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Lectura proposición 7 del T L-P de Wittgenstein


Lectura proposición 7 del T L-P de Wittgenstein.
Una pequeña referencia, casi como pregunta retórica, hacia dicha y breve oración que reúne un requisito que me parece indispensable en el ser humano: muchos controlan lo que dicen, pero pocos su silencio. No necesita de más introducción ni más desarrollo, eso lo deben hacer los lectores y estaré contento de leer y responder cualquier objeción que tengan en cualquiera de los medios en que estoy disponible.

7        De lo que no se puede hablar hay que callar.


Wittgenstein, L. - Tractatus Logico-Philosophicus


Manifiesto filosófico

Manifiesto filosófico.
Deberíamos empezar por decir qué es la filosofía, o Filosofía mejor escrito, pero es una pregunta de difícil solución. Casi imposible, tantos y tantos atrás en el tiempo han dado sus impresiones acerca de lo que es y lo que no es.

Podemos rastrear su Historia, tal vez eso ayude a comprender más o menos qué quiere decir la dichosa palabrita que a mentes brillantes les llevo por el callejón de la locura. A algunos de forma real, incluso. Podemos también hablar de lo que los términos griegos philo ysophía quieren decir, es la forma más aceptada con la que explicar qué quiere decir philosophía. Quizá sea un buen argumento.

Los primeros que empezaron a pensar no lo hicieron bajo ese nombre, ni siquiera se llamaron pretenciosamente a sí mismos filósofos, eso vino más tarde. Realmente lo que conocemos por filosofía era un todo, no hacía escisión entre teoría y práctica. Los que por entonces vivían en el ámbito geográfico de lo que es la costa turca se dedicaron a dar voz a sus pensamientos sobre la naturaleza, desde entonces surgió una corriente que se expandió más allá de eso y llegó a preguntas por el origen y sentido. Su finalidad era preguntarse por la realidad imperante desde la palabra racional, desde el lógos. Este término es comparable al de philosophía por el hecho de ser muchas y una sola cosa a la vez, es la palabra, es el escuchar, es el decir, es la lógica, es el estudio. Así mismo, philo significa amor y sophía sabiduría. Estos dos términos estaban reservados al sophós, al sabio, que era el hombre (y alguna que otra mujer sólo reconocida más tarde) capaz de articular un discurso racional por el que dar a conocer el funcionamiento de la realidad. Por tanto, la Filosofía no sólo es amor por la sabiduría sino discurso lógico, racional y argumentativo capaz de transmitir conocimiento. ¿Se queda ahí?

A partir de la Revolución Científica (siglos XVI y XVII) surge un cambio muy grande que domina hasta ahora y deja a nuestra materia herida, no es mortal porque la ciencia sigue sin poder entenderse de forma independiente pero es una herida profunda. Nicolás Copérnico y Andreas Vesalius son los principales culpables de esto, pero, insisto, la Ciencia no era independiente ya que sólo marcaba un camino que debía seguir para cambiar el mundo. Hasta entonces la Filosofía era quien hablaba de la realidad, desde ese momento tenía una compañera de viaje. El trayecto empezó a hacerse más y más complicado, sobre todo cuando a mediados del siglo XIX y principios del XX materias principalmente filosóficas decidieron que su método era científico más que dialéctico por lo que la Filosofía quedó aislada. Desde el siglo pasado se habla del fin de la filosofía o su muerte, pensadores tan influyentes como Heidegger por ejemplo. 

¿Ha muerto o ha terminado la Filosofía? Esta pregunta es mucho más difícil de responder incluso que la primera que formulaba al principio. Hoy en día no podemos medirlo a través de filósofos, en cualquier caso deberíamos de acudir a las Facultades de Filosofía y observar el estado de las aulas. Claro que ahora tenemos una dificultad añadida, no es sólo que esta disciplina parezca aburrida o se haga pesada por los motivos que sean. El problema es que los mandatarios piensan, término que se puede entender de modo irónico en este momento, que es verdad. Que la Filosofía no sirve de algo. Que su aplicación práctica es nula. Admitamos que está un escalón por debajo de las ciencias exactas, pero no olvidemos que las ciencias humanas son inherentes a nosotros. La Filosofía, tal y como se entiende hoy, no es una asignatura de clase. La Filosofía es nuestro día a día, es nuestro decidir, es nuestra capacidad de observar alrededor y criticar lo que ocurre. Eso es lo que no quieren los mandatarios, personas críticas, quieren un rebaño que obedezca sin rechistar. El conocimiento es poder y el mayor conocimiento de todos lo da la Filosofía, porque da lecciones de vida. No es matemática, pero la matemática sin filosofía no sería lo que es hoy. No es física, pero la física sin filosofía no sería lo que es hoy. Estas dos materias, como ejemplo, no significan nada para el mundo porque no tratan de entenderlo sino de justificarlo. No digo que sean inservibles, ojo, sin ellas el mundo tampoco sería como es y lo que es. Digo que la Filosofía es necesaria para la Ciencia tanto como para la vida misma.

Sin Filosofía estamos perdidos, es el último reducto personal en el que el ámbito de lo público tan de moda no puede entrar y sin el que, precisamente, el ámbito público puede vivir. La Filosofía, queridos lectores, es lo que nos hace ser, es nuestro propio ser. Sin ella no existe algo que tenga sentido porque se banalizaría la simple pregunta ¿por qué?. La Filosofía es tan necesaria como el respirar y quien no sepa ver esto es un necio profundo.

