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El honor de saberlo todo

 Tú haz caso al viejo dicho

y a la serpiente, mi tía;

tu divina semejanza

verás qué susto te da un día.

 




De ningún modo la posibilidad de curación es la curación misma. Qué es propiamente la curación, sino una ampliación en el tiempo de un estado febril que se mantiene como una recaudación permanente de lo negativo y lo positivo al mismo tiempo en una nada fluida, durante la vida-muerte misma, la que es parte consecuente de "la existencia conocida". La nada fluida tiene la especificación de ser un eterno devenir, y lo eterno siempre lo es todo. Una comunicación sí y sólo sí, del inconsciente al consciente. Por ello la impasibilidad de Dios. Esta impasibilidad no viene desde la divinidad sino desde el filtro primitivo que desarrollamos para sobrevivirle.

Es pues la vida la enfermedad misma; la salud es, el sentido de posibilidad que nos hace capaces de disfrutar aquello que nos obsesiona. En conclusión, en la No obsesión encontramos lo que nos mata. Por ello la muerte está a nuestras espaldas en la tradición mixteca (Mictlantecuhtli). No se puede servir a dos amos. El secreto de la muerte es su contraste.

La salud es un estado que nos permite disfrutar del deseo. Lo reprimido. Las anunciaciones médicas de la enfermedad son solamente una advertencia si, dentro de lo que nos abruma, hay posibilidad de abandonar el goce. El humano, a medida que va envejeciendo va modificando, mas, nunca cediendo este goce, en un estado casi budista, si cabe, al ver todo a cámara rápida; pasando por muchas modificaciones con respecto a lo que Es: una ausencia. El goce no tiene porqué ser extremo, solamente siendo una óptica basta para extenuar un mundo; aristas, contrastes, como la muerte que, como relato, también es un goce (The End, The Doors).

La esencia del humano es la ausencia, su contradicción; el individuo es contradicción. La mayor parte del tiempo la persona moderna no está, se refugia en el sentir del otro ignorando su propio sentir, se refugia en las emociones externas para no ver las internas. Lo más difícil del mundo es conocerse a uno mismo (Tales de Mileto). Y esto se dijo hace 27 siglos.   

Toda enfermedad mental y espiritual queda en última instancia justificada con el hecho residual de nuestra existencia. Somos desechos, basura. Aunque no en su sentido negativo, sino en el sentido teleológico. Qué peligroso sería todo si supiéramos que nuestros cuerpos no le sirven de una u otra forma a la tierra… Pensar, divagar, que ésta nuestra existencia, no tiene ninguna justificación, ni siquiera como alimento para larvas, es el camino al absurdo de los absurdos. Que esta posibilidad de tiempo sea una posibilidad tan lejana al hecho de servir de algo es el camino de los dioses, los que tienen la potestad de inventar sus propias servidumbres. Son las larvas, como posibilidad empírica, la razón de nuestra existencia. Y de ahí a las estrellas. Quizás le gustemos jóvenes, valientes, tiernos; como en los poemas vikingos sobre la muerte.

¿A quién serviremos después? Crear el pesimismo, es una justificación moral con respecto a lo que podemos y debemos pensar. Pensar es servir (Budo). El pensamiento es guerra.

La comunicación entre lo consciente y lo inconsciente es evidentemente importante, dado que dispone para nosotros de información de primer orden; esta fluidez de comunicación es reprimida porque el inconsciente dice algo horrendo. Es, por tanto, toda verdad reprimida ya que la verdad es terrible. Sólo sufriendo se es persona (Unamuno). La conciencia de muerte primeramente nos hace humanos, pero ésta no es nada... el infierno se esconde dentro de nosotros, se comunica de vez en cuando, manda a sus ángeles que son devastados por la luz de nuestra civilización. Sus alas son quemadas por volar demasiado cerca del sol. El verdadero problema filosófico no es la muerte, es la tortura (Jean Améry). Los santos son los primeros civilizados; nosotros somos simples marionetas del mal y ellos atletas del bien. Ser un santo es disponer del diablo al antojo.

En un intento de jodernos la vida, queremos joder a la verdad porque ella viene a jodernos. Por compensación psíquica, una gran humildad está próxima al orgullo, y el orgullo viene siempre antes de la caída. Podemos descubrir fácilmente detrás de la arrogancia, fuertes sentimientos de inferioridad. Dado que entre la verdad y aquello que queremos construir: nuestro yo, siempre hay una comunicación al borde del clímax, del orgasmo, de la culminación, del nirvana. Quien no es genial ni loco nunca puede desenredarse de la realidad del mundo hasta tal punto que le permita verlo como una imagen suya (Carl Jung). Porque solamente es un genio quien pueda llevar el mundo primitivo y casi sobrenatural al terreno universal del orbe de lo consciente.

Definir el inconsciente no es tarea sencilla. Muchos piensan que el inconsciente es motivado por los sentimientos y no por la razón. Pero no hay evidencia empírica que pueda separar esto en lo primitivo; pensarlo así es un completo absurdo. Tampoco hay evidencia de que estos opuestos se puedan reconciliar. Lo primero es reconocer el germen del inconsciente colectivo, el cual es el mismo que el del inconsciente primitivo. Si el individuo logra entrar al reconocimiento del inconsciente primitivo (colectivo), entonces triunfa, pero, para ser olvidado más tarde, y convertirse en un engranaje más. Su triunfo es su caída, se convierte en Lucifer; este tiene dos opciones, rehuir de su deseo o acariciarlo. Por ello, el especialista, para analizar a su paciente no sólo debe “entrevistar” al individuo, sino también a su entorno. La psique individual suele confundirse con la de su entorno, con lo primitivo. Senatus bestia, senatores boni viri. El cuerpo social forma parte importante del inconsciente del individuo, lo que nos lleva inmediatamente a una teoría “claro oscura” del psicoanálisis, que puede desenredarse un poco más bajo el precepto anteriormente explicado: el concepto Sincrónico.

