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Ramón LLul sobre el género, la especie y la individualidad.

Ramón Llull, también conocido como Raimundo Lulio, fue un filósofo, poeta, místico, teólogo y misionero mallorquín del siglo XIII, cuya obra abarca una vasta extensión de temas y disciplinas. Entre sus escritos, "Los Proverbios de Ramón" destaca por su intento de sintetizar y comunicar sabiduría en forma de aforismos y proverbios, reflejando la profunda influencia de su pensamiento en la lógica, la metafísica y la teología.   En este texto, Llull explora los conceptos de género, especie e individualidad, fundamentales en su sistema filosófico que busca entender y clasificar la realidad a través de categorías universales. Este enfoque no solo revela su metodología para alcanzar el conocimiento, sino que también ofrece un vistazo a la estructura ontológica y epistemológica de su tiempo, influenciada por aristotelismo y la escolástica.   La lectura de "Los Proverbios de Ramón" nos introduce en un mundo donde cada entidad tiene su lugar definido por su relación con lo universal y lo particular. Llull disecciona estos conceptos con precisión lógica, proponiendo definiciones y propiedades que intentan dar cuenta de la complejidad del ser y de la naturaleza. Este ejercicio intelectual no es meramente taxonomico; es una búsqueda de la esencia y el orden del universo, reflejando la ambición de Llull de crear un sistema universal de conocimiento, su famoso "Ars Magna", que permitiese la conversión de infieles a través de la lógica y la razón.   A través de los puntos que se desarrollan sobre el género, la especie y la individualidad, Llull nos invita a reflexionar sobre la estructura de la realidad, las jerarquías naturales y cómo estas categorías interactúan para formar la riqueza del mundo que experimentamos. Este texto no solo es un ejemplo de su método combinatorio y su lógica, sino también un testimonio de su profundo compromiso con la enseñanza y la propagación de la sabiduría a través de estructuras de pensamiento claras y accesibles. Así, la lectura de este fragmento de "Los Proverbios de Ramón" no solo nos acerca a la mente de uno de los pensadores más originales de la Edad Media, sino que también nos desafía a considerar cómo categorizamos y comprendemos el mundo que nos rodea, invitándonos a una contemplación filosófica que trasciende su época para resonar en la nuestra.  Lectura de Ramón LLul en Los Proverbis de Ramón.  Del género  1. Género es el ser que no tiene sino partes «generales». 2. Género es aquello por lo que los principios son «generales». 3. Sin género, no podría haber especies. 4. Sin género no podría haber bondad «general» en muchas (especies). 5. Si no hubiese «general» bondad, de muchas bondades no podría resultar uno. ó. Puesto que hay una bondad «general», muchas bondades tienen algo de común. 7. La sustancia participa de la bondad «general», porque en ella se resumen muchas bondades. 8. Sin la bondad «general» no podría haber bondad de bondad. 9. En la bondad «general» radican muchas bondades específicas. 10. Si el género no fuese ser sustancial, no podría haber sustancias del mismo. 11. Porque el género es parte del ser, hay partes «generales» del mismo. 12. Si la forma y la materia no fuesen partes «generales», no podría haber género. 13. El género ocupa un lugar más alto por la forma que por la materia. 14. Sin el género, en la naturaleza no podría haber fin «general». 15. Todo fin es más «general» por la forma que por la materia. 16. Porque el género accidental se sostiene en el sustancial, los accidentes se sustentan en la sustancia. 17. El género es un ser confuso como el «caos». 18. En el género radican los cuerpos que no se hallan bajo las especies. 19, El género es la fuente de las especies. 20. Puesto que el género no tiene figura, no se puede ver ni tocar.  De la especie  1. La especie es el ser que no tiene sino partes «especiales». 2. Los individuos son partes «especiales» de las especies. 3. Porque la diferencia es principio «general», hace del género muchas especies. 4. Porque la especie es del género, es principio «general». 5. Las especies sustanciales son de género sustancial, y las accidentales, de género accidental. 6. Toda especie se halla más cerca del fin que el género. 7. Si no hubiese especie, no habría individuo. 8. La especie no se puede tocar ni ver. 9. La participación de muchos es mayor por la especie. 10. Porque la especie es principio general, no hay una especie que sea de otra. 11. De especie más noble, más nobles partes. 12. Si el ser no fuese real en la especie, no tendría en qué ser. 13. La especie de semejanzas no es ser real. 14. Sin la especie «fantástica», la imaginación no tendría su acto. 15. La especie con la que se conoce el objeto, se ha formado, al extraerse una semejanza del objeto y hacerse la especie. 16. Como la especie «general» no puede percibirse sensiblemente, no se puede imaginar. 17. Las especies que están en potencia, son innatas; y, cuando están en acto, son adquiridas. 18. La influencia de las especies consiste en la producción de las mismas, al pasar de potencia a acto. 19. Sólo Dios, con su poder, es capaz de crear una especie. 20. En el orden de la fuerza, la especie del león es más noble que la del caballo; y, en el de la utilidad, no. 21. La especie artificial es semejanza de la natural.  De la individualidad  1. El individuo es una parte «especial», que no puede dividirse. 2. El individuo es fin aquí abajo, donde hallan reposo las naturalezas abstractas. 3. En el individuo se juntan los fines de los principios generales. 4. Porque la blancura es indivisible en la especie, lo es en el individuo que es blanco. 5. Del mismo modo que el individuo es de muchas individualidades, es parte común de muchas simples. 6. El individuo no se puede dividir, porque consta de individualidades. 7. El individuo no puede dividirse, porque en él se halla la última forma. 8. Si más allá del individuo hubiera divisibilidad, todas las naturalezas de que consta serían divisibles. 9. Puesto que el individuo es el último término, todo lo que lo constituye es de los primeros términos. 10. La diferencia no extiende su acto más allá del individuo. 11. El individuo comienza arriba y está abajo. 12. Más allá de arriba y de abajo no hay nada. 13. En el individuo se encierran todos los fines naturales. 14. El individuo es lo más perfecto de todas las cosas. 15. Si no hubiese individuos, todos los principios superiores estarían vacíos. 16. El movimiento se extiende delante del individuo; y no detrás. 17. El individuo es el centro de todos los actos naturales. 18. La nobleza del individuo la otorga a la especie. 19. En cada especie, radican individuos en potencia. 20. Martín es más noble individuo que su caballo, porque, en su especie, radican fines más nobles que en la del caballo.