Tal vez la Filosofía desaparezca del ámbito educativo para la desgracia de todos aquellos que vengan por detrás, pero la Filosofía es más Educación que la religión. La Filosofía es Educación, es el sapere aude kantiano, el conócete a ti mismo socrático. La Filosofía es la formación de ciudadanos críticos, la Filosofía eres tú.


La existencia y trascendencia en Heidegger


La existencia y trascendencia en Heidegger.
Es muy común que veamos en el autor alemán cuestiones como iniciación a un tema, lo más significativo es el título de uno de sus cursos ¿Qué es metafísica? a lo que nos vamos a referir aquí para explicar lo relacionado con la trascendencia y la existencia.

Para empezar debemos saber que Heidegger es un autor muy influenciado por muchos otros, en especial Søren Kierkegaard (1813-1855) con su Teología de la crisis donde nos dice que la religión es el drama del hombre y su destino. La exasperación de la trascendencia compromete la relación hombre-Dios que es fundamental ya que sin eso no puede ser una religión verdaderamente. Este existencialismo es un drama del hombre para el hombre pues a él le pertenece la trascendencia, que en el sentido kantiano es a lo que se tiende pero que apenas se alcanza. Según el propio autor alemán, la trascendencia es condición de fundamentación del existir mediante el Dasein; su discípulo Karl Jaspers dirá del mismo concepto que es el ser puro que experimentamos como fundamento del existir, así que ambas posiciones no serán demasiado alejadas. En cualquier caso, aquí lo importante, la existencia está fundada por el Dasein. No hay que olvidar que prácticamente son lo mismo, en Ser y tiempo Heidegger los usa indistintamente en muchas partes de su obra (a veces como Dasein otras como Existenz). La existencia es finita y limitada así que el existir poner lo absoluto fuera de sí para comprenderse a sí mismo ya que la existencia no es absoluta y lo absoluto es el término trascendental con el que la existencia se funda a sí misma. La trascendencia es el único modo por el que la existencia garantiza libertad. Por tanto, el existencialismo plantea las antinomias que llevan a los problemas de religión; las antinomias son el descubrimiento de un plano del ser donde el hombre busca en vano la explicación del misterio del propio ser. Aquí, en definitiva, hallamos la solución al drama del hombre.

El existencialismo descubre la existencia como un momento en sí autónomo, como problema que ahonda en sí y no quiere ayuda. Esto se puede confundir con la experiencia religiosa o la vida moral pero el momento de inquietud pasa, en el arte o en el pensamiento filosófico también. La existencia no es esa forma concreta sino su anterior inquietud, es la vida que no ha sido expresada en ninguna de sus formas. Es la Nada. ¿Qué es? Básicamente lo que impide que lo real se realice, lo negativo que toda forma de ser lleva en sí o el vacío que cada forma de ser lleve llenar, lo que falta, lo que no es. Esa negatividad, ¿cómo está causada? Lo que no puede ser es una forma del espíritu en la distinción de sus formas y lo que corresponde a lo que no es es la forma económica del espíritu. Esta forma es la vida, la existencia que es un drama vivido en la inmediatez de lo que ocurre, es inquietud y angustia que nos lleva a la exaltación del egoísmo, es una continuación sin razón de nuestra vida económica. A todo esto lo llama existencia trivial. Eso es existir en el mundo, una existencia trivial. El mundo es un conjunto de objetos determinados por su manejabilidad (Zuhandenheit) de los que tratamos de huir, nos preocupa más la utilidad de nuestra vida y por eso la existencia se revela en la Sorge o el cuidado. De este modo llegamos a la indecisión: la totalidad del ser parece escaparse y abismarse, por ello nos sentimos más presentes a nosotros mismos. Entonces, se revela la angustia o Angst, ¿por qué ser en vez de no ser? ¿Por qué ser y no más bien nada? Así cerramos esta breve disyuntiva, la existencia trasciende cuando se transforma en interrogante.

¿Qué es Metafísica?


¿Qué es Metafísica?
Ya que hemos caracterizado lo que piensa Heidegger de la Metafísica en la Introducción en su libro Hitos, vamos a ver en qué se centra la pregunta por la nada desde su lección de 1929. Como siempre, no busquemos una respuesta clara a cualquier pregunta que este pensador se hace y nos ofrece; la esencia de la Filosofía e incluso la Metafísica estriba en re-pensar cada una de sus preguntas fundamentales y como re-pensamiento no cabría hallar la respuesta correcta a la suma 2+2.


En esa lección tenemos el interrogante desarrollado en tres pasos: cómo elaborar la pregunta, la propia elaboración y la respuesta. Para ello debemos saber primero que en la ciencia sólo hay una aproximación esencial a las cosas donde irrumpe un ente, lo que ayuda a lo ente a ser él mismo. La ciencia se gira al ente y nada más porque tiene la nada como algo nulo: así la admite, pues se apoya en ella para expresar su esencia. Ahí está la esencia de la nada, como ella misma y como ser. Desde la “lógica”[1] se nos prohíbe pensar la nada, es un modo de entendimiento donde una acción específica es la negación. La nada sería negación de la totalidad del ente o lo no ente, pero ella es previa al no y a la negación. Debemos encontrarnos con la nada.