una representación abstracta compleja de los conceptos de curación, la vida como enfermedad, la nada fluida, el devenir eterno, la impasibilidad de Dios, la salud como goce de la obsesión, la muerte en la tradición mixteca, el secreto de la muerte, los deseos reprimidos, la esencia de la humanidad como ausencia, la desconexión moderna del yo, la justificación de la enfermedad mental y espiritual, la existencia humana como desperdicio, el absurdo de la vida, la razón empírica de nuestra existencia, el servicio después de la muerte, el pesimismo como justificación moral



Pensar en una persona y encontrarte con ella en la calle, recordar a un amigo con el que no se hablaba hace meses y de pronto recibir un mensaje suyo, que un desconocido pase hablando de un libro que se quería comprar, pueden ser hechos llamados de muchas formas: coincidencia, azar, casualidad, etc. Pero, para uno de los psiquiatras más respetados de todos los tiempos, Carl Jung esto tiene una explicación: Sincronicidad. Esto no quiere decir que las casualidades no existan, de hecho, la sincronicidad debe cumplir ciertos requisitos para ser llamada así. Primero, que el suceso no tenga una explicación causal, segundo, que se haya dado en la mente del individuo antes que en la realidad, tercero que tenga un significado simbólico espiritual, cuarto que haya una diferenciación temporal escasa. ¿Es el inconsciente social lo mismo que el inconsciente individual? Muy probablemente sí. Y esto es absolutamente devastador.

Lo anterior conlleva a decir que entre más grande sea un cuerpo social menos libre es el individuo. Cosa básica en términos políticos, pero no tanto en términos psicológicos. Según Schopenhauer el sentido del humor es lo único que puede mantenernos libres. No lo dijo con fines políticos. De todos modos el humor penetra las ranuras de la verdad y encuentra cierta salida que, en la no conveniencia, nos hace reír. 

Aún así podemos adivinar que la seguridad del grupo ante la libertad de la soledad, solamente forman parte de lo mismo que se desea descubrir, forma parte del mismo libro que se intenta leer en braille con texturas espinosas. Claro es que el conocimiento conlleva culpa, porque es un robo al registro inconsciente para hacernos un poco más partícipes del saber, condenando al Prometeo a las soledades de las cimas del Cáucaso, abandonado por dioses y hombres, porque ni ellos mismos logran dimensionar el valor del fuego. La falta de registros sensibles, y su abundancia. La imaginación en demasía y su escasez. El conocimiento es observar parte del recorte que nos dio la sociedad y coser un trazo más de un miembro que sabe dios para qué servirá.

Sería en tanto el bebé el más igual de todos los iguales a sus semejantes. Y aquél que añade alas a su cuadratura, el que comienza el proceso real de individuación; quien comienza un proceso en el cuál es dueño de su enfermedad; se enfrenta a su ausencia porque reconoce lo general: el inconsciente, y su particularidad dentro de él. Sin tratar de fusionarse ni de negarlo. 

Se acopla en cierta medida con él el tiempo que le es dado estar en esta tierra. Se enfrenta a una lucha en donde aprende y no a una tortura que le perdure. Por ello el paraíso es la mayor de las mentiras, porque fue la primera. Un lugar totalmente inexpresable, donde se acaban todos los cuentos y comienza todo de nuevo. El paraíso es un segundo y luego, su larga espera.  ¿Debe haber en el paraíso un elemento mejor que otro? ¿Se debe extrañar a manos llenas? El paraíso es siempre una necesidad.




Más personas por la salud mental

Personas en salud mental


María (nombre ficticio) ha estado sintiéndose extraña últimamente. Hace tres semanas que su rutina diaria se ha visto interrumpida. Ha perdido el apetito y la energía para jugar con sus hijos, y ya no se encuentra sentado en su tienda de brazaletes en el mercado del pueblo. María se cuestiona si su mal humor se debe a la creciente frecuencia de la violencia que sufre en casa.


Al notar que algo no está bien, la vecina se acerca a María y le pregunta si todo está bien. María revela que está enfrentando abuso doméstico y problemas económicos que están impactando negativamente su negocio. Su vecina experimenta empatía y comenta haber vivido una situación similar en el pasado. La persona también describe su función como "defensora" de la comunidad, capaz de brindar apoyo emocional, y se muestra dispuesta a hablar con María en varias sesiones, en el lugar y momento que le resulte más conveniente. Después de terminar estas sesiones, María experimenta una notable mejoría y adquiere la confianza de que cuenta con apoyo y compañía.


Según las estimaciones, entre el 2 y el 7 por ciento de las personas sufren problemas de salud mental, como depresión y ansiedad.  Y los servicios y profesionales de salud mental son insuficientes. La historia de Maria es un relato imaginario, sin embargo está inspirada en historias reales y en la necesidad de implementación de una intervención vital de salud mental conocida como apoyo entre pares.


En el ejemplo previo, es evidente que María se encuentra en un estado de angustia mental. Por suerte, la vecina, quien tiene experiencia como defensora, notó que algo no iba bien y se aproximó. María conoce bien a su vecina, confía en ella y, por ende, se siente a gusto al compartirle sus emociones. Durante sus sesiones conjuntas, su vecina emplea habilidades de asesoramiento no convencionales, como la práctica de escucha activa (una técnica reflexiva que le permite empatizar con María y comprender sus pensamientos y sentimientos mientras atraviesa situaciones angustiantes). Además, la vecina emplea métodos de asesoramiento informal, como la resolución de problemas, que han sido comprobados como exitosos para ayudar a las personas a superar su angustia y encontrar soluciones.


