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Una mente atormentada… PARRESÍA


Una mente atormentada… PARRESÍA
Y aunque a veces paseo por esta vida, sin nada interesante que observar, ésta misma indiferencia me dice que... nada ha de pasar si sigo pensando así, mientras estoy despierto artificialmente, puesto que este maldito café me tiene suspendido en mi paupérrima realidad y no concibo muchas sensaciones, solo aquellas que me amargan el ser. A veces me gusta flotar en este infinito vacío, aquí siento, que muchas veces no existe el tiempo, lugares, personas; creo que esto me sienta muy bien, así pienso que deben sentirse los adictos..

El escribir todo esto, que clama salir de una u otra manera, me calma como cuando tienes sexo “ya lo tuviste y estas calmo”, pues en mi penumbra siento cómo mis demonios, se van soltando a veces uno por uno; a veces como jaurías sin que nada pueda hacer, todo esto me está afectando, sin embargo no caigo en cuenta y cuando tomo conciencia, se han escapado, se que me pueden acarrear problemas, pero… son más fuertes que yo y peor aún… son más listos que yo y soltarlos, sería solo un placebo, una forma de desahogo, algo que no sentía hasta ahora, no sé cuántos de ellos halla, solo sé, que se deslizan yéndose como en un río, eso me hace sentir triste, pero no por sentirme triste o vacío, significa para mí estar muerto, creo que ésta condición es lo contrario, por que solo las criaturas muertas no sienten nada; ni tristeza, ni calor, ni frió o miedo por lo inerte de su corazón, yo siento todo esto, aunque esto signifique tristeza. Tengo un conflicto y se acerca, vivo esta condición, sin embargo, conforme se acerca la hora, mi corazón se apaga como preparándose, es como un sabor amargo en mi boca, es la que me avisa que los próximos días, serán nublados en mi cielo azul.
Estoy en pleno conflicto, ¡mi día llegó! y como no hay plazo que no se cumpla...“¡¡Mi infierno... aquí estoy!!, soy aquel Fausto, pero me aisló, estoy refugiado en mí, soy mi fortaleza y no quiero ni pienso salir. Ésta última refriega, la he tratado de superar, pero creo que no salí bien librado, me siento mal y tampoco creo que me componga o sane rápido. En este mi infierno infinito, los pesados fuegos de mis problemas me queman, me asan, queriendo extraer ese jugo mío llamado “paciencia”.
Por eso a veces lloro por mí, pues soy el único que me consuela, que me aconseja y me corrige y a veces también me insulta, es ese llorar, esas lágrimas que están llenas de pésima amargura así que pienso que lo peor de mí, es un buen método para expulsar estas sensaciones, por ello me gusta dormir cansado, pues es la única manera en que mis demonios también duermen. En ocasiones cuando estoy semitranquilo, extraño ese estado de tristeza y melancolía y sin darme cuenta es ese mismo extrañar el puente que me conecta a estos estados de gracia, aún tengo miedo de mí… y no sé en qué momento empecé a tener conciencia de mí o en que momento me volví autocrítico y destructor propio… Me pregunto ¿Que cuando me detendré? No lo sé todavía, porque ya tomé conciencia y me será difícil perderla, el solo pensar que regresaran esos viejos fantasmas que me atormentan me llena de frustración, facilitaría mucho el que me ausente mentalmente un tiempo, pero quizás… sean más poderosos, las ansias me carcomen por esa necesidad de desahogo neurótico y procuro calmarme, sin embargo… tengo que dominar mis demonios.