Lo que se tiene que dar es la negación de la totalidad para que por definición se dé la nada. Sin embargo, no captamos de manera absoluta la totalidad de lo ente sino que nos solemos encontrar en medio de ello. Lo que reúne al hombre y a lo ente en la indiferencia es el tedio profundo, aunque también se da en los estados de ánimo. El que revela la nada es la angustia, hay una relación ente-hombre en la indiferencia y la angustia lo permite. La nada aparece aunada con lo ente, no se desvela como ente ni se da como objeto. Lleva implícita un rechazo que es una forma de remitir a lo ente que naufraga en su totalidad, el hombre, y acaba en la esencia de la nada que es el desistir, es lo que lleva al Dasein del hombre ante lo ente como tal. El Dasein está más allá, trasciende, de lo ente en su totalidad, si no fuera así la nada sería el ser. La nada es lo que hace posible es desvelamiento de lo ente como tal para el Dasein humano y pertenece originariamente al ser. El Dasein humano sólo puede relacionarse con lo ente si se mantiene en la nada, tenemos que dar espacio a lo ente en su totalidad y después abandonarnos a la nada. Pero sobre todo no dejar nunca de preguntar: ¿por qué hay ente y no más bien nada?

En definitiva, hay que tener en cuenta que la nada es el objeto de la metafísica, el estado de ánimo fundamental por el que llevar es la angustia y que la pregunta por la nada va en contra de la “lógica”. La nada es, finalmente, el velo del ser.

Espero que con esta breve entrada os interese un poco más la pregunta Qué es Metafísica, puesto que no sólo se queda aquí y es muy interesante como Heidegger llega a todo esto desde una argumentación original. Quedo, como siempre, a vuestra disposición en los comentarios o en las diferentes formas de contacto para resolver cualquier duda o para recibir cualquier objeción.





[1] Entrecomillado del propio autor cada vez que aparece la palabra, tanto aquí como en muchos otros escritos o lecciones. Por ejemplo: Carta sobre el Humanismo.

Breve exposición del Fedón de Platón


Breve exposición del Fedón de Platón.
Intervendrán principalmente Sócrates, Simmias y Cebes. El primero convencerá con sus argumentos a los otros dos que el alma está más allá de la vida y que aún después de está permanece.


La pregunta fundamental sobre la que versa el tema del diálogo platónico es acerca de la vida del alma más allá de la muerte del cuerpo, seguirá una argumentación en base a la tranquilidad con que afronta el momento de su muerte ya que el intercambio de impresiones entre Sócrates y algunos de sus seguidores se da hora antes del fatídico momento en que el maestro tome la cicuta. Tras decir por qué está tranquilo ante semejante hecho, que se debe sobre todo a que toda su vida la ha dedicado a purificar el alma[1] para que quedara libre de la corrupción a la que podría someterla el cuerpo y conocer la verdad de ese modo, Cebes pregunta si el alma vive más allá del acto mortal. Empezará haciendo referencia a la teoría de la reminiscencia, que dice que en algún lugar nuestra alma ha aprendido las cosas de las que nos acordamos en este mundo, porque expondrá que si conocemos antes de nacer lo que luego recordamos en vida demuestra que las almas también existen antes que nosotros.
            Pero eso no quiere decir que sigan viviendo cuando el cuerpo muere, Sócrates lo demostrará distinguiendo entre las cosas compuestas y las no compuestas. A las primeras les pertenece el disolverse y cambian constantemente, mientras que las segundas son siempre las mismas y de la misma manera. Las primeras, además, son sensoriales mientras que las segundas son inmateriales. Así clasifica el alma como cosa no compuesta y el cuerpo como cosa compuesta, si el alma se deja llevar por el cuerpo para percibir el mundo entonces se extravía mientras que si lo hace por sí misma tiende a la pureza y a su vez al estado que se llama sabiduría. Aquí podríamos establecer una diferenciación entre alma y cuerpo:
ALMA
CUERPO
Lo divino
Lo humano
Lo inmortal
Lo mortal
Lo inteligible
Lo sensible
Lo indisoluble
Lo compuesto/soluble
Lo no cambiante
Lo cambiante
Lo siempre parecido a sí
Lo nunca parecido a sí


Con lo cual, el alma del filósofo que se aleja del cuerpo procurándose de volver sobre sí misma y meditando, se estará preparando para la muerte. Si esto ocurre, el alma tiende a un ser semejante a ella y se purifica y si se abandona a los placeres del cuerpo sale lastrada del mismo y constituye la de las malas personas. Renunciar a estos entonces es una manera de acercarse a la naturaleza de los dioses y el alma contempla lo verdadero, divino e inmutable estando por encima de la opinión.
            A pesar de las explicaciones, tanto Simmias como Cebes no están conformes con la explicación de su maestro. La objeción del primero es que el alma es la armonía de lo que el cuerpo está compuesto, por tanto una vez muerto el cuerpo también muere el alma. La del segundo se refiere a que debe gastarse el alma según va mudando de cuerpo, hasta que finalmente se agota y perece. Sócrates va a refutar estos argumentos de una forma sencilla: al primero le mostrará que la armonía no es como el alma y al segundo, mediante su experiencia vital, le demostrará que aunque las cosas nazcan de los contrarios, en las esencias los contrarios no se admiten por tanto el alma no puede admitir la muerte.
            A Simmias le hace ver que la armonía no existe antes de las cosas que le hacen emerger. Sin embargo, el alma existe tiempo antes del nacimiento de aquel envoltorio que luego ocupa. La armonía podrá ser más o menos dependiendo de los acordes, el alma no podrá más que ser. Además, si admitimos que el alma y la armonía son lo mismo, no podremos encontrar rastros de vicio en la primera porque la segunda no admite la disonancia. Como el alma gobierna y dirige las cosas que componen el cuerpo, resistiéndolas y reprimiéndolas, es de naturaleza más divina que la armonía.