Hay otras personas además de María que también enfrentan factores estresantes similares. En algún momento de nuestras vidas, todos nos enfrentaremos a situaciones difíciles que podremos experimentar o que ya hemos experimentado. Puede surgir la pregunta de si lo que estamos experimentando es lo bastante serio para buscar la ayuda de un terapeuta o consejero profesional. Algunas personas pueden sentirse reacias a hablar abiertamente sobre cómo se sienten debido a la vergüenza y al estigma que se asocian con mostrar su vulnerabilidad emocional. Es posible que la última vez que nos acercamos a un ser querido, su consejo no fuera útil para nuestra situación o que no estuvieran preparados para apoyarnos emocionalmente en momentos difíciles. En última instancia, aquellos de nosotros que busquemos asistencia profesional en la salud mental, ya sea de un psiquiatra o un terapeuta, podemos encontrarnos con obstáculos adicionales. Esto incluye la dificultad de encontrar un profesional que esté disponible, sea asequible y también sea capaz de comunicarse en un idioma que nos haga sentir cómodos y comprensibles. Sentirse a gusto.


En áreas donde hay escasez de profesionales de la salud mental o en sociedades donde pedir ayuda emocional se ve como una muestra de debilidad, estos retos son muy comunes. Un ejemplo de esto ocurre en la India, donde entre el 70 y el 92 por ciento de las personas con alguna condición mental diagnosticable no tienen acceso a ningún tipo de atención de salud mental. En esta situación, una persona podría optar por no buscar ningún tipo de ayuda o, por el contrario, depender de sus seres queridos y amigos en lugar de acudir a un especialista en salud mental.


Apoyo entre iguales (pares)


En el ámbito de la salud mental, el apoyo entre pares implica que aquellas personas que han vivido experiencias similares o tienen antecedentes sociales comunes brinden apoyo a otras personas que están pasando por problemas de salud mental o angustia emocional. En el Hospital Bicêtre de París, a finales del siglo XVIII, se registró uno de los primeros casos en entornos psiquiátricos. En aquel momento, se utilizaba a pacientes que se habían recuperado de sus problemas de salud mental como parte del personal encargado de cuidar a los pacientes en tratamiento. En la comunidad, surgieron otros tipos de apoyo entre pares en forma de grupos de autoayuda que ofrecían ayuda informal. En 1845, un grupo de hombres que habían experimentado maltrato durante su estancia en un asilo fundó la Sociedad de Amigos de los Presuntos Lunáticos en Inglaterra. Esta organización luchó por proteger a las personas contra el confinamiento injusto y abogó por mejores condiciones en los asilos. [y] el trato inhumano e inapropiado".


Un ejemplo adicional fue el surgimiento de Alcohólicos Anónimos (AA) en 1935 en Ohio, Estados Unidos, con el fin de brindar apoyo a aquellos individuos que enfrentaban problemas con la adicción al alcohol. Actualmente, AA se ha expandido a nivel global, siendo reconocido como uno de los grupos de apoyo más exitosos en el ámbito de la recuperación de adicciones.


No obstante, fue en los años setenta cuando la atención entre iguales como un enfoque estructurado y sistemático surgió del movimiento de usuarios de servicios/sobrevivientes. Este movimiento, junto con el movimiento antipsiquiátrico, cuestionó los servicios de salud mental tradicionales y formales impulsados por la psiquiatría. Rewrite the text Model. Este suceso se produjo en conjunto con otros movimientos sociales que defendían los derechos civiles, los derechos de las mujeres, los derechos LGBTQ+ y los derechos de las personas con discapacidad durante las décadas de 1960 y 1970. Estos movimientos también tuvieron un impacto en el desarrollo del apoyo mutuo en el contexto de los discursos emergentes sobre los derechos humanos y la lucha contra los sistemas opresivos. Específicamente, el apoyo mutuo entre personas comenzó a formar parte del "movimiento de recuperación", el cual puso énfasis en escuchar y valorar las experiencias y opiniones de las personas que han vivido situaciones difíciles y han utilizado servicios para buscar su propia idea de recuperación, esperanza y desarrollo personal. Esto va más allá de limitar a las personas a sus diagnósticos y síntomas.


Para entender los fundamentos básicos del apoyo entre pares, podrías considerar mirar a tus propias experiencias de vida. La mayoría de las personas han ofrecido ayuda emocional a un familiar, ser querido o conocido en el ámbito familiar en algún momento de sus vidas. Durante esos momentos, es probable que nos hayamos encontrado discutiendo nuestras propias experiencias personales y compartiendo ideas sobre cómo enfrentamos tales situaciones. Estas acciones son fundamentales para brindarnos apoyo mutuo.


Hace algunos años, (AK) recibió una llamada telefónica de emergencia de un joven, a quien llamaremos Ajay, a través de una plataforma de la comunidad LGBTQ+. Ajay reveló que forma parte de la comunidad LGBTQ+ y estaba sin trabajo, lo que le llevaba a depender de su familia. Sin embargo, lamentó que sus parientes le someterían a abusos tanto físicos como emocionales. Después de ese día impactante, Ajay se vio abrumado por la violencia y fue asaltado por pensamientos desesperados de poner fin a su vida. Reconociendo su desesperada situación, buscó inmediatamente ayuda, ya que sabía que no podía soportar la angustia por sí mismo. Como compañero de apoyo, AK ofreció de inmediato apoyo emocional a Ajay al crear un ambiente propicio para que pudiera expresar sus sentimientos de angustia. Además, reconoció la violencia que Ajay había vivido y reafirmó que no era responsable de las acciones violentas de su familia.


AK evaluó la intensidad de los pensamientos suicidas de Ajay y le dio tranquilidad y esperanza al ayudarle a reconocer sus fortalezas internas y encontrar posibles soluciones para abordar su situación. Además, AK proporcionó a Ajay información de contacto de personas de confianza que podrían brindarle ayuda legal y financiera. Esto tenía como objetivo ayudarlo a disminuir su dependencia de su familia y evitar futuros episodios de violencia. Ajay logró superar sus pensamientos suicidas y se motivó a buscar formas de lidiar con su difícil situación.


