Michel Onfray habla de Diógenes como si el cínico no pudiera abarcar más virtudes, Diógenes pone de ejemplo al ratón, el perro o la garrapata como los animales a seguir. El ratón es el animal que cambió su filosofía, a continuación Onfray lo relata:
Lectura de Onfray en Retrato de los filósofos llamados perros.
En efecto, fue un ratón el que hizo que Diógenes se convirtiera a la filosofía cínica. Mientras ocioso detallaba las idas y venidas del animal, el joven que era entonces Diógenes comprendió que
el ratón era un modelo de despreocupación, independencia y libertad: iba y venía sin que le importaran un bledo la oscuridad y el futuro, absorto en un puro presente sin ramificaciones nostálgicas ni imaginarias. Algunos hermanos del anterior, salvo que fueran ratitas que se hubieran hecho adultas en el intervalo, reiniciaron su danza ante la nariz y las barbas de Diógenes, quien intentaba conciliar el sueño en un rincón de la ciudad, arropado en su manto, mientras a algunos centenares de metros del lugar, las familias atenienses acomodadas daban una suntuosa fiesta. Si bien allí se prodigaban las vituallas sin control alguno, Diógenes se había conformado con pellizcar una galleta marinera de la que dejaba caer de vez en cuando algunas migajas. Se preguntaba el cínico si no le convendría tomar algunas de las sobras del ágape ateniense, cuando vio aparecer, como de la nada, a
un ratón que se dio un festín con los restos que él dejaba. La situación impresionó de tal manera al sabio que lo hizo meditar sobre la lección recibida: “¿Qué me dices, Diógenes?
He ahí un ratón que se regocija y se alimenta con tus sobras, mientras tú, en cambio, de alma bien nacida, te compadeces y te lamentas por no poder embriagarte allá, tendido sobre la mórbida alfombra bordada”.
Y el hombre se hizo filósofo.
Lectura de Michel Onfray en Cinismos retrato de los filósofos llamados perros..