Ramón Llull, también conocido como Raimundo Lulio, fue un filósofo, poeta, místico, teólogo y misionero mallorquín del siglo XIII, cuya obra abarca una vasta extensión de temas y disciplinas. Entre sus escritos, "Los Proverbios de Ramón" destaca por su intento de sintetizar y comunicar sabiduría en forma de aforismos y proverbios, reflejando la profunda influencia de su pensamiento en la lógica, la metafísica y la teología.


En este texto, Llull explora los conceptos de género, especie e individualidad, fundamentales en su sistema filosófico que busca entender y clasificar la realidad a través de categorías universales. Este enfoque no solo revela su metodología para alcanzar el conocimiento, sino que también ofrece un vistazo a la estructura ontológica y epistemológica de su tiempo, influenciada por aristotelismo y la escolástica.


La lectura de "Los Proverbios de Ramón" nos introduce en un mundo donde cada entidad tiene su lugar definido por su relación con lo universal y lo particular. Llull disecciona estos conceptos con precisión lógica, proponiendo definiciones y propiedades que intentan dar cuenta de la complejidad del ser y de la naturaleza. Este ejercicio intelectual no es meramente taxonomico; es una búsqueda de la esencia y el orden del universo, reflejando la ambición de Llull de crear un sistema universal de conocimiento, su famoso "Ars Magna", que permitiese la conversión de infieles a través de la lógica y la razón.


