ejemplo que
está pensando y aquí la propiedad autoverificadora del "cogito" en tanto que aseverada le
lleva inevitablemente a una creencia verdadera"[5].
Lo que ambas producen es una tautología que permiten en todos los casos que sea
verdadera, así poder reafirmar la teoría del cogito.
Formulando (y estableciendo) una consecuencia lógica, puesto que no se entiende completamente lo que "es" este ser, o dicho de otra
manera, el modo y lugar en que se manifiesta el cogito, consecuentemente; "El cogito estableció la existencia, el acto
de ser. Cogito es la verdad del ser, de la raíz misma de la entidad. La raíz de
la entidad, el ser mismo, se manifiesta en el cogito, pero la estructura interna del ente que es, queda todavía
indeterminada. Son momentos distintos el del cogito y aquél al que responde la res cogitans, el de la existencia, del ser en tanto ser y el de la
sustancia de la esencia. Momentos deferentes y sucesivos tal que el uno - res cogitans - se funda en el otro - Cogito"[6].
La res cogitans (como una
"cosa" que piensa), pero que está en relación con lo corpóreo, con
aquello que es dudable, y que no le entrego ningún conocimiento verdadero, sino
mas que la misma Duda.
Esta
relación entre la res cogitans y la res extensa; esta ultima corresponde a
las cosas de la naturaleza sensible y su extensión; "la figura de las
cosas extensas, su cantidad o magnitud, y su número; como también el lugar
donde están, el tiempo que mide su duración y otras semejanzas"[7], dejando
de lado todo Hilemorfismo Aristotélico, esta dualidad es la naturaleza
intrínseca del ser humano que le permite reconocer todo acaecimiento que surge
en el entorno en el que se encuentra, esta dualidad mente-cuerpo configura la
forma por la cual Descartes desarrolla su entendimiento de lo que podemos
conocer, ambas con una naturaleza diferente permite al ser humano tener una comprensión
mejor y más fidedigna de lo real, de lo que le es licito lograr conocer;
"Descartes fundamente su ontología en la oposición entre lo indivisible,
que expresa la esencia propia del pensamiento, y lo divisible, que expresa la
esencia de la extensión. Esta es la gran diferencia que establece Descartes
entre espíritu y cuerpo, que el cuerpo es siempre divisible por naturaleza, y el
espíritu es enteramente indivisible"[8].
La
Distinción Real entre estos conceptos, que configuran la "Dualidad Cartesiana", se debe entender en primera
instancia como dos substancias, las cuales son completamente diferentes, se
entrelazan para que, ambas, configuren la naturaleza mas única del ser humano.
Aunque en la segunda meditación Descartes expone la diferencia entre ambas de
forma negativa, exponiendo precisamente lo que no es, una forma indirecta que
utiliza para facilitar la comprensión por medio de un recurso lingüístico;
"Yo no soy esa reunión de miembros que se llama cuerpo humano; no soy un
aire tenue y penetrante difundido por todos estos miembros; no soy un viento,
un soplo, un vapor, ni nada de cuanto puedo figurar e imaginar, ya que he
supuesto que todo eso no era nada y que, sin alterar esta suposición, hallo que
no dejo de estar cierto de que soy alguna cosa"[9], pero
la Distinción Real como lo expone
Williams[10]
entre Alma y Cuerpo se encuentra en la sexta meditación, donde se entiende una
mejor definición de lo que es cuerpo,
como una extensión, una maduración
clara del pensamiento cartesiano y que, adicionalmente, se transforma en el
puente hacia Dios, además, de plasmar una dualismo radical del que se es
precisamente caracterizado la filosofía cartesiana: "Y aun cuando tengo un
cuerpo al cual estrechamente unido, como por una parte poseo una clara y
distinta idea de mi mismo, en tanto soy solamente una cosa que piensa y carece
de extensión, y por otra tengo una idea distinta del cuerpo en tanto es
solamente una cosa extensa y que no piensa - es evidente que yo, mi alma, por
la cual soy lo que soy, es completa y verdaderamente distinta de mi cuerpo y
puedo ser o existir sin él"[11],
el puente y la comprensión de la Distinción Real es solo posible, a
posteriori, de demostrar la existencia de Dios, en el que cae en el famoso Circulo Cartesiano, argumento que debilita el peso y fuerza de los argumentos cartesianos.
