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Entendiendo la Dependencia del Alma y la Memoria en el Cuerpo. Spinoza

El alma no puede imaginar nada, ni acordarse de las cosas pretéritas, sino mientras dura el cuerpo.

 

 PROPOSICIÓN XXI 

El alma no puede imaginar nada, ni acordarse de las cosas pretéritas, sino mientras dura el cuerpo.

Demostración: El alma no expresa la existencia actual de su cuerpo ni concibe como actuales las afecciones del cuerpo, sino mientras que este dura (por el Corolario de la Proposición 8 de la Parte II), y, consiguientemente (por la Proposición 26 de la Parte II), no concibe cuerpo alguno como existente en acto sino mientras dura su cuerpo, y, por ende, no puede imaginar nada (ver la Definición de la imaginación en el Escolio de la Proposición 17 de la Parte II) ni acordarse de las cosas pretéritas sino mientras dura el cuerpo (ver la Definición de la memoria en el Escolio de la Proposición 18 de la Parte II). Q.E.D.

La Imposibilidad de Odiar a Dios Según Spinoza

Nadie puede odiar a Dios.


 PROPOSICIÓN XVIII 

Nadie puede odiar a Dios. 

Demostración: La idea que hay en nosotros de Dios es adecuada y perfecta (por las Proposiciones 46 y 47 de la Parte II); por tanto, en cuanto que consideramos a Dios, en esa medida obramos (por la Proposición 3 de la Parte III); y, por consiguiente (por la Proposición 59 de la Parte III), no puede haber tristeza alguna acompañada por la idea de Dios, esto es por la Definición 7 de losafectos), nadie puede odiar a Dios. Q.E.D. 

Corolario: El amor a Dios no puede convertirse en odio. 

Escolio: Podría objetarse, no obstante, que cuando entendemos a Dios como causa de todas las cosas, lo consideramos implícitamente causa de la tristeza. Pero a eso respondo que, en la medida en que entendemos las causas de la tristeza (por la Proposición 3 de esta Parte), deja ésta de ser una pasión, es decir (por la Proposición 59 de la Parte III), deja de ser tristeza; y así, en cuanto que entendemos a Dios como causa de la tristeza, nos alegramos.

Entendiendo el Amor Divino

Amor, dios, naturaleza


PROPOSICIÓN XIX 

Quien ama a Dios no puede esforzarse en que Dios lo ame a él. 

Demostración: Si un hombre se esforzase en ese sentido, entonces desearía (por el Corolario de la Proposición 17 de esta Parte) que ese Dios al que ama no fuese Dios, y, por consiguiente, desearía entristecerse, lo cual (por la Proposición 28de la Parte III) es absurdo. Luego quien ama a Dios, etc. Q.E.D.

Dios y las Emociones: Un Análisis Filosófico sobre la Ausencia de Pasiones en la Divinidad

Dios está libre de pasiones y no puede experimentar ningún afecto de alegría o tristeza.


 PROPOSICIÓN XVII 

Dios está libre de pasiones y no puede experimentar afecto alguno de alegría o tristeza. 

Demostración: Todas las ideas, en cuanto dadas en Dios, son verdaderas (por la Proposición 32 de la Parte II), esto es (por la Definición 4 de la Parte II), adecuadas, y, por tanto (por la Definición general de los afectos), Dios está libre de pasiones. Además, Dios no puede pasar ni a una mayor ni a una menor perfección (por el Corolario 2 de la Proposición 20 de la Parte I); y así no experimenta afecto alguno de alegría ni de tristeza. Q.E.D. 

Corolario: Dios, propiamente hablando, no ama a nadie, ni odia a nadie (Ver definiciones de amor y odio). Puesto que Dios (por la Proposición anterior) no experimenta afecto alguno de alegría ni de tristeza (Ver sus definiciones), y, consiguientemente, ni ama ni odia a nadie.

Maximizando la Devoción: El Amor a Dios como Prioridad Absoluta

Este amor a Dios debe ocupar el alma en el más alto grado


PROPOSICIÓN XVI 

Este amor a Dios debe ocupar el alma en el más alto grado. 

Demostración: Este amor, en efecto, está unido a todas las afecciones del cuerpo (por la Proposición 14 de esta Parte), y es mantenido por todas ellas (por la Proposición 15 de esta Parte); por tanto (por la Proposición 11 de esta Parte), debe ocupar el alma en grado máximo. Q.E.D.