A través de los puntos que se desarrollan sobre el género, la especie y la individualidad, Llull nos invita a reflexionar sobre la estructura de la realidad, las jerarquías naturales y cómo estas categorías interactúan para formar la riqueza del mundo que experimentamos. Este texto no solo es un ejemplo de su método combinatorio y su lógica, sino también un testimonio de su profundo compromiso con la enseñanza y la propagación de la sabiduría a través de estructuras de pensamiento claras y accesibles.
Así, la lectura de este fragmento de "Los Proverbios de Ramón" no solo nos acerca a la mente de uno de los pensadores más originales de la Edad Media, sino que también nos desafía a considerar cómo categorizamos y comprendemos el mundo que nos rodea, invitándonos a una contemplación filosófica que trasciende su época para resonar en la nuestra.

Lectura de Ramón LLul en Los Proverbis de Ramón.


Del género

1. Género es el ser que no tiene sino partes «generales».
2. Género es aquello por lo que los principios
son «generales».
3. Sin género, no podría haber especies.
4. Sin género no podría haber bondad «general»
en muchas (especies).
5. Si no hubiese «general» bondad, de muchas
bondades no podría resultar uno.
ó. Puesto que hay una bondad «general», muchas
bondades tienen algo de común.
7. La sustancia participa de la bondad «general»,
porque en ella se resumen muchas bondades.
8. Sin la bondad «general» no podría haber bondad de bondad.
9. En la bondad «general» radican muchas bondades específicas.
10. Si el género no fuese ser sustancial, no podría haber sustancias del mismo.
11. Porque el género es parte del ser, hay partes «generales» del mismo.
12. Si la forma y la materia no fuesen partes «generales», no podría haber género.
13. El género ocupa un lugar más alto por la
forma que por la materia.
14. Sin el género, en la naturaleza no podría haber fin «general».
15. Todo fin es más «general» por la forma que
por la materia.
16. Porque el género accidental se sostiene en el
sustancial, los accidentes se sustentan en la sustancia.
17. El género es un ser confuso como el «caos».
18. En el género radican los cuerpos que no se
hallan bajo las especies.
19, El género es la fuente de las especies.
20. Puesto que el género no tiene figura, no se
puede ver ni tocar.

De la especie

1. La especie es el ser que no tiene sino partes «especiales».
2. Los individuos son partes «especiales» de las
especies.
3. Porque la diferencia es principio «general»,
hace del género muchas especies.
4. Porque la especie es del género, es principio
«general».
5. Las especies sustanciales son de género sustancial, y las accidentales, de género accidental.
6. Toda especie se halla más cerca del fin que el
género.
7. Si no hubiese especie, no habría individuo.
8. La especie no se puede tocar ni ver.
9. La participación de muchos es mayor por la
especie.
10. Porque la especie es principio general, no
hay una especie que sea de otra.
11. De especie más noble, más nobles partes.
12. Si el ser no fuese real en la especie, no tendría
en qué ser.
13. La especie de semejanzas no es ser real.
14. Sin la especie «fantástica», la imaginación no
tendría su acto.
15. La especie con la que se conoce el objeto, se
ha formado, al extraerse una semejanza del objeto y
hacerse la especie.
16. Como la especie «general» no puede percibirse sensiblemente, no se puede imaginar.
17. Las especies que están en potencia, son innatas; y, cuando están en acto, son adquiridas.
18. La influencia de las especies consiste en la
producción de las mismas, al pasar de potencia a
acto.
19. Sólo Dios, con su poder, es capaz de crear
una especie.
20. En el orden de la fuerza, la especie del león
es más noble que la del caballo; y, en el de la utilidad, no.
21. La especie artificial es semejanza de la natural.