La
Distinción Real que se desarrolla en
sexta meditación permite el traspaso de una claridad subjetiva a una distinción objetiva, en
el primer paso de aceptar la evidencia de no tener posibilidad alguna para
conseguir un conocimiento verdadero por medio de un acceso sensible permitiendo
una primera certeza que es el subjetivismo,
y el paso hacia lo que es la objetividad es el poder conseguir una idea clara y distinta. Solo por medio de
la voluntad de Dios se posibilita la existencia de una certeza objetiva, de una
idea que no se pueda poner en duda, y solo de esta manera realmente se abre un
camino hacia un conocimiento indudable, un camino que es permitido solo cuando se
logra reconocer la distinción en la dualidad propia del ser humano, en el que es distinto a su cuerpo, que en realidad
ni si quiera puede asevera que éste lo sea, sino mas bien sabe que puede dudar,
pero no dudar que, realmente, esta dudando, dicho de forma más precisa es
"no - idéntica"[12],
no es son cosas opuestas, sino mas bien, son completamente contradictorias, al
entender esto, se posibilita el entendimiento real de lo que es la naturaleza
humana, es la unión de dos naturalezas separadas, dos substancias que forman
una entidad.
El
Dualismo Radical Cartesiano aunque muestra un quiebre y dio paso a una metodología
para poder entender los acaecimientos del mundo que se encuentra frente a
nuestros sentidos, radicalizando el pensamiento a su nivel más extremo, dejándolo
como la única forma de poder acceder a un conocimiento indudable, pero que
produjo ciertas respuestas en su contra. La escuela conductista, así como el
extremo racional que uso Descartes dejó de lado todo proceso
mental, negando completamente todo mentalismo; "Los conductistas
mantienen que cuando atribuimos estados o acaecimientos mentales a las
personas, lo que realmente producimos son enunciados indirectos sobre su
comportamiento corporal o hipotético"[13], la
forma en que el conductismo quiso entender la conducta humana fue excluyendo
cualquier comprensión de lo que sucede en el mundo interno del individuo para
generar un conducta "x" esperada por medio de estímulos arbitrariamente
determinados, consecuencias que se pueden seguir como una pauta de estudio, pero algo que el conductista no puede medir son las intensiones subjetivistas del individuo.
Un
camino intermedio fue tomado por Ludwig Wittgenstein, quien estableció que en
el momento en el que pensamos de forma intima y personal lo hacemos
menesterosamente desde un leguaje absolutamente público y culturizado (ya condicionado), de igual
manera debe ser asimilado por el individuo para que solo por medio de esta
forma sea posible expresar lo que sucede en su mente, como lo dice en su
tractatus §5.6: "los limites de mi lenguaje son los limites de mi
mundo", esto es comprensible con el análisis del "dolor", puesto
que aunque tenga la experiencia de lo que es el dolor y padezca de dolor no sé
que es dolor sin entender el concepto de "dolor", o dicho de otra
forma, aunque antes de Newton muchas cosas se pudieron haber caído, ninguna de
estas se cayeron por la gravedad, solo posterior de la construcción del
concepto como tal de "gravedad" se abre la posibilidad de tener la
experiencia de gravedad subjetiva y objetiva .
De
igual manera la corriente materialista se aleja de forma incuestionable, ya que
se necesita entender aquellos fenómenos que fueran mesurables, pero lo que
sucede en la mente se escapa de aquello, Searle explica que la conciencia es un
fenómeno que sucede en el cerebro, o dicho con mayor precisión es una cualidad
del cerebro[14],
una forma extrema y radical de esta postura es la hecha por J. P. Changeux en
el que el ser humano solamente es un ser que es por qué sucede neuronalmente: "La experiencia consiente de
cada persona permanece como la entidad esencial que es valorada como humana y
requiere, como otras actividades humanas, la presencia del cerebro, entendida
no precisamente como un objeto visible o tangible, sino como un sistema activo,
como una organización definida, que inicia y dirige las diferentes acciones
humanas"[15].
Luego
de exponer tanto la base del argumento cartesiano en el que se explica la
naturaleza del ser humano y, posteriormente, sintetizar las principales ideas
que contradicen la dualidad cartesiana, es posible comprender la problemática
cartesiana en el momento en el que, primeramente, fue realizada, y analizada
bajo la lupa de las consideraciones actuales en que se analiza el conocimiento
como tal. Entendiendo que las observaciones realizadas por Descartes fueron condicionadas por un momento histórico
especifico o como lo expone Young "La filosofía de Descartes constituye un
compromiso histórico, donde las exigencias de la explicación científica produce
una definición de la materia, y las exigencias de la iglesia y de la moral, una
definición del pensamiento. Y, sin embargo, ambos fueron compatibles"[16],
esta compatibilidad es la definición mas precisa que se debe entender para producir
un entendimiento acabado de cómo la filosofía cartesiana es constituida,
depende de cómo aun tiene un peso que no es capaz de quitarse, no logra avanzar
lo suficiente para comprender que su análisis es un punto primordial de cambio
en la aceptación del ser humano como un individuo.
La
capacidad que se tiene hoy en día, una visión absolutamente diferente a la que
tuvo Descartes en su momento permite comprender lo que acaece con una perspectiva
radicalmente más independiente, aunque no se es posible permitir un abandono
absoluto al pensamiento cartesiano por que por medio de esta comprensión del cogito permite mantener en tela de
juicio todo lo que recibimos, con la esperanza de que el conocimiento como tal,
el progreso mismo del conocimiento avanza por la incapacidad de no dejar la
duda vigente en el pensamiento del ser humano, el conocimiento crece como si
fuera los numero Fibonacci, crece de una manera limitada, pues, manteniendo la
idea de Wittgenstein, la aceptación de la realidad que me acaece esta en
directa proporción al lenguaje que puedo asimilar.