            A Cebes le contará cómo empezó a alejarse de los excesos corporales, ya que encontró el placer en preguntarse por las causas de todo gracias a la física y a Anaxágoras. Lo que nos quiere decir es que toda idea existe en sí misma y que, hablando de esencias,  lo contrario no admite a su contrario. Como el alma hace que el cuerpo viva su contrario es la muerte, el alma entonces puede admitirla por lo tanto es inmortal: está exenta de perecer. En definitiva, la muerte se lleva el cuerpo y libera el alma. Por eso Sócrates no teme a la muerte porque él en esencia no muere, lo hace su cuerpo. Su alma descenderá a los infiernos en compañía de los dioses.


[1] Purificación del alma: cuando se separa del cuerpo para sólo tener que volverse sobre sí misma sin tener en cuenta algo más (el cuerpo). Esto lo produce la muerte, por eso los verdaderos filósofos trabajan para morir. La virtud de estos es la fortaleza porque no tienen miedo a morir, la sabiduría hace aún más verdad esa virtud.


La concepción heideggeriana de la Metafísica


La concepción heideggeriana de la Metafísica.
Volvemos a tratar al pensador de Messkirch para empezar a acercarnos, quizá de lejos, a la concepción que tiene de la metafísica poniendo en el centro el escrito de los Wegmarken: 'Introducción a ¿Qué es Metafísica?'.

Primero pedir disculpas por mi largo silencio, debido a diferentes motivos y desencantos filosóficos que sólo Heidegger ha sabido curar y motivar, para que decir que (como el monarca español) no volverá a ocurrir. Espero. En cuanto al tema que nos ocupa, volver a recordar como en La pregunta por la Verdad en Heidegger que a este autor no lo podremos entender desde otra perspectiva que no sea, si podemos llamarlo así, la pregunta perpetua. Podríamos incluso separar al ser del centro de su intención filosófica (no mucho, por supuesto) y colocar la pregunta ¿Qué es ... ? Incluso si alguien busca una definición formal o una respuesta clara a esa interrogación, siento decirle querido lector y amigo, nunca hallará tal despropósito. De hecho, antes de entrar en materia, en mi próximo artículo trataré de sostener esta posición remitiéndome a la Introducción de Ser y Tiempo.

También recordar que hay un giro que está probablemente olvidado, valga para adentrarnos en la concepción heideggeriana dominante, en cuanto al ser en su etapa de actividad política. Me remito a Heidegger y el nazismo, el giro olvidado porque el escrito del que partimos es un escrito de 1949 cuando ya había renunciado en gran medida a dicha posición. Y, entroncando con el olvido, la Metafísica sólo pregunta por lo ente en cuanto ente con lo que se olvida del ser aunque parta en sus inicios de él. Además, según el autor, ella se nos aparece en el claro del ser. No se mueve a él, no está pensado en su esencia desencubridora que es su verdad aunque pretenda fundamentarse en esto. Cuando el pensar piense la verdad del ser, abandonará la metafísica porque desde esta el pensar retorna al fundamento[1] de la metafísica. Para ello debemos superar la metafísica, aunque ello no conlleve marginar la propia metafísica ya que siempre que el hombre sea animal rationale será animal metaphysicum, rememorando con el pensar el ser. Ese, y no otro, es el intento que lleva a cabo en el pensar de Ser y Tiempo de 1927: que al ser le compete un pensar es lo que lleva a ese pensar a dar el salto por el que sale fuera del ser mismo a fin de corresponder como acontecimiento propio [Ereignis] al ser.

Ahora me gustaría aclarar cuatro puntos:

  1. El advenimiento del ser es lo mismo que la ausencia de la verdad del ser, que es la lejanía y vecindad respecto a aquello en donde la filosofía como metafísica recibe su esencia y necesidad.
  2. El ser debe alcanzar al hombre desde el ser para que el hombre alcance una luz que le lleve al final a la esencia del ser, ¿esto está impedido por la metafísica o el propio ser puede hacer acontecerlo?
  3. La metafísica expresa necesariamente el ser, pero no lo lleva al lenguaje porque no piensa al ser en su verdad ni a la verdad como desocultamiento ni a la esencia de la verdad, que es garantía desencubridora y encubridora como acontecimiento propio (algo que dice en la página 302, nota 8b).
  4. El pensar de la metafísica no alcanzará la esencia de la verdad porque se trata de prestar atención al advenimiento del la esencia aun no dicha del desocultamiento en el que se ha anunciado el ser. A lo largo de la historia de la metafísica le permanece oculta la verdad del ser.
Finalmente aclarar el concepto de desocultamiento como indicación acerca de la esencia impesada del esse. Heidegger utiliza una palabra en griego que es muy significativa de esto y que podríamos traducir por des-velar: Αλήθεια (aletheia). En este sentido, muchas veces lo explicita así Heidegger, habla del velo o que algo (ente o ser, por lo general) está velado. Pues bien, λήθε (lethe) es ese velar.

