Laques, diálogos Socráticos sobre la correcta educación de los hijos.

Educación y virtud en el diálogo "Laques" de Platón: Sócrates y la formación de los hijos.
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Laques, diálogo platónico sobre la correcta educación de los hijos.
Laques es uno de los diálogos más importantes de Platón. El encuentro tiene lugar en algún gimnasio público de Atenas, comienza con cinco personajes en reunión durante una exhibición de hoplomachía -una especie de combate de un soldado de infantería pesada con el armamento completo, se trata de Sócrates, Lisímaco, Melesías, Nicías y el que da título a la obra, Laques. Los dos últimos son convocados por Lisímaco y Melesías para pedirles consejo acerca de un tema de gran importancia a lo largo de la historia, la correcta educación de sus hijos. A raíz de este tema, tras ser introducido el sabio Sócrates en el coloquio, los contertulianos desarrollan temas de virtud, sabiduría y valor.

Diálogo platónico Laques, escena en un gimnasio ateniense, Sócrates, Lisímaco, Melesias, Nicias y Laques discutiendo sobre la educación de la juventud, demostración de hoplomaquia, temas de virtud, sabiduría y coraje.

Laques (Colección Microfilosofia)
En la etapa socrática de Platon el diálogo es de extensión breve, estructura dramática sencilla, final aporético, la discusión sobre un tema ético siempre acaba por enfrentar a los personajes.

En el diálogo cabe mencionar que tanto Lisímaco como Melesias son ciudadanos honorables, hijos de personajes ilustres en la política, que no han realizado nada digno de su noble ascendencia. El hecho de que piensen que una buena educación puede permitir a sus hijos superar esta medianía y recobrar el renombre de sus abuelos es un signo de los tiempos en que los sofistas acudían a la democrática Atenas, ofreciéndose como maestros de virtud para la juventud distinguida. Por otra parte, el hecho de que duden si la hoplomachía será conveniente para la educación de los jóvenes, seguramente muestra lo despistados que ambos padres están respecto al futuro de la educación.

En el diálogo "todo se lía", a partir de aquí los personajes hacen una reflexión acerca de la virtud que a su vez les obligan a profundizar en el valor y otros conceptos. Y llega entonces una secuencia definitoria, Sócrates toma la palabra:

SÓC. -Así pues, también ahora toca examinar esto en primer término: si alguno de nosotros es, o no, un técnico en el tema que consideramos. Y si lo es, obedecerle, aunque sea uno solo, y prescindir de los demás. Y si no lo hay, buscar a algún otro. ¿O creéis que os arriesgáis en algo de poca monta tú y Lisímaco, y no sobre esa posesión que es efectivamente la mayor de las vuestras? Se trata de si vuestros hijos se harán personas de bien o lo contrario, y toda la casa del padre se administrará según como resulten sus hijos.
MEL. - Dices verdad.
SÓC. -Por tanto, conviene mantener gran previsión en eso.
MEL. -Desde luego.
SÓC. - ¿Cómo, pues, según yo decía hace un momento, podríamos averiguar, caso de que decidiéramos hacer el examen, quién de nosotros es un buen técnico en atletismo? ¿No sería aquel que lo hubiera aprendido y practicado, y que hubiera tenido buenos maestros de ese arte?
MEL. - Me parece que sí.
SÓC. - Por tanto, ¿de qué asunto, en principio, vamos a buscar a los maestros?
MEL. - ¿Cómo dices?
SÓC. -Tal vez será más claro de esta manera. Me parece que no hemos reflexionado desde el comienzo qué es lo que examinamos y sobre lo que deliberamos: quién de nosotros es experto, quién ha tenido buenos maestros al respecto, y quién no.

Extracto de texto de Laques (Colección Microfilosofia)
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