El
dualismo cartesiano es el primer paso moderno
que fue dado para entender la naturaleza del ser humano, una doble naturaleza
que configura un ser único, donde la razón mas radical es el punto que define
al ser humano, ya que, como se ha expuesto de sobre manera, según Descartes,
todo lo demás se podría dudar, la postura cartesiana habilito y permitió
cambiar la forma de pensar estancada, abrió el camino para considerar nuevas
perspectivas filosóficas que no deja del todo la corporeidad, aunque
jerarquizada. Aunque se demuestra que el dualismo radical expuesto limita
excesivamente una comprensión acabada tanto del ser humano como de lo extenso permite avanzar hacia un punto
mucho más verdadero, con ayuda de la razón nos permitimos comprender el mundo,
para, de esta manera, entender la capacidad humana que tiene para entender el
mundo que tiene delante.
Finalmente,
el primer paso para entender la capacidad que tiene el ser humano de conocer el
humano está limitado de reconocerse a sí mismo como un ser que tiene la
capacidad de identificarse a sí mismo como un ser. Ya que como dicen los
funcionalistas "los seres humanos son criaturas de carne y hueso con
ciertas habilidades que constituyen sus mentes. No hay nada en la naturaleza de
la mente humana que entrañe que ésta no pudiera encamarse, o más bien
materializarse. Más aun, incluso en el caso de humanos de carne y hueso, no hay
nada en la naturaleza de nuestra mente que nos demuestre que no somos
artefactos extremadamente debilites"[17].
¿Y
si siguiéramos la fantasía de Kenny para pensar como mayor fuerza sobre las
características mas exclusivas de que se trata ser un ser humano?
Bibliografía:
- Anthony Kenny.
(2000). El Mito de Descartes. En La metafísica de la mente. España: Paidos.
- Bernard Williams.
(1996). Descartes, el proyecto de la investigación pura. Madrid: Cátedra,
Colección Teorema.
- David Papineau.
(2009). II, Mente y Cuerpo. En Filosofía. Barcelona: Blume.
- René Descartes.
(2010). Meditaciones Metafísicas. México: Editorial Porrúa.
-René Descartes.
(1996). Meditaciones Metafísicas. Santiago de Chile: Editorial Universitaria.
- René Descartes.
(1999). Discurso del Método. Bogotá: Panamericana Editorial.
- Jesús Martínez
Velasco. (1996). El problema mente-cerebro: sus orígenes cartesianos.
Contrastes, 1, 192.
[1] David
Papineau. (2009). II, Mente y Cuerpo. En Filosofía (48). Barcelona: Blume.
[2] René
Descartes. (1999). Cuarta parte. En Discurso del Método (51). Bogotá:
Panamericana Editorial.
[3] René
Descartes. (1996). Segunda Meditación, De la Naturaleza del espíritu humano y
que es más fácil de conocer que el cuerpo. En Meditaciones Metafísicas (31).
Santiago de Chile: Editorial Universitaria.
[4] Bernard
Williams. (1996). Cogito y Sum. En Descartes, el proyecto de la investigación
pura (93). Madrid: Cátedra, Colección Teorema.
[5] Ibídem p. 94
[6] René
Descartes. (1996). Teoría de la Res Cogitans. En Meditaciones Metafísicas (45).
Santiago de Chile: Editorial Universitaria, Nota de Juan de Dios Vial Larraín.
[7] René
Descartes. (1996). Primera Meditación, De las cosas que se pueden poner en
duda. En Meditaciones Metafísicas (19). Santiago de Chile: Editorial
Universitaria.
[8] Jesús
Martínez Velasco. (1996). El problema mente-cerebro: sus orígenes cartesianos.
Contrastes, 1, 192.
[9] René
Descartes. (1996). Segunda Meditación, De la Naturaleza del espíritu humano y
que es más fácil de conocer que el cuerpo. En Meditaciones Metafísicas (37).
Santiago de Chile: Editorial Universitaria.
[10] Ibídem ref. 4, p. 134
[11] René
Descartes. (2010). De la existencia de las cosas materiales y de la distinción
real entre el ama y el cuerpo del hombre. En Meditaciones Metafísicas (96).
México: Editorial Porrúa.
[12] Ibídem ref. 4, p. 145
[13] Anthony
Kenny. (2000). El Mito de Descartes. En La metafísica de la mente (31). España:
Paidos.
[14] Ibídem ref. 8, p. 201
[15] Ibídem ref. 8, p. 203
[16] Ibídem, ref. 8, p. 204
[17] Ibídem, ref. 13, p. 45