Dejo una conclusión abierta como creo que al final acaba siendo la cuestión del ser. Una vez más, la metafísica no tiene sentido si no preguntamos por el ser en cuanto ser. Este es uno de los síntomas por el que debemos superar la metafísica, la tarea del filósofo es esta. Igualmente, no tardaremos en darnos cuenta de la dificultad de dicha empresa pues la metafísica está tan intrínsecamente aceptada que incluso superando cualquier visión óntica, aún queda un germen difícil de eliminar desde la pregunta misma ¿Qué es ... ? 
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[1]- El fundamento en Filosofía es el ser, mientras que en metafísica es el "ser" experimentado desde sí mismo y por eso escribe fundamento.

Bibliografía:
HEIDEGGER, M. -Hitos

Una nueva visión del Panóptico de Bentham


Una nueva visión del Panóptico de Bentham.
Aprovechando que tenemos una lectura acerca del mencionado tema, me gustaría dar una visión personal acerca de ello. No olvidemos que, precisamente, Filosofía es esto que estamos haciendo poco a poco. Se trata de definir una mirada hacia lo que está ocurriendo, de no dejar de cuestionarnos constantemente lo que sucede a nuestro alrededor. 


El fin del Panóptico[1] es establecer una vigilancia global y particular a la vez, no es sólo algo destinado a resolver el problema de la vigilancia sino otra tecnología de poder. Se trata de una manera de gestión del espacio colectivo, de lo que los primeros en hacerlo fueron los médicos y militares según Foucault. El fin de esta estancia está en las preocupaciones de la Revolución Francesa: que la gente no obre mal y quitarle las ganas de desearlo; interiorizar la mirada vigilante para vigilarse a sí mismos, aunque también es bueno el ejemplo de un ajusticiamiento como motivo por el que no actuar de igual manera. En cierto sentido seguimos siendo educados en el miedo. Obedecemos por él, desde niños tenemos la autoridad de nuestros padres o de los maestros que casi nos acompañan en toda nuestra formación intelectual y personal. Cuando ya no dependemos directamente de ellos, los encargados de seguir adoctrinándonos en el miedo son los medios, ¿es necesario que sean tan explícitos? Son la peor película de terror, sin embargo muchas veces su mensaje es claro.
La forma del panóptico moderno reside en la informatización de la sociedad y podríamos poner aquí el ejemplo del que más se ha podido hablar, por el escándalo o la repercusión es la red social Facebook. Esto se traduce por una empresa que, con un fin económico, ha traspasado datos confidenciales a empresas varias u organismos gubernamentales. Es decir, estamos controlados por los hilos invisibles de la red, donde introducir cosas según en qué sitios es una manera de vender nuestra intimidad. No se necesita una estancia vigilada trescientos sesenta y cinco días las veinticuatro horas, tan sólo un ordenador con conexión a internet. Otro modo de control que sostiene el teórico de la conspiración David Icke es el de las tarjetas de crédito, el dinero electrónico, en el sentido en que la elite económica quiere que se implante este modo de usar el capital. Algo que está ya asumido por parte del consumidor y además, para mover las cantidades enormes de dinero que se mueven es necesario hacerlo de ese modo porque transportar millones de una moneda sería imposible. Sin contar que, probablemente, los bancos no tengan tanto dinero real. El resultado es un control de nuestro movimiento de transacción en el consumo, así como la mass media intenta y consigue en muchos casos controlar nuestra mente.

La pregunta por la Verdad en Heidegger

La pregunta por la Verdad en Heidegger.
Podríamos decir que a partir de Nietzsche tenemos esta preocupación. Los filósofos posteriores se dieron cuenta de la cuestión por el valor de verdad y lo trataron, así se empezó a indagar en el área de las teorías de la verdad como diferentes disecciones de la verdad siendo la palabra el punto de partida. La del alemán Martin Heidegger es la que nos ocupa aquí. 

Lo haremos brevemente, debida la dificultad que este autor presenta en todos sus ámbitos filosóficos. Recordar, primero, que debe entendérsele desde la pregunta por el Ser y su intento de superación de la Metafísica que está integrada en el lenguaje. Entiende Verdad como Concordancia, carácter fundamental y de relación.  Pero lo concordante es un término muy oscuro que evoca tiempos platónicos, teniendo el conocimiento como creencia verdadera justificada. Según Heidegger, sólo este conocimiento es verdadero porque es genuino y aquí reside la Verdad. El conocimiento como tal y sólo él es verdadero.

Nosotros la portamos, pues que lo verdadero y lo falso están dentro de la constitución del ser humano mismo. Esto es lo que propone, el núcleo de la teoría de verdad es el Dasein, la Existencia [1], que entre otros es la explicación de la existencia y el modo de ser humano. Su constitución básica es existir, verdadero es ser descubridor porque el ser humano está arrojado en el mundo con los entes.  La relación moderna entre sujeto y objeto está diluida, sólo para el hombre tiene sentido preguntarse por la verdad o falsedad de las cosas.

