Rampas y escaleras de ética y ciencia/ Escrito de Germán Gallego. | ||||
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"Pero se me ocurre que podría existir una ética de lo cuántico, ya que este pensamiento (física cuántica) podría servir como bálsamo filosófico a aquellos que perdieron su fe en las religiones. Intuyo que, al ser una forma nueva de percibir el mundo, también debería poseer las herramientas (ética) para relacionarnos con él." (Joseba Rast) |
Tomo el testigo facilitado por esta razonada frase, publicada en un Grupo filosófico-científico, para estimular una reflexión sobre el potencial impacto en el plano personal, en "nuestra" ética, de este encuentro "cuántico" entre la Conciencia y la Ciencia.
En mi opinión, que creo será compartida, el cambio conceptual determinante ha sido el abandono de lo continuo en favor de lo discontinuo, de los valores discretos. Esto es lo que representa el "cuanto".
Metafóricamente hablando, propongo este hilo de reflexión:
Se han acabado las "rampas". Asocio la rampa con lo continuo, con el determinismo, con lo clásico. No me gusta. Es sinónimo de inestabilidad. Irremisiblemente tu destino está determinado. O subes o te caes. Si te paras, necesitas soporte externo, un apoyo. En definitiva, no dependes de tí mismo.
En cambio, me gustan las "escaleras". Paso a paso. Estabilidad. Libre albedrío. Dependes de tí mismo. Si te paras, puedes recuperarte y continuar tranquilamente tu ascenso o descenso. Sin posturas intermedias. Sin relativismos. Sin equidistancias. Estás donde estás y punto.
Y si consideramos la pendiente o la altura de los escalones, más de lo mismo. Una rampa de gran pendiente es un gran incordio. En cambio, un escalón alto te estimula. Puedes escalar con mayor o menor dificultad. Pero sabes que cuando llegues a lo alto, se trata de una etapa. Descansas y a por otra.
En definitiva, me gusta la ética cuántica. Me parece más humana, Me parece más "ética".
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