Nos sentimos reconocidos cuando alguien nos escucha con empatía y respeto


En nuestra vida diaria, se presentan numerosos casos similares de apoyo entre personas del mismo grupo. Tomemos como ejemplo diferentes situaciones en las cuales las personas brindan apoyo y ayuda a otros: - Un estudiante voluntario que ofrece apoyo psicosocial a un compañero de clase que pertenece a una comunidad de castas oprimidas y enfrenta discriminación institucional debido a su casta. - Un miembro de un colectivo LGBTQ+ que brinda apoyo y comprensión a una persona que está aceptando y descubriendo su propia sexualidad. - Una sobreviviente de violencia doméstica que ofrece apoyo en momentos de crisis a una joven que ha sido físicamente agredida por su esposo. - Un voluntario que proporciona recursos y referencias a través de una aplicación de chat a un adolescente que está considerando quitarse la vida. - Un compañero de apoyo que ayuda a una persona con esquizofrenia, mientras se encuentra ingresada en el hospital, a desarrollar su propio plan de recuperación. - Un grupo de personas que se escuchan y comparten sus experiencias en el camino hacia la recuperación de la adicción a sustancias.


Existen numerosas formas en las que las personas pueden brindarse apoyo mutuo en diversos entornos, como espacios comunitarios, instituciones educativas, hospitales psiquiátricos y hogares de rehabilitación. Además, también se puede encontrar apoyo a través de grupos en línea, líneas de ayuda telefónica e incluso aplicaciones de chat. La ayuda mutua entre compañeros también se manifiesta de diversas formas, que incluyen el apoyo emocional, la resolución de problemas y la asistencia en momentos de crisis, así como la provisión de recursos informativos, consejos y servicios de salud mental especializados dentro de un entorno hospitalario. La palabra "pares" se emplea para referirse a individuos que ofrecen apoyo a otros. Los pares suelen ser individuos no profesionales que están en los mismos grupos de edad, comunidades o identidades específicas, o que comparten experiencias similares de angustia, problemas de salud mental u opresión. Los pares pueden ser también compañeros académicos o de trabajo, voluntarios en la comunidad o personas en recuperación de trastornos psiquiátricos tanto en hospitales como en entornos comunitarios.


El apoyo entre pares se fundamenta en un instinto básico y humano de establecer relaciones y conectar con la situación del otro. Como seres humanos, tenemos en nuestro interior un potencial inherente no solo para escuchar las historias de los demás, sino también para, a través de esa escucha comprometida, apoyarles a enfrentar y superar sus angustias emocionales y psicológicas. Sentimos un respaldo cuando alguien nos escucha de manera empática y respetuosa. Sentirnos reconocidos no solo valida y confirma nuestro sufrimiento emocional, sino que también nos ayuda a cultivar la esperanza y la capacidad de recuperación para enfrentar la adversidad.


Podemos tomar el caso de Ajay como ejemplo, donde su compañero de apoyo juega un papel crucial. Este individuo reconoció el daño infligido por la familia de Ajay, así como también sus fuertes cualidades internas para superar la adversidad. Esta muestra de apoyo no sólo le dio la motivación para resistir la idea de suicidarse, sino también para reconocer su propia valía y visualizar un futuro prometedor, sin depender de su familia. Cuando se trata de casos como el de Ajay, la cercanía con un compañero de apoyo que comparte una identidad, experiencia vivida o sensibilidad similar puede ser de gran ayuda para comprender la realidad del otro. Esto no solo facilita que la persona angustiada supere el estigma en busca de apoyo, sino que también permite que su compañero de apoyo la respalde emocionalmente, haciéndola sentir reconocida y apreciada. Así que, el apoyo entre pares representa la capacidad transformadora de las conexiones humanas al respaldar, fortalecer y curar a aquellos que enfrentan angustia al compartir sus experiencias, escuchar con empatía o simplemente validar el dolor emocional del otro.


En culturas y sociedades donde el buscar apoyo o brindar atención emocional es visto como una señal de debilidad o se menosprecia la importancia de las emociones, el apoyo de pares se convierte en una alternativa revolucionaria. Esto se debe a que borra la línea entre uno mismo y los demás, a través de un proceso de conexión con las experiencias propias y la lucha simultánea de los demás. Mediante esta alquimia, el respaldo mutuo crea un ambiente en el que dos personas, que comparten la misma realidad familiar pero son desconocidas en la vida del otro, pueden establecer un vínculo temporal para transformar el estigma que los rodea, así como sus experiencias angustiantes, en una oportunidad de esperanza, conexión y recuperación conjunta.


Una pregunta que se plantea con frecuencia es si el apoyo de personas del mismo nivel es equivalente a los servicios profesionales de salud mental. ¿Son los dos enfoques realmente idénticos, intercambiables, complementarios o completamente opuestos? La respuesta se puede encontrar en el artículo "Perspectiva teórica del apoyo entre pares" (2001) de Shery Mead, David Hilton y Laurie Curtis, donde se define el apoyo entre pares como "un sistema de asistencia mutua basado en principios fundamentales de respeto". La responsabilidad compartida y el acuerdo mutuo sobre lo que se considera útil son aspectos clave del apoyo entre pares, según los autores. A diferencia de los modelos psiquiátricos y criterios de diagnóstico, este tipo de apoyo no se fundamenta en ellos. Por otro lado, la ayuda mutua entre amigos se refiere a "entender empáticamente la situación del otro a través de la experiencia compartida de sufrimiento emocional y psicológico".