Buscará lo común y general a lo verdadero que es la esencia de la verdad, que será descubrir al ente. Un enunciado será verdadero cuando muestre al ente tal y como es en sí mismo, enunciar es descubrir, mostrar y si oculta entonces el enunciado es falso. En definitiva, un enunciado es verdadero si deja ser al ente como es en sí mismo con lo que el ente debe estar descubierto. Su ser es su propio desocultamiento, aquí recupera el sentido genuino de la verdad. Cambia entonces su lugar, ya no es el enunciado o la oración sino que el Dasein toma ese privilegio. ¿Por qué? Es la Existencia y nada más lo que está abierta a todo y a sí misma, si el ser del ente es estar a la vista porque de esa manera se llega a la verdad genuina, la Existencia es la morada de la Verdad. Además que tiene un carácter "descubridor", con lo que le hace idónea para serlo. Por lo tanto, el Dasein es la actividad de apertura, lo abierto, el desocultamiento. Debe estar abierto al Mundo.

Entonces, como conclusión, ¿la Verdad es el Ser del Ente? Bien, no podríamos decirlo con seguridad aunque nos parezca que así es. La explicación es sencilla, en Heidegger nunca podremos dar una definición completa de algo y menos aún si aparecen conceptos clásicos de la metafísica. Además, teniendo en cuenta las revoluciones en el pensamiento heideggeriano nunca podemos dar un concepto por definido. Esto se basa en su obra Ser y Tiempo, inacabada como ya sabemos a la que le falta una tercera parte que el filósofo de Messkirch titularía Tiempo y Ser. Es difícil tratarlo, por sus giros (mínimo hay tres) y por su intento de sobreponerse a toda metafísica teniendo que volver a construir el mismo lenguaje (algo que el alemán facilita pero que en español-castellano toma formas que no son habituales).

En definitiva, espero haberles aclarado o haber puesto al menos la punta del iceberg para que ustedes indaguen más por su cuenta. Pues el mayor conocimiento y el más placentero, no es aquel que nos transmiten sino el que cada cual es capaz de alcanzar con sus propios medios. [2]

---Notas---
[1] Traducir Dasein por ser-ahí es complicado y poco inteligible, no "se es ahí" sino que se "está", con lo cual es mejor para nuestro idioma traducirlo por Existencia. Además, en Ser y Tiempo suele utilizar como sinónimo la palabra Existenz. También se puede traducir como ser/estar-ahí, pero si queremos no confundirnos lo mejor es dejarla tal cual y adaptarnos nosotros a ella, en vez de adaptarla a nosotros.
[2] Entiendo la poca estética en algunos apartados del texto, en el cual repito varias palabras. Créanme, si no lo hiciera así estoy sería ilegible. Espero vuestra comprensión y la agradezco.

---Bibliografía---
Heidegger, Martin - Ser y tiempo

Filosofía Política

Filosofía Política
Una pequeña introducción al concepto y tareas de la materia, pues a día de hoy es necesaria la concienciación política para poder salir de la situación en que nos hallamos sumidos por unos pocos. Sin duda, un aporte a la crítica política de la que tan faltos estamos.


Lo esencial que debemos tener en cuenta es la división entre la propia Filosofía Política y la Teoría Política, la primera es una fundamentación ontológica y normativa de la política mientras que la segunda es la rama de la filosofía de la ciencia dedicada al esclarecimiento del discurso político, argumentación y terminología. Algunos de los riesgos a los que se enfrentan son:

  • Que se limite a reconsiderar los elementos constitutivos de la democracia
  • Que se convierta en filosofía moral aplicada al tratamiento de las instituciones públicas.
El problema está en el desbordamiento y desplazamiento de la comprensión heredada de la política por causa de los cambios sociales entre otros. Con lo cual, se postula una teoría política normativa que se ocupa de la justicia y del ejercicio del poder y es a la vez teoría explicativo-reflexivo y evaluativa-prescriptiva. 

Vamos a destacar tres cometidos principales y más importantes a mi juicio de la Filosofía Política, que adelante comentaremos.
  1. Aclarar el vocabulario político. Tener claro el sentido y alcance de categorías básicas de la ciencia y sociología políticas así como de sus modelos explicativos.
  2. Análisis conceptual de las ideologías. Estas son configuraciones de conceptos políticos que proporcionan un específico patrón conceptual. Son un compuesto de creencias conscientes y supuestos inconscientes de los participantes en el mundo social. El filósofo político debe interpretar y reconstruir con la conciencia de hacer algo nuevo en el mundo político.
  3. Crítica política como procedimiento disuasorio de los pseudoconceptos y del uso inconsciente de valores. Aspiración a la transparencia, no dice al hombre lo que debe hacer sino que le da razones que le persuaden y donde recogen sus aspiraciones. 
Hay que tener en cuenta la moral, pero no pensar la política exclusivamente en sus términos ya que terminamos por obviarla. Así pues, la Filosofía Política es una forma de la razón práctica encargada de evaluar cuándo y cómo pueden aplicarse los estándares morales aunque no nos dé seguridad ya que hay que tener en cuenta que casi todas las normas de conducta política son hipotéticas, los juicios políticos son formados en comunidades políticas donde se enfrentan la razón, la necesidad y la moral y la política es reductora de tensiones pero no elimina la conflictividad. De hecho, para la definición de política debemos tener en cuenta dos atributos: el conflicto y el poder. Su definición vendría a ser el subconjunto de relaciones sociales caracterizadas por el conflicto sobre bienes, ante la presión de asociarse con vistas a la acción colectiva, donde al menos una de las partes en conflicto busca decisiones vinculantes colectivamente y sancionarlas mediante el poder.