A veces me pregunto… ¿Cómo poder alcanzar la felicidad?, si no me siento completo, y finalmente, todos tenemos un neurótico dentro. Pero…hoy me siento algo bien, como ansioso, será que mis monstruos fueron aplastados por mis problemas, o quizás mi manto de optimismo los hundió cual barco era destinado a capitular, no lo sé aún, presiento que ellos emergerán como un gigantesco submarino o saldrán como hormigas bajo pesadas rocas dispuestas a atacar todo lo que se les atraviese, me cuesta trabajo luchar contra mis monstruos internos en mi pensar muchas veces gozo con esta lucha neurótica y también creo que tardare en acabarla sé que tengo la solución en mis manos para el fin de esta contienda, pero también pienso que no quiero que la batalla acabe. No importa cual rápido vaya la vida, porque sé que en algún tiempo, ésta llegara a su destino fuere cual fuere, entonces bifurco mi vida entre la tristeza y la alegría, a veces creo que mezclarlas y revolverlas evitaría que no sean tan amargas y sin pensarlo pueda diferenciarlas cuando me toca tristeza o alegría, esto me demuestra que por más alegrías o tristezas que tenga estas nunca serán mezclables, por eso el romper un sentimiento o la confianza, ya sea propio o ajeno y decir que puede sanar completamente es falacia, pues este quedara como un vidrio roto mal pegado que no aguantara golpes quedos, pues estará sentido. Los problemas nacen, crecen y se reproducen dentro de mí, no mueren, siguen creciendo, lo siento en mi pecho, se inflan tanto que me hacen reventar y sigo teniendo el mismo ciclo de problemas, siempre el miedo me ha mantenido despierto y alerta, tan despierto y alerta que si diéramos medida de tiempo a esto, diría seguramente que hace años que no duermo. Me pregunto ¿Que si tengo miedo a caer en algún vicio?.... ¡No¡ no lo creo, mis problemas internos son superiores, ¿Tristeza y melancolía?...... si alguien quisiera conocerla en persona, búsquenme ¡aquí estoy yo! Lo mejor de estar solo, es que te muestras presto a aflorar cualquier sentimiento sin necesidad de caretas o máscaras. En este momento, tengo una calma comparada solo con la mar; y no sé en qué momento se desatará la tormenta. No le temo a la tormenta en sí, a lo que le temo es ahogarme en ella, tengo sueño, mucho sueño, y no quiero dormir, mis demonios vuelven a pelear y no hace falta decir quién ganará, siento mi cuerpo pesado, muy pesado, me cuesta levantarme, caminar, como si fuese yo un gigantesco imán de demonios y a todos los cargo yo, me cuesta aceptar mi condición anímica actual, debo ser sincero, al decir verdad, no sé si tenga tal.
Me gusta dormir cuando puedo, que fantástico y que bien se siente dormir y entrar en un mundo en donde el “yo” no existe. No sé en qué momento empecé a caer en esta vorágine, no sé dónde voy a caer, siento que caigo y caigo, lo único que sé es que no quiero que nadie se vaya conmigo.
Me siento tan mal, que ya ni el café me reanima como lo hacía antes, y por mas que intento levantarme, no lo consigo, en mí está lograrlo, pero ya no sé si quiero, creo que al volver por aquellos lares mentales me enferman, los recuerdos me atacan rápidamente como diabólicas pirañas con carne fresca, y huyo donde sea, me voy enfermando, infectando como leproso sin detenerme, eso me recuerda que cuando empiezas a probar el dolor en cuestiones de amor, de alguna manera te empiezas a volver adicto a él, lo buscas, lo encuentras, lloras, gritas, maldices visceralmente vomitas en él, y al fin y al cabo, te reconfortas, vuelves a buscarlo como cualquier vicioso busca su droga, en mi miserable condición, ya no importa nada, lo que es peor, ya no sé como reanimarme; y no sé cuánto tiempo tendré la fuerza suficiente para seguir intentándolo antes de darme por vencido. Estoy conociendo sentidos en mi propio desánimo, que nunca había experimentado, sin embargo como dije antes estoy consciente, estoy viviendo cada día, como cuando cargas algo muy pesado, soportable, y aumentando peso cada vez, sabiendo que llegara el día en que no aguante más. No quiero hacerle daño a nadie, creo que lo mejor será irme… pues no sé si tiene sentido esta situación…y no sé si todo el ánimo y las fuerzas que tenía volverán… porque me estoy haciendo tanto daño…que aun muerto sufriría…