En resumen, el modelo de apoyo entre pares se distingue por estar completamente separado de la atención formal de salud mental que normalmente es proporcionada por profesionales cualificados en el campo clínico. El respaldo mutuo entre compañeros se basa en la relación convencional entre el especialista y el individuo que recibe atención médica. Esta relación se encuentra naturalmente influenciada por una dinámica de poder institucionalizada que decide qué tipo de ayuda se otorga a una persona en situación difícil. En esta dinámica, se espera que el profesional, como experto, tenga más conocimiento, mientras que se espera que el paciente sea receptivo a la evaluación del profesional sobre lo que es mejor para él. La dinámica es invertida por el apoyo entre pares, reemplazando la relación por dos individuos en posiciones iguales, donde se basan en el respeto mutuo, la reciprocidad y la sintonía de sus experiencias vividas.


Para la persona que está recibiendo apoyo, un compañero también puede desempeñar el papel de una figura que le inspire.


El respaldo mutuo se fundamenta principalmente en la capacidad de intercambiar experiencias vividas. Proporciona un ejemplo concreto y reconocible de cómo se enfrenta a múltiples fuentes de estrés en la vida, algo que los profesionales de la salud mental formales integrados en la relación experto-paciente a menudo no pueden ofrecer terapéuticamente.


Adicionalmente, el apoyo entre personas del mismo nivel brinda un espacio de refugio catártico que va más allá de los servicios formales brindados por expertos, en favor de una relación más justa en la cual, mediante el intercambio mutuo de experiencias dolorosas o vivencias de la vida, uno puede identificarse y sentirse conectado con el otro. La adversidad emocional requiere de relaciones reparadoras para sanar el daño psicológico que ha sido causado por relaciones fracturadas en el pasado y presente. Por tanto, un compañero puede convertirse en una fuente de inspiración para la persona que recibe apoyo. Identificarse con su camino puede contrarrestar la sensación de soledad y aislamiento que se experimenta en momentos de angustia.


Entiendo perfectamente lo que estás experimentando cuando alguien, cuya historia nos refleja a nosotros mismos, nos lo cuenta. Puede haber una mejora en las circunstancias, así fue en mi caso, lo cual puede ser muy positivo y liberador. De esta manera, la experiencia de alguien más puede convertirse en una valiosa fuente de inspiración y reafirmación de que también puedo enfrentar y superar la adversidad. Esta emoción puede resultar especialmente terapéutica para individuos y grupos que experimentan discriminación debido a su identidad. En nuestra experiencia personal, hemos observado esto en el trabajo colaborativo que hemos realizado para implementar programas de apoyo entre pares dirigidos a jóvenes marginados que enfrentan discriminación debido a su género, sexualidad o casta.


En trabajos de apoyo entre pares dentro de entornos hospitalarios psiquiátricos formales, también se ha experimentado el impacto de la reciprocidad y la resonancia. En este contexto, es alentador conocer a un compañero de apoyo que ha pasado por experiencias de atención institucional en el pasado, pero que ahora, gracias a contar con los recursos adecuados y tener una red de apoyo, puede vivir una vida independiente en sus propios términos. estos ejemplos brindan esperanza y tranquilidad al Modelado. 


Al adquirir este conocimiento a través de la experiencia, puedes descubrir nuevas perspectivas sobre quién eres o reinventar tu historia personal. También puedes encontrar soluciones a tus problemas, fortalecer tu fe y esperanza en ti mismo, y cultivar una confianza duradera en tu propio ser. Además, proporcionar apoyo a un compañero también puede convertirse en una experiencia gratificante y enriquecedora para uno mismo. Esto puede llevar a una mejorada identidad propia y a un sentido más profundo de significado o propósito, especialmente al ser testigo del impacto positivo que nuestro apoyo tiene en el otro. Proporcionar apoyo a los compañeros que tienen problemas de salud mental o trastornos psiquiátricos puede ser beneficioso para su propia recuperación, ya que les permite desarrollar habilidades fundamentales para la vida y construir una identidad que trascienda su condición de "persona con enfermedad mental".


La filosofía de la "recuperación" también incluye el apoyo de pares, rompiendo con la idea de una concepción biomédica de la "cura" que a menudo se impone en entornos psiquiátricos por expertos. Sin embargo, el enfoque de recuperación se centra en la capacidad de la persona para desarrollar su propia agencia y encontrar formas de vivir una vida plena y aprovechar al máximo sus capacidades, sin importar los síntomas que puedan experimentar ni la expectativa de una cura permanente.


La nueva evidencia científica ofrece prometedores hallazgos sobre los beneficios del apoyo entre personas del mismo grupo. Se han realizado investigaciones que han demostrado que tanto los pares que brindan apoyo como las personas que lo reciben obtienen beneficios. Los investigadores encontraron que los pacientes en el Reino Unido, Australia y los EE. UU. mostraron resultados similares en términos de calidad de vida, síntomas de salud mental, satisfacción y uso de servicios de salud mental cuando recibieron atención o terapia grupal de un compañero de apoyo en lugar de un profesional de salud mental.


Adicionalmente, en 2011, se realizó otra revisión de investigaciones sobre el respaldo de personas del mismo grupo en servicios de salud mental profesional, la cual sugirió que este tipo de respaldo puede contribuir a disminuir las tasas de ingreso y readmisión en hospitales; promover una mayor sensación de empoderamiento e independencia tanto en las personas que brindan el apoyo como en aquellas que reciben el servicio; y mejorar la interacción social entre los usuarios del servicio. Aunque la mayoría de los estudios publicados sobre el apoyo entre pares se han llevado a cabo en países occidentales de alto nivel económico, también se están obteniendo resultados alentadores en países de bajos y medianos ingresos.


Los defensores se encargan de garantizar la accesibilidad a los derechos sociales y ofrecen asistencia práctica.


