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Vendedor de filosofías

 



Los posibles del control hacen nacer muchas teorías conspiranoicas, pero no deben ser rechazados si éstos ayudan a entender el modo en el que está sujeto el mundo. ¿Sabes que podría estar leyéndose lo que ves? La cámara frontal de tú celular está viendo lo que ves. Hacia dónde apuntan tus ojos en cada momento, cómo reaccionan en cada segundo; el dispositivo es una herramienta para que alguien conozca tus emociones, y ese alguien está muy informado. 

Supongamos que la santificación de las corporaciones y de sus migajas, como base fundamental de la defensa al capitalismo, hace funcionar este mundo, por lo que el control de las corporaciones no sería tan malo. Y qué duda cabe, ellas hacen funcionar al mundo. Pero, ¿es este el mundo que queremos? Sólo basta pensar en toda la impunidad que nace y sigue naciendo de esta concepción, este precepto es suficiente como para germinar todas las dudas que queramos de lo correcto de esta forma de gobernar. 

El Capitalismo es la mano invisible de las corporaciones, mientras el Comunismo es la mano invisible de los gobiernos (ambos socialismos). Separando lo inseparable.

Vivimos en un reino de lenguajes. La misión de la máquina es hacer que los significados se parezcan cada vez más, para que los significantes sean simples, económicos, concisos y precisos; como una orden. El mundo consumidor debería ser como un gran soldado que acata ordenes, sujeto a rigurosos exámenes psicológicos y éticos, físicos y espirituales, pero con fines más oscuros de los que se cree. La misión es entonces engañar, reducir el lenguaje, maximizar los deseos, separar a las personas en la mayor cantidad de segmentos como sea posible. Simplificar no es sinónimo de apocar el material. La cantidad de erudición que se necesita para esto es de una magnitud nunca antes vista. Los recursos están, solamente hay que ver las capacidades de las supercomputadoras para notar que todo este control, y el control sobre el control, es completamente plausible.

Las corporaciones, en vinculo con los sistemas, con los gobiernos, con los estados, con las plataformas, terminan siendo verdaderos sujetos de demonización en contra de los semejantes, de los ciudadanos. Esta demonización tiene como objeto controlar, pero, y aún más importante, separar. El artesanado, que creíase perdido, que tiene como una de sus definiciones que todas sus creaciones deberían ser distintas, terminará por afirmar que lo distinto siempre debe existir, aunque en serie. Lo distinto debe cambiar constantemente, porque lo único posible es el cambio. Es entonces cuando surge el accidente, en la repetición, la que es una de las piedras angulares para encontrar lo real, con su tiempo y su movimiento bursátil en todas sus leyes físicas. El accidente, que es lo que hace nacer al "artesano moderno", hace nacer también, las ideas, por ello, las manos terminaran “perdiéndose” al cambiar la maniobra desde etimológicamente, cómo teleológicamente. Las corporaciones tomaran este rol artesanal porque están pendientes de todos los detalles, como un maestro minimalista que perfecciona lo simple hasta llegar a la máxima complejidad de su arte.   

Reducir el lenguaje es crear repetición, crear repetición es crear diferencia, encontrar las diferencias es ver los accidentes y corregirlos, para que la repetición continúe. Como si Dios mismo, al reducir su lenguaje, creara este mundo. 

Por ello la importancia de la mutación del lenguaje, de la mutación del arte, para los individuos libres; y el control de estas mutaciones para la máquina. ¿Qué alteraciones tiene el cerebro, las personalidades, el cuerpo, ante las contingencias?

 El existencialismo solamente vino a apoyar a los poderosos.

No es necesario que el mundo sea dominado. Que la dominación crezca en ínfimas cuotas es un avance exponencial para los sedientos, para los deseosos, para los propietarios. Las mejores mentes están a su servicio, pero también, las más controladas. Genios innatos y controlados. La unión del bien y del mal. 

Es pues, la libertad, la felicidad, fuera del control y no dentro de él, el arma con la que lucharán los intelectuales que siguen creyendo en los derechos de la lucha, del antagonismo. El que no es un antagonismo azaroso, sino perfectamente dicho, establecido, visionado. La concepción de lucha desde la explosión cámbrica, no se ha abandonado. La lucha es la esencia de dos esencias particulares e irrepetibles como enemigo y en batalla.

Es hoy la correcta utopía asumir que uno no es controlado ni dominado. El lenguaje debe mutar en este sentido para decir cada cosa por su nombre, expandir los significantes para notar los significados. Decir nuestras debilidades, ver nuestras sombras, como diría Carl Jung, significará crecer. No nos quedemos en la infancia. Hay que crecer como profesionales.

La censura, es una especie de represión cuando trata de abolir lo que consideramos verdadero, la censura, es lo opuesto a lo que intentaron los griegos con el teatro. La censura es moral y santa para los que escriben dentro de sus gremios, y los que, de gremio en gremio, forman sinergias totalitarias. Todo esta relacionado al mal, el mal es totalizante. Ahora es el bien el que debe surgir como un hongo y existir como micelio.

Es el individuo, al crear su propia ética, el que debe ser investigado. Sus prótesis están. Cámaras, micrófonos, sensores de movimiento, ubicación. El mayor peligro del mundo y su revolución sana para el no control, es el hombre de familia (Arendt), el que ya está condicionado, medido y necesitado. Es un primitivo en las manos de "la naturaleza", porque las empresas han tomado los preceptos de "El arte de la guerra", de "El Príncipe", del taoísmo, del Chamanismo, para corregir con fuerzas naturales sus propios vicios para sus vicios. Nos los imponen como moda para estudiar a su antagónico.

¿Es la introspección la única salida? ¿Ir hacia donde nadie pueda seguirnos? ¿Hasta qué punto la filosofía se vuelve un producto más, y el filósofo, otro vendedor, fabricante, empresario, tratando de sobrevivir para su voluntad? ¿Es su naturaleza lo natural? 

Los aparatos frente a nuestras caras tienen mil recursos, que no usan a favor nuestro. 

Esperemos que el amor resuelva todas estas dudas. ¡Ya estamos topados de sabiduría!