Analogía de la vida ajedreciana


Analogía de la vida ajedreciana.
La vida, día a día suele ser a veces como un gran juego de ajedrez, este es el tablero de la vida, donde todos somos y caemos alguna vez como piezas del mismo, y es que en verdad somos como esas piezas de ajedrez, todos queremos alguna vez ser el rey, a veces nos sentimos así, como reyes, reyes mediocres, y creemos vivir de esta manera, sin pensar que el rey, no es la pieza más importante del tablero, de que existen otras piezas, donde atraves de la vida vamos cayendo, enfundamos y acomodándonos como cuando el rio avienta sus aguas y las acomoda a su merced.

Las féminas la mayoría, quisieran ser las reinas, peligrosas, fugaces, a ellas las denotamos y apreciamos, son una de las piezas que más buscamos, cuidamos y cuando no es nuestra la queremos, cuando lo es, las coronamos con distintos nombres, distintos colores, pero como la reina, esta se aprovecha de su alto poder y amplitud de movimiento, entonces es falacia que el rey sea el poderoso, pues ella tiene el poder y muchas veces nos tiene a todos. Depende el juego que se juegue, al desaparecer ella, al hacerlo dará una dicotomía al juego de la vida, por una parte la hace más fácil a los contrarios o contrarias, pues con la movilidad que tiene llegara donde otros no y es la pieza más pesada, cuando no la tenemos nos sentiremos frágiles e insolutos, la mujer o reina siempre regirá el juego de la vida, sin ser la más importante, pero si la mas, dura y la más sagaz.
La reina es la más trascendental, pues ella encarna todo el poder femenino y cuando se sabe poderosa, ni el rey tiene el poder para detenerla, alguien que haya luchado con una bella reina es sabedor de su poder y de cómo avanzara derribando contrarios y contrarias entonces será difícil será atraparla, con esto, ella es la mayoría de las veces vencedora del demacrado poder del rey masculino, juega con sus encanto haciéndolo caer primero en jaque a él y a cualquiera del tablero, como pieza saca provecho del juego hasta donde puede, pues su influencia en las piezas masculinas son grandes y después llegaría el jaque mate, así cae todo el tablero para ella y si de el rey dependen otras piezas esto se acabó, la vida en ese tablero no se podrá componer.
Los alfiles aquellos que les es fácil ir de lado en lado en situaciones varias los que a veces están contigo y a veces cambian a otro lado. Son gente de movimientos rápidos y fugaces son aquellos que esperan para atraparte a larga distancia.
Los que no avisan y causan una tremenda conmoción estos son los caballos, estos saltaran cuanto menos entendamos de su peligro, y por lo general no nos damos cuenta de su peligro hasta que nos caen encima y para ello es muy tarde, gente peligrosa.
Los que atacan de frente o de lado como las torres seres de solo dos bandos están contigo o en contra tuya tan peligrosos como un viento que no sabes para quien sopla.