Tomemos, por ejemplo, Atmiyata, una intervención innovadora organizada por una comunidad rural en el distrito de Mehsana en Gujarat. Actualmente. La organización Atmiyata se dedica a reconocer y proporcionar un programa de capacitación de entre 12 y 14 días que incluye actividades como juegos de roles, debates grupales y sesiones de aportes. El objetivo de este programa es desarrollar las habilidades de los voluntarios comunitarios a nivel de aldea, para que puedan convertirse en proveedores no profesionales de atención de salud mental. De esta manera, podrán ofrecer asesoramiento basado en evidencia y brindar apoyo a las personas que lo necesiten. In distress or experiencing common mental disorders such as depression and anxiety. Estos consejeros laicos o defensores se acercan a los miembros de su comunidad en la aldea utilizando sus habilidades para detectar síntomas de problemas de salud mental y situaciones sociales que podrían ser difíciles para los miembros de la comunidad. Por ejemplo, podrían identificar a una mujer recién casada que se ha mudado a una nueva aldea, personas que están desempleadas, mujeres que sufren violencia doméstica o personas que están experimentando dificultades financieras. Estos defensores utilizan películas de Atmiyata como herramientas para facilitar una conversación sobre la salud mental.


Durante sus primeras interacciones, los campeones evalúan el nivel de angustia de la persona y después emplean habilidades y técnicas de asesoramiento no profesionales durante cuatro a seis encuentros para proveer apoyo emocional y asistir en la identificación y logro de sus metas. Asimismo, los defensores garantizan el acceso a los derechos sociales y ofrecen asistencia práctica, como el intercambio de oportunidades laborales, la derivación a servicios legales, refugios y líneas de ayuda que podrían resultar necesarios para las personas.


Hoy en día en la Índia el equipo de Arjun Kapoor, tiene a mil voluntarios distribuidos en mil doscientas aldeas que participan de manera activa en un programa, ofreciendo apoyo mutuo a través de esta intervención. Debido a su propia experiencia de angustia y problemas de salud mental, la mayoría de los voluntarios decidieron unirse a la intervención. Aprovechando la ubicación privilegiada de los voluntarios de las aldeas, es posible ofrecer servicios a quienes los requieran de forma conveniente, sin ningún costo y directamente en sus hogares. Los resultados de nuestro estudio revelaron que aquellos individuos que participaron en interacciones con personas similares tenían el doble de posibilidades de mejorar sus síntomas de trastornos mentales comunes, en comparación con un grupo de control. Además, estos beneficios se mantuvieron durante ocho meses después de finalizar el estudio. La inclusión de Atmiyata como una de las 25 buenas prácticas para los servicios comunitarios de salud mental en todo el mundo ha sido realizada por la Organización Mundial de la Salud.


Outlive es un ejemplo prometedor de apoyo entre pares en un entorno distinto. Actualmente, están llevando a cabo una prueba piloto de este programa de prevención del suicidio juvenil. Este proyecto se centra en capacitar a jóvenes voluntarios, de entre 18 y 24 años, pertenecientes a universidades y organizaciones comunitarias. Su labor consiste en ofrecer apoyo emocional a través de un servicio de chat a jóvenes que se encuentran en situaciones difíciles y que tienen pensamientos suicidas. Los jóvenes que participan como voluntarios reciben una capacitación en línea de 30 horas, donde aprenden sobre vigilancia básica. Durante esta formación, se les enseña a identificar las señales de advertencia del suicidio, evaluar el riesgo de suicidio, brindar apoyo emocional y referir a otras líneas de ayuda y organizaciones. Brindan este apoyo a través de un chat de texto en una aplicación en línea que han creado en colaboración con los jóvenes. En todo momento, tanto el compañero que brinda apoyo como el joven que lo busca mantienen su anonimato. Los programas de apoyo entre iguales para la prevención del suicidio, como Outlive, se sustentan en la premisa de que no es imprescindible tener formación profesional o ser un experto para brindar apoyo a alguien que presente pensamientos y sentimientos suicidas. En cambio, la experiencia y el compartir vivencias como miembros de la comunidad o como iguales, junto con habilidades no profesionales para brindar apoyo emocional y manejar situaciones de riesgo de suicidio, pueden ser útiles para prevenir suicidios, sobre todo cuando no hay apoyo formal disponible de inmediato.


Aunque se han hecho avances prometedores en este sentido, todavía enfrentamos varios desafíos, uno de ellos es la tarea de convencer a los encargados de formular políticas que vayan más allá de los enfoques tradicionales en la atención de la salud mental, los cuales están centrados en los profesionales. En la actualidad, es lamentable que haya escasez de programas de apoyo entre pares que estén genuinamente integrados en los servicios públicos de salud mental, abarcando a distintas poblaciones en diversas áreas geográficas a gran escala. Sin embargo, seguimos teniendo esperanza.


El respaldo entre compañeros demuestra que es posible el cambio y que la salud mental no está reservada únicamente a los profesionales de la salud mental, como psiquiatras y psicólogos. Más bien, la salud mental es algo universal y relacionado: todos tenemos distintas experiencias de salud mental que son influenciadas por nuestras interacciones con los demás y con el mundo. El respaldo mutuo puede provocar una transformación fundamental: utilizar la vivencia de las personas para influir en las formas de tratar la salud mental y manejar su propio proceso de recuperación.


La ideología de los psicólogos en la práctica detrás de cada enfoque.

La ideología de los psicólogos
Brian D'Cruz Hypno Plus


Como psicólogo humanista me desagrada el psicoanálisis por ser mecanicista y servirse de la imaginación del terapeuta, pero este rechazo es un reflejo del mismo error en el que incurren los psicólogos "cientifistas", es decir, los conductistas también se sirven de su imaginación para elegir las conductas a reforzar, para elegir cuando decir: "¡muy bien!", o cuando callar, tanto que en ambos casos puede parecer que el sujeto que viene a ser ayudado es engañado sobre lo que le pasa. ¿Por qué el psicoanálisis y el conductismo utilizan palabras tan diferentes y en la praxis terapéutica se parecen tanto?. ¿Y el tercer enfoque, el mío, el humanista, por qué no se da cuenta de su ideología?, y ¿qué es una ideología en el contexto de la psicoterapia?.