¿Por qué necesitamos aclarar el vocabulario político?
¡Porque lo usan en su beneficio y con el lenguaje nos disfrazan la realidad! Mi recomendación es sencilla, cada vez que un político hable no crean el cincuenta por ciento y pongan el otro cincuenta en duda. Después, analicen de forma pausada lo que ha dicho la persona para proceder a la desarticulación de sus palabras. Por lo general, embellecen las noticias malas. Ejemplo: recate a la banca española como línea de crédito en condiciones favorables. Aunque lo cierto es que el ejecutivo del señor Mariano Rajoy está poniéndolo fácil, de hecho son capaces de dar una noticia y desmentirla en el mismo día. La veracidad de sus palabras va encadenada necesariamente al uso que se les da.

¿Existen las ideologías hoy en día?
Bien, esta es quizá la pregunta más difícil de responder y también la más abierta. Decir ante todo que lo que ahora expongo es una simple opinión y que obviamente no es una verdad absoluta. Pero pienso que no, o al menos la ideología no se vive tanto como antaño. Salvo extremos que se toquen, las posiciones más cercanas al centro son difusas e incluso a veces se confunden. Quizá sea necesaria, como digo, una reformulación de dichos conjuntos de conceptos para poder defenderlas coherentemente. No consigo concebir como posiciones encontradas se pueden poner de acuerdo en favor de su beneficio, no siempre y por supuesto que debe haber consenso porque de lo contrario reinaría el caos. A lo que me refiero es, simplemente, que las ideologías aunque presentes se olvidan para y por diferentes intereses que en nada tienen que ver con el común de los mortales y sí con el beneficio de unos pocos en particular ya beneficiados por los motivos que sean. En ese sentido, no existe una ideología clara salvo en los extremos o en posiciones más alejadas del centro. 

Pero lo más importante es la crítica política.
De hecho, por falta de esta se cometen las mayores incoherencias. El pueblo no está educado políticamente, con decir que en Elecciones Generales la mayoría piensa que vota al presidente del país mientras que en realidad lo hace por la constitución del Congreso de los Diputados es una explicación buena para ilustrar lo que digo. Es verdad, la implicación política es baja porque tampoco te permiten ir más allá de las urnas en la mayoría de los casos. Pero también hay que estar preparado a conciencia para acudir a ellas, sólo un obrero engañado por el rico le vota. Eso es lo que la derecha ha hecho en este país, engañar con la salida de la crisis a muchos que en circunstancias normales no les votarían. La abstención es otro de los graves problemas, la excusa no me representan no sirve. Hay que buscar también a quien mejor te representa, no sólo ellos deben trabajar para convencerte sino que tú también debes moverte. Es otro de los grandes problemas de la democracia, el daño colateral de aquellos que no se interesan por la política.