Y finalmente la pieza en que alguna vez caeremos, el degradante peón, este último patético y casi sin sentido, de perfil bajo, muy bajo aunque no se haya pensado, puede ser uno de los más peligrosos, puesto que en la suposición de llegar a su objetivo final se transformara en la pieza que el desee, y pensando que nunca fue nada, ese individuo no vacilara en pedir ser la pieza más peligrosa del tablero, no el rey, la reina, o mejor aún, una la que más le convenga a sus intereses en el momento que lo requiera, para ganar esta vida ajedreciana..será por eso que en la vida ajedreciana encontramos peones descompuestos coronados como reyes, sin saber a ciencia cierta como actuar, son como vagos con poder, un poder que les impide ver mas allá de lo ético, de lo moral, descarapelándose como esas cebollas viejas sin color y sin sentido de nada, ellos se raen pero en su sentir son reyes suntuosos, con vestimentas muy pulcras, tal pareciera que esas vestimentas y joyas les fuesen a quitar lo peón, pues el poder del hombre siempre estará en el pensar, aunque a veces no sea de tal manera.
Y hablando precisamente del peón, este será la pieza más peligrosa, pues se sabrá de comportar de la manera en que le haya ido en la vida o en el llamado juego de la vida, y es que algunos aún son peones, otros dejaron de serlo para que al llegar a su destino, fuere cual fuere, requieren poder, y para tener poder, sirve cuanta experiencia amasaron, esta servirá precisamente para que algunos paguen las vejadas que sufrieron, sin importar quienes fueron. Ellos comieron y avanzaron en el tablero hasta que, llegaron a ese lugar donde cambiaron su suerte, para poder escoger que pieza serian. Para cumplir con su cometido y llegar a ser alguien poderoso, casi nadie denota esto imaginar el bagaje de situaciones, que convierte al peón en el gran ganador del tablero de la vida, gracias a la experiencia, sorteando todo tipo de dificultades y situaciones varias, para llegar al triunfo y convertirse en alguien, el que él quiera, el que el tablero de su vida necesite, podrá ser caballo para vengarse, podrá ser rey para obtener lo que no tuvo o Reyna arrasando todo a su paso, es precisamente la reina la que tiene el máximo poder, es el poder de la mujer sobre el hombre.
Será por ello que dos reyes solos siempre quedaran tablas, será por ello que un tablero sin reinas es difícil de pensar y es que siempre conoceremos a un peón que llego hasta arriba y al hacerlo place hacer por lo que quiere, solo por el mismo motivo que, mientras fue peón no pudo hacer, subiendo a las piezas que el crea conveniente para volver a empezar una partida nueva ahora el peón es el rey o cualesquiera otra pieza conveniente a sus intereses.
Ya conociendo parte de juego de esta vida ajedreciana, es importante decir que lo importante es como hagamos las movidas para hacer caer el juego a nuestro favor, en un trabajo laboral siempre encontraremos estas piezas de vida y algunas veces las movemos, otras nos mueven, pero algo es cierto siempre estaremos jugando el tablero de la vida ajedreciana y para no claudicar, es decir, hasta el grado de perder este gran juego.
Como en la vida y el trabajo cuando vas por algo importante, deberás pensar que hacer como lograrlo, mover y esperar pensar que va hacer la otra persona, y ver qué situación dará como resultado de los movimientos de tu contrario, seguir volver a mover acercarte, cuidarte, mover tus peones, sacrificar gente, sacrificar piezas y así
Esperar pacientemente que rija la mente del otro, en base a su movimiento, hacerlo caer en jaque para ganar parte del tablero de la vida.
La vida siempre será así solo algunos se dan cuenta superficialmente de esto,
Solo así podremos saber cual es el pensar de los contrarios, y jugar, de esta manera si planeamos o hemos pensado podremos vencer en el gran juego de la vida, de esta vida ajedreciana.