Sobre qué entender por ideología cuando hablamos de psicología.

Una ideología según expone su inventor Karl Marx en "la ideología alemana" consiste en la formación de creencias derivadas de la práctica o de la experiencia manual. Es decir, el obrero lo que cree o lo que sabe consiste en el trabajo diario que realiza, si se dedica a doblar acero su saber consiste en la maleabilidad del acero, y por eso el acero le pertenece, es su saber, y se define a él mismo por eso que hace. 

La idea de ideología en Marx viene de la idea de "imaginación" de Spinoza, más la idea de "fenómeno" en Hegel. Y esto quiere decir que la ideología es ni más ni menos que el contacto deformado o imaginado que las personas tienen de su realidad antes de ponerse a pensar. Es la evidencia completamente real que viene de la experiencia misma, y por ello es algo que no puede pasarse por alto, pues consiste en lo que hay para ponerse a pensar (o antes de empezar a pensar).

Cuando hablamos de ideología - se ve - que hablamos de lo que más seguro tenemos en el mundo, pues el mundo nos confirma una y otra vez que es completamente cierto, que pasa siempre y que consiste a la vez, en la seguridad que tenemos sobre nosotros mismos, pero que, por eso mismo también es falso e imaginado.

Ya vemos que el problema persiste, y que si alguien trabaja de algo como los psicólogos en consulta, esas personas deberán de tener una ideología, ¿no?.

Por ello en el campo de la psicoterapia, en el que convergen tres enfoques y una multitud (más moderna) de mezclas entre estos tres, los psicólogos saben muy bien lo que hacen: son efectivos, son científicos o psicoanalizan muy bien porque tienen ideología. Una ideología que nace del desempeño de su trabajo, como en todos los trabajos. 

Definiendo las ideologías de los psicólogos partiendo de sus enfoques

El psicoanálisis es una tecnología artística que cura neurotizando los comportamientos (esto lo exponen muy bien Deleuze y Guattary en "El antiedipo" / también puedes leer sobre la dependencia del psicoanálisis con el proceso neurótico en mi anterior artículo sobre los delirios), y el conductismo arregla problemas psicológicos amontonando respuestas personales según sus consecuencias, es decir, que al igual que en el psicoanálisis las consecuencias de la tecnología conductista son elegidas para centrarse en el efecto neurótico, y de ahí pasar a solucionar el problema.

Psicoanálisis y conductismo tienen en común su incapacidad para entender el proceso psicótico, los primeros quieren obligar a los deseos dispersos a concentrarse en una imagen familiar, los segundos quieren encerrar las respuestas deslocalizadas en consecuencias cada vez más lógicas. 

Pero no hay que olvidar que la familia es un grupo expuesto al continuo flujo de fuerzas políticas y de producción social, así como las respuestas operantes, si las llevamos al extremo son ambas (tanto las representaciones como las consecuencias de las respuestas) su propia consecuencia. No es extraño que lo asignado a la representación familiar en el psicoanálisis consista en el efecto de fuerzas extra familiares, ni que la consecuencia de la respuesta consista en la elección de la respuesta misma y no de una supuesta consecuencia interna o externa. 

De esta manera, una respuesta operante puede destruirse a sí misma y quedar pérdida entre la infinitud de consecuencias, igual que la representación del padre en la imaginación del niño puede consistir en el incremento de las demandas de la empresa donde trabaja el padre, que aunque no son ahora captadas por la percepción del niño, actúan de forma muy diferente encerradas en una representación familiar. Como se ve entran aquí incluso cuestiones macroeconómicas que no tienen nada que ver con el padre.

Así pues, parece que la necesidad de organizar, planificar o prever, que tienen psicoanálisis y conductismo los fuerza a descartar la intervención psicótica o sin guía.

Las ideologías, se necesitan unas a otras para garantizarse su existencia.


¿Se puede afirmar que el psicoanálisis necesita al conductismo igual que el conductismo necesita al psicoanálisis, como pasa en política con la derecha y la izquierda?. Para empezar si alguno de los dos faltase no habría opuesto en el que comprobar la falsedad o la inutilidad de la psicoterapia contraria. 

Si al tonto le faltase el listo no podría verificar lo tonto que sigue siendo, y dejaría de ser tonto, pero lo que es peor es que no sabría qué ser sin la representación que hace del listo. De igual forma, si mi respuesta queda sin consecuencias (sentidas) o si las consecuencias son tantas que no puedo sentir qué consecuencias me obligan, ¿será la respuesta que doy la consecuencia misma?.

En ambos casos la respuesta no es capaz de condicionarse, en ambos casos la representación no encuentra imagen, y tanto el psicoanálisis como el conductismo se dedican entonces a forzar al individuo a volverse neurótico mediante una nueva respuesta - que guía el psicólogo -con consecuencias "mejor" definidas.

Pero, ¿y el tercer enfoque, y el humanismo?

Pero, y ¿qué pasa con el humanismo?, ese enfoque sin contrario, ese que no puede mirarse en su opuesto para reconocerse. Ese enfoque que es tan dificil definir y que puede convertirse en cualquier otra cosa.

De cualquier forma el humanismo, entendido como el proceso terapéutico entre un paciente y un psicólogo en el que lo que está permitido que pase es solo lo que hace el paciente. En esta terapia humanista, el psicólogo se ocupa por encima de cualquier cosa de no influir al paciente con interpretaciones o con refuerzos (como eso de decirle: ¡muy bien!, o sonreír, o en su defecto quedarse callado y hablar de otra cosa de una forma planificada) como hacen los psicoanalistas o los conductistas en este orden. 

