Mostrando entradas con la etiqueta Jacobo de Camps Mora. Mostrar todas las entradas

Categorías estéticas: ¿Qué es el arte kitsch?



Mr. Brainwash




El concepto de kitsch nació junto a “la revolución industrial que urbanizó las masas […] y estableció lo que se denomina alfabetidad universal” (Greenberg). En otras palabras, empezó cuando las ciudades se comenzaron a llenar de “proletarios y pequeños burgueses” alfabetizados que descubrieron “una nueva capacidad de aburrirse”

Imagen que representa el kitsch: arte accesible y superficial, diseñado para complacer a una audiencia masiva sin exigir comprensión profunda


De este modo, como nos explica Greenberg, al no poder acceder al confort ni al tiempo necesario para abrazar la “tradicional cultura de ciudad” –es decir, el arte verdadero– estos individuos satisficieron su hambre de distracciones con un sucedáneo: la cultura kitsch. Esta, destinada a aquellos “insensibles a los valores de la cultura genuina”, imita y se nutre del arte auténtico. Consecuentemente, el concepto de kitsch se aplica al arte que “no exige nada a sus consumidores, salvo dinero”. Debido a esto, no incita al pensamiento ni invita a la reflexión; más bien al contrario, pues lo kitsch se presenta al espectador masticado y digerido. Por este motivo, Greenberg dice que gusta al espectador inculto, que se ve eximido de la tarea de comprender la obra de arte. Así, el arte kitsch es un arte cuyo fin es agradar al gran público, encontrar su beneplácito; un arte que no arriesga, que no va nunca más allá y que, carente de ironía e imaginación, copia y masifica el arte verdadero mediante fórmulas.
 En definitiva, el arte kitsch es arte superficial, vacío de contenido (es decir, fácil de entender) y que complace a las grandes e incultas masas.

A Eduard Cairol
Bibliografía
Greenberg, Clement: Avant-Garde and Kitsch.

Categorías estéticas: ¿Qué es el arte desestetizado?



¿Qué es el arte desestetizado?
El concepto de un arte anestético o desestetizado surgió de la mano del filósofo Theodor W. Adorno y está fuertemente condicionado a su experiencia durante la Segunda Guerra Mundial. .

Representación de la visión de Theodor W. Adorno sobre el arte post-Holocausto, cuestionando la estética tradicional y enfatizando el dolor y la realidad cruda

Después de haber contemplado los horrores del holocausto nazi, Adorno se preguntó si era moral continuar haciendo arte sobre cosas bonitas, sin tener en cuenta el sufrimiento y los males que aquejaban al mundo. Así, como dijo Brecht, “¡Qué tiempos son estos, donde / hablar de los árboles es casi delito / porque ello es callar muchos horrores!”. En consecuencia, Adorno arremete contra el arte estético, que calla los horrores y que calma a las masas al funcionar como narcótico, y clama a favor de un arte anestético, feo, que no proporcione goce artístico, sino que remueva la sensibilidad del espectador y le haga cuestionar el funcionamiento del mundo. De esta manera, Adorno defiende un tipo de arte que se iguale a “una realidad extremadamente tenebrosa” y que no sea utilizado como objeto comercial en el que el espectador pueda olvidar la crudeza de la existencia.

En conclusión, el arte desestetizado es aquel arte que mira a la realidad a los ojos y que no comete, como hace “todo arte placentero”, una injusticia con “los muertos, [con] el dolor acumulado y sin palabra” al mirar hacia otro lado y conseguir que el público se olvide de lo que realmente está ocurriendo.


Escrito dedicado a  A Eduard Cairol