El juicio de ética contra estética


El juicio: ética contra estética
Cuantos de nosotros, insufribles seres, hemos vagado y tenido horas paupérrimas, de banal lucha por ser aquello, que queremos ser pero no somos, porque de los medios de los cuales tomamos estereotipos hermosos, nos abruman, nos hacen sentir vacíos, nos hacen sentir vagos, es una lástima el no saber que directrices cortas tomaron para llegar a esa perfección, perfección del que la llamada caja idiota, y pasquines mediocres, nos rellenan, como rellenar un embutido. Porque en sí, somos un embutido, solo que como tal, también el contenido. Nos diferenciamos monetariamente de la calidad que estamos hechos internamente, es un sentir de lo que estamos hechos. Nuestra mente está llena de cosas con la que podemos llegar a una belleza, de la cual nos comparamos o somos comparados porque jamás estaremos satisfechos de nuestra belleza.


Pero ¿cuál es el significado de belleza en nosotros? estaremos catalogados ¡¡por quienes!! para llegar a ese clímax de belleza, clímax para algunos inalcanzables o ¿es la apreciación, uno de los sinodales a superar?.
Como seres todos tenemos momentos narcisistas, cuantas veces denotamos un cierto dejo de narcisismo al contemplarnos como el narciso mitológico que muere ahogado tratando de verse mejor acercándose al agua y pagando ese pecado que es la vanidad con su vida, cuantas veces nos miramos en el espejo y vemos nuestras imperfecciones, lo bueno en nosotros y esas cosas que nos hacen humanos y tratamos de borrarlas, empezando así el juicio de la ética contra la estética. Nunca entenderemos que tenemos que trabajar con lo que tenemos, con nuestros rostros, con nuestros cuerpos, solo aquellos que tienen recursos monetarios podrán componer sus llamadas “imperfecciones”, atacando la ética para llegar a una estética que resulta infalible, ganando el juicio de la ética contra la estética sin importar nada, y al llegar al espejo lograran ganar ese juicio que pocos ganamos, pero ¡qué precio tenemos que pagar nosotros los terrenos!, los faltos de dinero, que tratamos de dar vida a aquello que no es hermoso en nosotros o que a otros no les parece así, le pondremos un cúmulo de sustancias con tal de tener un remedio, y esperamos que el tremendo juez “espejo del veredicto”, (aunque internamente sabemos que el juez es nuestro consiente), sólo mostrara lo que queremos, o que quisiéramos ver, haciéndonos juez y verdugo ,de ahí ya ataviados nos enfrentamos a nuestra familia y amigos, los cuales serán más bien nuestros aliados porque con tal de no herirnos, nos dirán lo que queremos escuchar, atacando otra vez la ética sobre lo estético, esto tendrá un sabor agridulce por obvias razones pero no faltan los que atacaran de una manera hasta de cierta forma hienesca, destrozando lo poco que se ha compuesto y dejándonos con nuestra verdad. Sabedores de esto nos dejamos arrastrar por un sin número de falacias al aire tratando de cazar algo que eleve ese espíritu estético que fue destrozado por aquellos jueces y verdugos.
Una obra de arte, sea cual fuere podría ser catalogada de bella por aquellos quienes han alcanzado un estudio y así poder apreciar su belleza, o será la belleza algo mas prístino, como poder decir que algo es bello. Si lleváramos a un campesino ignaro, a ver al David de Miguel Ángel, éste solo podría ver una estatua de un hombre desnudo y grotesco, no sabría apreciar sus relieves, su tamaño, su belleza.

Y partiendo desde otro punto, si a un docto en artes, lo lleváramos a un lugar rural y le mostráramos una “bestia”, quizás solo podría sentir el olor y la fauna circundante, antes de apreciar la belleza del animal. Sin embargo el propietario apreciaría el alce, el tamaño de la bestia, que para él sería finalmente bella.

La cuestión es ¿quién o qué delimita lo que es belleza?, tomando el ejemplo de estos dos expertos de la belleza, cada uno haría su propio juicio denotando lo estético, digamos un juicio de ética contra estética.

La belleza podría ser parte de un gusto propio en el que influye el ambiente, la sociedad y los medios, el cual a veces se unifica con otros pensares y formas de apreciar; se acoplan a ciertas características que gustan a este sector, dando paso a una especie de moda, por cierta cosa, a lo que le damos un nombre que es belleza, o más bien, el sentido de belleza, por que acaso ¿ la belleza no es una moda?. Tenemos que cuando se convierte en ella, es entonces cuando se etiqueta como tal, muchas veces, la belleza se encontrará en un estudio de las cosas, y muchas veces es un aprendizaje visual, en relación a su ambiente, ya sea laboral o de vida. Y lo visual sería un parámetro totalmente válido, si bien, “el principal”, por obvias razones.