En la terapia humanista todo el desarrollo se hace sin molde, no hay un otro que guía, no hay un opuesto ideológico, no puede el psicólogo saber que es el bueno ya que no hace la terapia "mala", es decir, la opuesta en esta relación de contrariedad mutua que tienen psicoanálisis y conductismo, por ejemplo. 

Si es que se da la "bondad" de la terapia humanista es porque esta se da cuando "el psicólogo no le quita nada al paciente" (la famosa frase de Rogers), o lo que es lo mismo, porque el psicólogo no se siente en la necesidad de darle nada que no sea ya del cliente. Lo que da a entrever que no es como la describía Rogers, no es que sea el punto medio sin opuesto, sino que sus opuestos son todos los puntos posibles; Pues aquí tenemos el opuesto de cualquier estereotipo, cualquier categoría diagnóstica hace de opuesto ideológico frente a la terapia humanista. Por ejemplo: "tú no eres el TOC, o no eres el TLP" es algo que puede sentir un psicólogo frente a su cliente, y como sabe que eso no es lo que siente su cliente, porque eso lo siente él como producto de su formación, decide no decir nada - y está mal ocultarle algo al cliente.

E indiscutiblemente ahí hay un fallo, un roce ideológico, que es el fallo que encontró Rogers, y por el que dijo que los "counsellers" (o ayudadores, o asesores psicológicos) no debían de formarse en teoría ni en psicología sino solo en práctica terapéutica "centrada en la persona". Y esto como explica en varios libros, pero sobre todo en "El proceso de convertirse en persona" tiene que ver con el punto de vista político de la terapia humanista, el de permitir radicalmente la expresión completamente real de la persona, para así facilitar el cambio.

Ahora bien, ¿Cómo puede la teoría - siempre política y poderosa - interrumpir e incluso impedir la ayuda del psicólogo?, ¿Los problemas psicológicos, los trastornos mentales, los trastornos mentales graves, no deben de estudiarse por el hecho de constituirse en formas imaginadas e ideológicas que influyen para mal en consulta?, ¿Y esto le quita algo al paciente?. Lo formulo interrogativamente pero esto mismo es lo que afirma el humanismo más radical.

Y es que como iba diciendo antes, esto es lo que creo que falla en esta teoría, en el hecho de que el tercer enfoque llamado humanista no tenga opuesto, sino que sus opuestos son todos, sus opuestos son cualquier idea sin definir, cualquier expresión sin intención del psicoterapeuta, incluso cualquier gesto. El valor de la terapia humanista es incluir "lo esquizo", o lo que puede delirar como solución a cualquier problema - incluso - de naturaleza neurótica. 

Y esta inclusión de la disyunción es a la vez tener como opuesto ideológico a cualquier "todo molecular". Cualquier saber del psicólogo es un opuesto, cualquier expresión íntima consigo mismo del psicólogo puede ser dañina (como mirar hacia abajo mientras recordamos algo - de ahí la fijación por mirar a los ojos de los "counsellers").

Hay algo que me gusta mucho de la postura humanista, de la regla de dar el poder al paciente o al consultante, y es la de poder ayudar incluso aunque su problema no tenga "solución" a través de las consecuencias de sus respuestas ni a través de una representación familiar definida. Pero hay algo que no me gusta, y es la no aceptación del punto de vista ideológico, o la mayor dificultad para aceptarlo (pues no es que los conductistas o los psicoanalistas lo acepten de buen grado al consistir cada uno en su opuesto).

Sobre el saber teórico y su influencia como forma ideológica de la psicología humanista

Aquí llego a pensar, que la obsesión de las posturas humanistas más radicales por separarse de las formas teóricas de la "enfermedad mental", consisten en el dolor mismo del reconocimiento de su propia (o de mi propia) ideología.

Pues cuando se ayuda a alguien con sus palabras, cuando pretendo entender a esa persona y los conceptos que utiliza, o el significado que tienen en su vida concreta. Cuando no tengo yo una teoría para pensar tu problema, sino que la guía principal es el sentido (que es el sentimiento aún sin forma del cliente) te estoy forzando cariñosamente a que des forma a tus creencias basándote en un sentimiento que al mismo tiempo se está formando. Y que mi intervencíón principal, en un sentido directivo, consiste en señalar dentro de tus propios razonamientos o procesos de pensamiento, qué cosa se te escapa, o qué argumento parece contradictorio. 

Lo que veo, al analizar mi propia práctica, es que me parece que mi saber teórico puede entorpecer ese aprendizaje tuyo. Pero por eso mismo puede que sea mentira y falso, puede que esa sea mi "defensa ideológica".

Y como a veces me pasa, y creo efectivo, cuando una persona me pide una interpretación yo se la doy, asegurándome de dejarle claro de que esa interpretación puede tener fallos. Y cuando una persona me pide algún ejercicio para afrontar su problema, yo le ayudo a plantearlo, y marcamos una metas conductuales, y le explico por qué lo planteo así, siempre diciéndole "que esto puede no funcionar porque puede que esté influyendote demasiado en algo que es tuyo".

Y por eso, voy creyendo que el informar sobre las complicaciones que tiene mi "saber científico" o mi saber sobre la "representación familiar" consigue que no se cree una dependencia muy grande hacia mi dirección, y de que aunque hablemos de "patologías" que le afectan a esa persona, entienda que la trato como a una persona única y valiosa.

Este artículo plantea una problemática sobre la que estoy escribiendo un libro.

¿Estaré aceptando mi ideología como psicólogo?, al menos en este artículo me he desahogado, es algo que estoy escribiendo de una forma mucho más extensa, y que se publicará en un futuro trabajo que se centrará en los delirios y la ideología.

Gracias por leer, EHG.

¿Sabes que trabajo como psicólogo por videollamada?, entra en Ayuda psicológica online y nos vemos.