Conocen ustedes la experiencia de lectura. Y, ¿como les beneficia?.Podrían reconocerse miles de formas en que una lectura es capaz de afectar a una persona, formas en las que cada afecto particular reproduciría un sentimiento diferente. Cuando te realizan esta pregunta, en seguida te das cuenta de su importancia y dificultad. ¿Es posible aumentar el beneficio y desarrollo personal con este instrumento? y ¿Cómo interactúa la experiencia de lectura y el desarrollo emocional?.
En ciencia, para la psicología de la emoción, los sentimientos responden a la evaluación del momento, y es en el enfrentamiento con la situación que hay cambios de valor, ya en la misma lectura los sentimientos varían y se desarrollan cada vez que se enfrentan a la evaluación. Prueben a leer una lectura afectiva, como: Disfrutar de todo lo que te brinda la vida. En este escrito, Dyer Wayne te incita a imaginar un grupo de valores, esos que serían propios de aquel desprovisto de zonas erróneas. Inténtenlo, y prueben las emociones que son capaces de describir al conocer los valores de este personaje ficticio.
Dyer Wayne utiliza el instrumento de escritura para procurarte un beneficio, al igual que los filósofos, Psicólogos o teólogos, su meta es traspasar la imaginación del lector. En este proceso de lectura encuentras; grandes y pequeños libros, que te hacen bien, que ayudan, textos personales y textos universales. Si diferenciamos los textos universales o impersonales, son un reducido elenco de textos que expresan emociones brillantemente, sin hacer referencia a la primera o tercera persona. Aparecen a simple vista muy desestructurados, continuamente se observa al concepto alejado de todo conjunto. Otra diferencia, es que los libros impersonales, a costa de matar a la persona, dan vida a palabras y las involucran en un trama, los conceptos son creados en el camino, listos para utilizarse y resolver el crimen. El filósofo no deja de ser escritor, y de igual modo desarrolla la historia.
En palabras de Deleuze:
Es necesario alejarse de la persona, y cosa importante, leer como si ya tu ser (en sentido heideggeriano) estuviera disperso sobre un tablero, dividido y deforme, no existe (en un sentido Cartesiano) y tampoco existe un problema, lo único visible y utilizable son palabras externas, o exterioridades listas para conceptualizar, justo ahora, en este estado, justo aquí en el tablero es donde se espera al concepto. El tiene que salir al ruedo, su misión, resolver un trabalenguas, para después recibir aplausos o vituperio. Y salir de esta lectura meditativa. Entonces se reconstruye al ser y al "yo", y sigues con la vida cotidiana. La sorpresa de todo esto, que el concepto ya forma parte de tu ser, y es indiferenciable del todo como conjunto. La tragedia, que puede proclamar una revolución interna. Estos son acontecimientos propios de lecturas filosóficas, el encontrarse con impresionesvivas es habitual.
En este tipo de textos encontramos soluciones para cualquier problema, las que difícilmente llegan a formar una teoría, o al menos no una muy solida, como mucho formarían estructuras dispersas y de corta vida, sin unificación, sin símbolo ni marca. Son libros difíciles de leer, acomodan más significados que cualquier otro. Y podrás leerlos y vivir en el intento, si te aseguras de no convertirlos en algo personal.