Spinoza: El Conocimiento Propio y el Amor a Dios

Quien se conoce a sí mismo clara y distintamente, y conoce de igual modo sus afectos, ama a Dios, y tanto más cuanto más se conoce a sí mismo y más conoce sus afectos.   Demostración: Quien se conoce a sí mismo y conoce sus afectos clara y distintamente, se alegra (por la Proposición 53 de la Parte III), y esa alegría va en él acompañada por la idea de Dios (por la Proposición anterior); por tanto, ama a Dios, y (por la misma razón) tanto más cuanto más se conoce a sí mismo y conoce sus afectos. Q.E.D.


PROPOSICIÓN XV 

Quien se conoce a sí mismo clara y distintamente, y conoce de igual modo sus afectos, ama a Dios, y tanto más cuanto más se conoce a sí mismo y más conoce sus afectos. 

Demostración: Quien se conoce a sí mismo y conoce sus afectos clara y distintamente, se alegra (por la Proposición 53 de la Parte III), y esa alegría va en él acompañada por la idea de Dios (por la Proposición anterior); por tanto, ama a Dios, y (por la misma razón) tanto más cuanto más se conoce a sí mismo y conoce sus afectos. Q.E.D.

Entendiendo la Conexión entre el Alma y Dios: Spinoza

El alma puede conseguir que todas las afecciones del cuerpo, o sea, todas las imágenes de las cosas, se remitan a la idea de Dios.


 PROPOSICIÓN XIV 

El alma puede conseguir que todas las afecciones del cuerpo, o sea, todas las imágenes de las cosas, se remitan a la idea de Dios. 

Demostración: No hay ninguna afección del cuerpo de la que el alma no pueda formar un concepto claro y distinto (por la Proposición 4 de esta Parte); y, de este modo, puede el alma conseguir (por la Proposición 15 de la Parte I) que todas ellas se remitan a la idea de Dios. Q.E.D.

La Relación entre Imágenes y la Frecuencia de Consideración en Spinoza

 
Tanto más frecuentemente se impone una imagen a nuestra consideración, cuanto mayor es el número de imágenes a las que está unida

PROPOSICIÓN XIII 

Tanto más frecuentemente se impone una imagen a nuestra consideración, cuanto mayor es el número de imágenes a las que está unida. 

Demostración: En efecto, cuanto mayor es el número de imágenes a las que otra imagen está unida, tantas más causas hay (por la Proposición 18 de la Parte II) por las que puede ser suscitada. Q.E.D.

Cómo las Imágenes Claras y Distintas Facilitan la Conexión Mental. Spinoza

Facilidad imágenes claras


 PROPOSICIÓN XII 

Las imágenes de las cosas se unen con mayor facilidad a las imágenes de cosas entendidas por nosotros clara y distintamente, que a las otras. 

Demostración: Las cosas que entendemos clara y distintamente, o bien son las propiedades comunes de las cosas, o bien lo que se deduce de estas (ver la Definición de la razón en el Escolio 2 de la Proposición 40 de la Parte II), y, por consiguiente, sus imágenes (por la Proposición anterior) se suscitan en nosotros con más frecuencia; y así, puede ocurrir que consideremos otras cosas junto con ellas más fácilmente que junto con otras que no sean claras y distintas, y, por consiguiente (por la Proposición 18 de la Parte II), que las unamos con mayor facilidad a ellas que a otras. Q.E.D.

Maximizando la Presencia de Imágenes en la Mente. Spinoza

Cuanto más cosas remiten a una imagen, más frecuente es, es decir, más a menudo aparece y más ocupa el alma.


 PROPOSICIÓN XI 

A cuantas más cosas se refiere una imagen, tanto más frecuente es, o sea, tanto más a menudo se presenta, y tanto más ocupa el alma. 

Demostración: En efecto, a cuantas más cosas se refiere una imagen o un afecto, por tantas más causas puede ser suscitado y mantenido, causas que (por hipótesis) el alma considera todas a la vez en virtud del afecto mismo; y así, dicho afecto es tanto más frecuente, o sea, se presenta tanto más a menudo, y (por la Proposición 8 de esta Parte) ocupa tanto más el alma. Q.E.D.