De la individualidad

1. El individuo es una parte «especial», que no
puede dividirse.
2. El individuo es fin aquí abajo, donde hallan
reposo las naturalezas abstractas.
3. En el individuo se juntan los fines de los principios generales.
4. Porque la blancura es indivisible en la especie,
lo es en el individuo que es blanco.
5. Del mismo modo que el individuo es de muchas individualidades, es parte común de muchas
simples.
6. El individuo no se puede dividir, porque consta de individualidades.
7. El individuo no puede dividirse, porque en él
se halla la última forma.
8. Si más allá del individuo hubiera divisibilidad,
todas las naturalezas de que consta serían divisibles.
9. Puesto que el individuo es el último término,
todo lo que lo constituye es de los primeros términos.
10. La diferencia no extiende su acto más allá
del individuo.
11. El individuo comienza arriba y está abajo.
12. Más allá de arriba y de abajo no hay nada.
13. En el individuo se encierran todos los fines
naturales.
14. El individuo es lo más perfecto de todas las
cosas.
15. Si no hubiese individuos, todos los principios superiores estarían vacíos.
16. El movimiento se extiende delante del individuo; y no detrás.
17. El individuo es el centro de todos los actos
naturales.
18. La nobleza del individuo la otorga a la especie.
19. En cada especie, radican individuos en potencia.
20. Martín es más noble individuo que su caballo, porque, en su especie, radican fines más nobles
que en la del caballo.

Importancia de Ramón LLull en las lenguas modernas.

Ramón LLull y lengua
Ramón LLull, textos en "idioma vulgar"

Como cambió el mundo Ramón Llull en el siglo trece.


Digamos que el afato (nombre que le da al sexto sentido Ramón Llull) constituye una sintaxis expresiva de las capacidades del hombre, que es recipiente, es decir, que tiene capacidad sensorial.


Todo esto es muy interesante porque estamos hablando de un señor del siglo trece, Mallorquín, que convivía con hablantes de Latín y Árabe, y que también convivía con quienes no sabían hablar estos idiomas tan difíciles o hablaban formas simples de estos, como el romance de los latinos o el árabe aljaimado.


El pensador era sobre todo un luchador religioso que tenía por deseo convertir al cristianismo a muchos hablantes árabes, algo que consiguió en bastantes partes de la costa africana.


La época.



Además, pasaba que quienes no conocían las lenguas, como mínimo hablarían el habla vulgar, que se llamaba por aquel entonces Andalusie, este consistía en formas de hablar sin gramática, sin comprensión lectora, pero comunicativas. Se cree que el dialecto núnca se escribió, al menos qué sepamos. Y aunque existen textos escritos antiguos que dicen estar escritos en Andalusie, puede que en realidad estén escritos en Aljaimado mal escrito. Por el contrario si que hay escritos en dialectos romances y aljaimados ya hacía dos siglos, por lo que es de suponer que este supuesto Andalusie sería dialecto de clases bajas, y puede tener relación con el idioma vulgar de Ramón.


Personalmente, me trae un poco sin cuidado conocer si existió realmente este dialecto en el siglo 13, o si simplemente es un mito (como el mito y la realidad de la Atlántida). Y, puede que lo más probable sea que solo existiese el Aljaimado, y que este se fue ligando a las formas lingüisticas del romance latino. Esta última hipótesis estoy por tomarla en segura por que durante la infancia y adolescencia de Ramón se conquistaron Córdoba y Sevilla, que eran el corazón de la cultura arabo hispánica, y se prohibió inmediatamente hablar Árabe.


El descubrimiento.



Posicionándome entonces, y sabiendo que cuando el miedo entra en la vecindad las razones se vuelven inocuas. Creo que el sorprendente descubrimiento de Ramón, consistía en el encuentro “real” con el sentido que el creyó el más íntimamente humano, y que esto lo descubrió de la observación de los cambios en las formas lingüísticas de la población.


Digo que, el común de las personas hablarían Andalusie en aquella época más bien que Aljaimado, porque el lenguaje cambió, el hablar aljaimado fue mudando a lo socialmente más aceptado. Para comprender las distintas estructuras del poder (utilizo aquí el concepto de Foucault) que mudarían hacia lo socialmente aceptado. Debemos representarnos, ¿Cuál era el lenguaje del señor?.