Ética homérica

Ética homérica.
Como sabemos, los orígenes se remontan a Grecia, nuestros orígenes como pensadores. La ética es algo que nos ha acompañado a lo largo de nuestra existencia, pues bien, no es menor su influencia en relatos como la Ilíada. La moral heroica es un tema tratado en el libro y pone de manifiesto su endeblez.
La Ilíada es deudora de toda una tradición anterior oral. Se discute aún si fue primero compuesta oralmente y luego escrita o si sólo se escribió. Los hechos que se narran, de lo que no me ocuparé, se datan hacia la época de la Edad Oscura. En el mundo épico, la moral es agónica en sentido de enfrentamiento. El agón es algo muy representativo de la sociedad griega en tanto que se forma la democracia, su significado es el de enfrentamiento pero en el sentido de disputa verbal como pudiera ocurrir, por ejemplo, en el ágora. Los héroes eran los reyes, basilei, y todos eran iguales en cuanto a rango mientras que no había ninguno por encima. No había un basileús de basilei. El resto conformaba el grueso de la tropa, laoi, mientras que el rey era llamado promachoi significando el que combate en primera fila. Los combates se convierten así en un cuerpo a cuerpo entre héroes y no a lo que hoy en día estamos acostumbrados. Eran nobles, aristoi, un rango que les viene de nacimiento y se suponían los mejores en algo. Se les aplicaba el aristeuein, el deber de sobresalir en el combate convirtiéndose en una obligación para con el resto. Debían también demostrar por qué lo eran y seguir mereciendo esa cualidad, debiendo para ello matar a otros en el combate y siendo este otro aspecto de esta moral griega. Asociado a esto debían sobresalir también con la palabra, destacar en el ágora, habiendo siempre un ganador y un perdedor. Cumpliendo con estas asignaciones el héroe conseguiría la excelencia, areté, siendo además un esfuerzo exigido por él mismo pues si consigue esta gloria su nombre no se borrará de la historia y será una forma de inmortalidad. Este es un punto fundamental para entender el mundo épico, el kléos áphthiton, la gloria imperecedera. La única manera de alcanzarla es muriendo en combate. Pero la intención de Homero no era mostrarnos la moral de aquel entonces, sino criticarla. Así podemos ver que en el largo, maravilloso y extraordinario parlamento de Aquiles, algo que no era normal en poemas de estas características, pone en cuestión una ética que a pesar de seguirla él mismo y morir en ella sabe que no es lo mejor. Como se puede ir observando a lo largo del texto, consta de muchas repeticiones y discursos apoyados en dioses, unos dioses ausentes, mientras que este discurso del héroe por antonomasia es ya una argumentación y respuesta a lo que sus amigos más íntimos le proponen siendo mediadores entre él y Agamenón. La argumentación no es algo que sale por casualidad, está metida de manera que en el momento más crítico pueda poner la puntilla a esa moral decadente. La primera razón que da es el que nada se agradece en estar luchando durante diez largos años por algo que la mayoría de los aqueos no les incumbe como es el ultraje inferido a Menelao por parte del príncipe troyano y la esposa del aqueo. Esto se entiende mejor sabiendo que la alianza entre basilei tiene como pacto la philotes, un vínculo por el cual ninguno es más que el otro y que implica la ayuda y reciprocidad. Así se justifica la venganza y la conducta despiadada. A esto se le une la humillación por parte de Agamenón que sufre el héroe y podemos entender que:
Ya que para nada se agradece ("ouk tik charis") el combatir siempre y sin descanso contra los hombres enemigos. La misma recompensa obtiene el que se queda en su tienda que el que pelea con bizarría; en igual consideración son tenidos el cobarde y el valiente; y así muere el holgazán como el laborioso. Ninguna ventaja me ha procurado sufrir tantos pesares y exponer mi vida en el combate.  Ilíada IX, §314-319
Aquí aparece la muerte como igualadora de todos los hombres. Al contrario que la moral presente, siendo la muerte la posibilitadora de una inmortalidad, hay una apología de la vida. No hay ningún tipo de diferencia cuando llega la hora de la muerte, puedes ser el mejor de los aqueos o de los teucros pero morirás igualmente. Matar y morir deja de tener sentido en la vida de Aquiles. Un diálogo de Sarpedón muestra lo contrario: hay muchos tiempos de muerte aunque en realidad sea una:
SARPEDÓN-¡Glauco! ¿Por qué a nosotros nos honran en la Licia con asientos preferentes, manjares y copas de vino, y todos nos miran como a dioses, y poseemos campos grandes y magníficos a orillas del Jano, con viñas y tierras de pan llevar? Preciso es que ahora nos sostengamos entre los más avanzados y nos lancemos a la ardiente pelea, para que diga alguno de los licios, armados de fuertes corazas: "No sin gloria imperan nuestros reyes en la Licia; y si comen pingües ovejas y beben exquisito vino, dulce como la miel, también son esforzados, pues combaten al frente de los licios". ¡Oh amigo! Ojalá que, huyendo de esta batalla, nos libráramos para siempre de la vejez, y de la muerte, pues ni yo me batiría en primera fila; ni te llevaría a la lid, donde los varones adquieren gloria; pero como son muchas las clases de muerte que penden sobre los mortales, sin que éstos puedan huir de ellas ni evitarlas, vayamos y daremos gloria a alguien, o alguien nos la dará a nosotros. Ilíada XII, §310-328
Y también aparece el amor cuando dice:
¿Por qué el Atrida ha juntado y traído el ejercito? ¿No es por Helena, la de hermosa cabellera? Pues, ¿acaso son los Atridas los únicos hombres, de voz articulada, que aman a sus esposas? Todo hombre bueno y sensato quiere y cuida a la suya, y yo apreciaba cordialmente a la mía, aunque la había adquirido por medio de la lanza. Ya que me defraudó, arrebatándome de las manos la recompensa, no me tiente; le conozco y no me persuadirá. Ilíada IX, §332-339 
Este es el suceso por el que Aquiles decide no ir a combate y es también objeto de esta reflexión. Al principio de la narración, Agamenón arrebata su recompensa, géras, elemento material por el cual la gloria es alcanzada. Sin él no hay reconocimiento, timé, por lo tanto sin estos pequeños pasitos no alcanzará su tan ansiado sino. Podemos entender que "en nada se agradece" ya que, epei, si muere lo hará sin gloria como uno más y es preferible irse de allí como aconseja a sus allegados Odiseo, Ayante y Fénix. Este "ya que" es un elemento muy importante, mientras que a lo largo del texto se van dando fórmulas más o menos hechas de acuerdo con la rima y ritmo del poema (recordemos que es lo que es, un poema recitado por un aedo o juglar) aquí encontramos una base de razonamiento. Es importante entenderlo porque aquí se desmarca de la tradición y pone la puntilla a esa moral que estamos tratando. Habla ya del hombre general, algo muy significativo si bien antes quien tenia renombre eran los ya nombradosbasilei, e incluso se pronuncia de manera universal cuando dice "todo hombre bueno y sensato", hostis aner agathós. Lo más excepcional de la épica y algo que no se da nada más que aquí son los términos subrayados, puesto que nunca van unidos. Encontramos también una contradicción en el modelo heroico. En principio son hombres cuya obligación es defender a la comunidad por ese pacto que les viene dado de por sí, pero por encima de todo ponen su interés particular arrastrando a la comunidad también a la desgracia. Por encima de las vidas de todos está la gloria y está muy bien representado en el texto por el papel que juega Héctor, ya que primero es "domador de caballos" y acaba siendo "el que mata a los hombres".

REFERENCIA
Ilíada - Homero