El nacimiento de la clínica podía subtitularse «arqueología de la mirada» en la medida en que cada formación médicohistórica modulaba una luz primordial y constituía un espacio de visibilidad de la enfermedad, poniendo de relieve los síntomas, unas veces como la clínica, desplegándolos en capas de dos dimensiones, otras como la anatomía patológica, replegándolos según una tercera dimensión que devuelve al ojo la profundidad y al mal un volumen (la enfermedad como «autopsia» de lo vivo).
El concepto es una maquina de pensamiento.
El nacimiento de la clínica podía subtitularse «arqueología de la mirada» en la medida en que cada formación médicohistórica modulaba una luz primordial y constituía un espacio de visibilidad de la enfermedad, poniendo de relieve los síntomas, unas veces como la clínica, desplegándolos en capas de dos dimensiones, otras como la anatomía patológica, replegándolos según una tercera dimensión que devuelve al ojo la profundidad y al mal un volumen (la enfermedad como «autopsia» de lo vivo).