La sociedad.



Hay que comprender quienes eran los señores,  pues en la estructura social de entonces en las islas peninsulares, había más de un señor, y habría que contentarlos. En esa época el comercio árabe solo tenía una vía de entrada peninsular, ya no se comerciaba con Sevilla ni con Málaga (que estaba aislada) y los barcos se dirigían a las islas y costas altas. Los señores comerciantes solían tener ascendencia árabe y en cambio el poder militar era latino.


Como voy diciendo la mayoría de los señores de las capitales Andalusíes conquistadas se trasladaron primeramente más al norte, dónde aún se permitía, aunque no estuviera bien visto,  hablar aljaimado, y aunque ya no soportaban cargos sí que mantendrían contactos que les permitían destacar socialmente. Estos contactos les permitían principalmente comerciar con el norte de África y enlazar con otras partes de Europa.



La política.



Tras entender la realidad social,  que incorporaba una mezcla lingüística dominada por la necesidad de incluir la cultura árabe en la estructura de poder dominante, es fácil comprender que Ramón fuera un pensador querido por árabes y cristianos. Ramón representaba el deseo del árabe de ser aceptado, porque le ofrecía lo que necesitaba, una forma de cristianizarse sin perder su cultura árabe.


La misión.



Es de suponer, que de estas variables, saberes, y sentidos que sintió este religioso español, se convirtió en el más firme defensor de un idioma común para el analfabeto. Porque al hablar sin gramática, se le negaba a la naturaleza el mismo sentido del afato que el pensador creía real. Ramón "tenía fe" en que una necesidad natural de los hombres era la búsqueda de la gramática.


Después de su profundización en el idioma vulgar, como él lo llamaba, pasaron casi tres siglos hasta que hablar en árabe y sus dialectos se prohibió completamente y se persiguió insistentemente, de esta forma se empezó a hablar el “idioma vulgallullo” en las islas.



¿Inventó un lenguaje?



Ramón Llull vivía en Mallorca, y este idioma vulgar que nombraba es lo más parecido a una forma de Mallorquín antiguo. Por lo que hoy se dice que escribió el primer dialecto Mallorquín, aunque la ambición por plasmar los dialectos en forma escrita influyó al Castellano, al Valenciano y al Catalán, y puede que incluso a otras lenguas y lugares.


Y es que, volviendo a la necesidad del sexto sentido, para el Balear, su sexto sentido, el Afato, era tan real como la vista y el gusto, y no quedaba relegado solo a una capacidad. Así lo expresó en su texto "Del ascenso y descenso del intelecto". También su idioma vulgar al escribirse se convirtió en realidad, su invención completa considera que existe una necesidad de la naturaleza en todas las personas para entender la gramática del lenguaje. Por lo cual él solo llevó a cabo la parte material de captar la gramática del habla y escribirla.



Su influencia.


Lo que este renacentista temprano llevó a cabo fue una investigación empírica en toda regla, algo parecido a lo que hacen los investigadores actuales en psicología. Ramón primero creó un artefacto escrito para un habla que tenía escuchada, y después intentó incluirla en la práctica, mediante la difusión de sus textos. Si esto fuera así, en Llull además de un científico experimental de las ciencias sociales precoz, tenemos a un padre compasivo de las lenguas modernas latinas.


Posdata



PSDT: Remarco la idea de que Ramón Llull escribió lo que él llamaba el "idioma vulgar", advirtiendo sobre la falsedad y malentendidos actuales sobre el hecho de que escribiera en Catalán, esto vertido por grupos de índole nacionalista, e incluso por algunas personas con autoridad.

Ramón Llull nunca escribió en idioma Catalán, ni en Español, estos no existían, él inventó una forma de escribir vulgar al dotarla de forma escrita y gramática básica, que partía de lo que escuchaba en proximidad, y que solo podríamos aventurar que fuese un dialecto mallorquín, que si ha influido en las lenguas peninsulares posteriores.